La popularidad de Lula cayó el último mes de marzo en Brasil. La mayoría de los brasileños tiene una mala imagen de la clase política, sobre todo de los legisladores que creen, actúan de acuerdo a sus beneficios particulares.
A su vez, más de la mitad de la población encuestada por Sensus, apoyaba la no renovación del acuerdo con el FMI, a pesar de que el gobierno finalmente mantendrá sus relaciones cordiales con el organismo internacional.
De todas maneras Lula sigue siendo el favorito para las elecciones presidenciales de 2006.
El actual presidente de Brasil asumió el poder en 2003 con más de 52 millones de votos. Representa al Partido de los Trabajadores y siempre se mostró opositor al sistema neoliberal de Latinoamérica.
Uno de sus proyectos más ambiciosos fue la lucha contra el hambre y el desempleo. Si bien este último disminuyó durante su gestión, la cifra no es muy significativa, sólo el 0,6%.
Durante su mandato fueron creados 2 millones de empleos. Nada mal si se considera que Brasil tiene 54 millones de personas bajo la línea de pobreza, mientras que 119 millones tienen un sueldo mensual por debajo del salario mínimo.
Igualmente los mayores reproches que le hacen los críticos a Lula es el de no haber llevado a la práctica ninguno de sus discursos opositores. Recordando sus dichos que se pronunciaban en contra del modelo neoliberal y de los organismos multilaterales.
Una medida que lo demuestra en gran parte es la de liberar el mercado de cambio y abrir las puertas para una futura convertibilidad de la moneda brasilera. Esto le permitiría al país revalorizar su moneda con respecto al dólar. Decisión ya tomada hace algunos años por la Argentina, y que no le trajo buenos resultados.
Otro punto en su contra es el malentendido ocurrido con el FMI con respecto a la paga o no de la deuda contraída por Brasil. Hasta se lo llegó a colocar al país como ejemplo latinoamericano a la hora de negociar con el organismo internacional. Malentendido que subraya el nivel de dependencia económica que vive Latinoamérica, más allá de cualquier alegato independista.
Gabriela Guilló
Escenarios Latinoamericanos