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Brasil se desengancha de Bolivia

Petrobras va a buscar alternativas al gas natural que importa desde el Altiplano. Pero independizarse de este suministro le va a resultar muy caro. Argentina, cerca de un acuerdo.

17 de mayo de 2006, 14:55.

APM/ATPA Acuerdo de corresponsalía recíproca 

Las medidas adoptadas por el gobierno de Evo Morales tuvieron sus consecuencias. Bolivia nacionalizó los recursos hidrocarburíferos el 1º de mayo pasado, resultando perjudicada la paraestatal brasileña Petrobras. Esta compañía anunció que va a buscar alternativas al gas natural boliviano con un mix de nuevos oferentes, producción propia y diversificación de combustibles, en especial biodiésel y etanol. En Brasilia definen a la estrategia de Petrobras como Plan B. Se trata de reemplazar el gas boliviano por combustible residual. "Si hubiese una catástrofe, el gas sería sustituido por residual y diesel", dijo el director financiero de la petrolera, Almir Barbassa. El ejecutivo agregó que la compañía va a aumentar sus inversiones búsqueda de yacimientos de gas en territorio brasileño, a la vez que se van a realizar todas las inversiones para importar gas licuado de petróleo de proveedores internacionales. Estas iniciativas forman parte del plan de inversiones 2007-2011 de la empresa por 16.000 millones de dólares.

El presidente de Petrobras, José Sérgio Gabrielli, destacó que la compañía va a acelerar la producción nacional de gas natural. "Tenemos una oportunidad para acelerar la producción de gas natural y buscamos diversificar las fuentes de energía", agregó al resaltar al biodiésel y al etanol como productos que podrían ganar mayor uso en una matriz energética diversificada.

El Gobierno de Brasil y Petrobras celebraron en abril la llamada "autosuficiencia" energética, con un equilibrio entre la producción y la demanda del mercado interno. Pero con el conflicto reciente entre Brasilia y La Paz, esta autosuficiencia correría riesgos: al disminuir la cantidad de gas en el mercado –por el conflicto con Bolivia- habría que apelar a derivados del petróleo, poniendo en riesgo el proyecto autárquico.

En tanto, el presidente Lula Da Silva reiteró que su gobierno busca negociar con las autoridades paceñas un precio justo. "Le dije al presidente Morales que nosotros reconocemos que Bolivia es dueña de su gas y ellos reconocen que Brasil es el mayor consumidor" , dijo Lula, tras lo cual aclaró que su país no dejará de importar gas desde ese país.

No obstante esta aclaración, Petrobras canceló planes para expandir la capacidad del gasoducto de 30 millones cúbicos por día que va desde Bolivia y suspendió todas las inversiones en ese país luego de la nacionalización.

En tanto, Argentina se encuentra más cerca de acordar con Bolivia un nuevo precio del gas que importa desde los yacimientos de Tarija. El ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, arriba esta semana nuevamente a Bolivia para reunirse con su par Andrés Soliz Rada, para avanzar en el nuevo contrato de suministro.

En cuanto a la negociación del precio del combustible, la diferencia sería de un dólar. Bolivia pide 5,5 dólares por BTU (British Thermal Uniti) y Argentina acepta 4,5 dólares. El precio actual es de 3,3 dólares por BTU.

Bolivia está dispuesta a vender más gas a Argentina. Se aumentaría la actual importación de hasta 7,7 millones de metros cúbicos por día a 20 millones de metros cúbicos una vez terminado el Gasoducto del Noreste Argentino.

La Casa Rosada va a insistir con la amortización de parte del precio del gas con intercambio de tecnología argentina de Gas Natural Comprimido, alimentos con financiación de un fideicomiso -copiando el intercambio de fuel oil con Venezuela- o préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

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