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Brasil: La crisis política que no alcanza a Lula

El presidente del país, Luiz Inacio Lula da Silva “toca madera” ante las declaraciones el diputado Roberto Jefferson: "El Presidente no sabía de esa operación, hablo con sinceridad... era su entorno el que hacía eso sin que lo supiese el Presidente".

15 de agosto de 2005, 16:50.

Victoria Alós

Agencia Taller. Escenarios Latinoamericanos

victoriaalos@argentina.com

Poco después dijo que “el financista de toda la operación era el empresario publicista Marcos Valerio”. Hubo un millonario flujo de dinero desde Valerio hacia el Partido de los Trabajadores (PT) y grupos aliados: “al menos 55 millones de reales (unos 23,9 millones de dólares) en 2003 y 2004. Y ese monto es de una sola de las cuentas bancarias y de una sola de las 14 empresas de Valerio investigadas hasta ahora,” según miembros de la comisión.

La distribución a los políticos y parlamentarios, o a sus allegados, se hacía en una sala de la sucursal del Banco Rural en Brasilia, sin exigir la identificación de los beneficiados, y siempre por orden de Valerio, quien era a su vez instruido por el ex tesorero del PT, Delubio Soares. Una parte importante se entregaba en efectivo, y la propia Vasconcelos distribuyó de ese modo unos 3,2 millones de dólares. "José Dirceu era el jefe", añadió el diputado, refiriéndose al ex ministro jefe de gabinete, quien renunció el 16 de junio en medio del escándalo.

La sospecha de los legisladores es que el dinero de los préstamos bancarios, así como de otros fondos detectados en las cuentas de Valerio, era garantizado porque el PT ofrecía al publicista contratos públicos con precios inflados. Con el dinero, según dijo Jefferson, el PT se garantizaba "un ejército mercenario" en el poder legislativo.

En lo que concierne a Lula sus vecinos están cayendo muy cerca suyo pero hasta el momento el derrumbe no lo toca, pareciera que aunque todos pertenecen al mismo vecindario PT ¿hay cosas que no se saben entre ellos?

"Todo lo denunciado se ha ido comprobando... estamos ante la parte más escabrosa de ese esquema de poder del PT", dijo el senador Alvaro Dias, miembro de la comisión investigadora y del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el mayor de la oposición.  Sin embargo, para poder llegar eventualmente a Lula "son necesarias pruebas... no podemos hacer un juicio sumario".

En sus últimas declaraciones el presidente aseguró: “Si yo salgo candidato, con odio o sin odio, tendrán que tragarme otra vez, porque el pueblo así lo querrá”, con la tranquilidad de quien tiene varios ases bajo la manga.

El presidente brasileño aprovechó para lanzar una ofensiva contra la oposición que utiliza la crisis para deslegitimar su posible reelección.

Claro que los casos de corrupción siguen cobrando protagonistas: el presidente de la Casa de la Moneda de Brasil, Manoel Severino dos Santos, renunció en los últimos días a su cargo, alcanzado por los escándalos de corrupción. Según denunció Valrio Fernandes y corroboró la administradora de sus empresas, Simone Vasconcelos, Manoel Severino dos Santos fue una de las personas que retiraron dinero de las cuentas bancarias del publicista, usadas por el PT para financiar políticos y partidos. De acuerdo con informaciones en poder de la Policía Federal, el presidente de la Casa de la Moneda retiró de esas cuentas alrededor de un millón de dólares entre 2003 y 2004, en los que, según se ha denunciado, el PT se valió de su relación con Fernandes para sobornar a decenas de diputados.

También había dinero retirado del Banco de Minas Gerais, en Belo Horizonte, por motociclistas, que lo llevaban en mochilas a la sede de SMPB en esa ciudad. Vasconcelos aseguró que la mayoría de las entregas fueron en 2003, aunque ya habían comenzado antes. Este dato sustenta la tesis oficial de que las sumas sirvieron para saldar deudas de la campaña de las elecciones generales de 2002, en las que Lula ganó la presidencia.

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