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Brillo sinfónico en Bariloche

Acompañamos a la orquesta de la UNCuyo en su gira por San Carlos de Bariloche, donde realizó dos conciertos en el marco de la XVI edición del festival Semana Musical Llao Llao. Todos los detalles de las presentaciones en las que se lució la agrupación mendocina.

La Semana Musical Llao Llao es, desde hace dieciséis años, uno de los eventos culturales más importantes de América del Sur ya que reúne a destacados artistas internacionales en un marco de inigualable belleza natural que propicia la combinación perfecta entre arte y naturaleza.

En su XVI edición la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, bajo dirección de David Handel, fue la encargada de cerrar el festival con dos prodigiosas presentaciones que tuvieron lugar en el maravilloso Salón Llao Llao y en la iglesia catedral de Bariloche.

En ambas ocasiones la orquesta se distinguió por la calidad y elegancia con la cual interpretó el repertorio que fue ovacionado por el público con efusivos aplausos.

Músicos de Estados Unidos, Japón, Suiza, Austria, Venezuela y Argentina fueron los protagonistas de la que, según Martín Nijensohn, director general del festival, ha sido la mejor edición en lo que a nivel artístico se refiere.

Los conciertos

Todo estaba dispuesto. El Salón Llao Llao se iba transformando en el escenario perfecto para recibir a las seiscientas personas que se darían cita para presenciar lo que luego sería un concierto admirable. Diferentes nacionalidades, idiomas y edades conformaban la mixtura perfecta que no admitía subjetividades. Las expectativas eran muchas y el desafío para la orquesta mendocina era grande, ya que no sólo era la primera vez que se presentaba en el festival, sino que además debía demostrar su talento ante un público exigente y en su mayoría conocedor del tema.

Sin embargo la orquesta sabía lo que hacía. De a poco los músicos fueron tomando sus posiciones dispuestos a obedecer las órdenes del director. La misma orquesta que en los ensayos vivía sumergida en una dinámica especial, al mejor estilo de Fellini en su película “Ensayo de orquesta”, era la que ahora se encontraba perfectamente ensamblada para que cada una de las partes ejecutara sus partituras contribuyendo al equilibrio total.

El repertorio elegido para esta primera presentación estuvo encabezado por el Concierto para piano y orquesta N°1 de Tchaikovsky interpretado por el destacado solista Roberto Urbay, seguido por tres obras concebidas por el director David Handel como una sinfonía wagneriana, ya que comparten leit motivs. Estas fueron en primer lugar “Viaje de Sigfrido por el Rhin”, de “El ocaso de los dioses”, seguido de “Entrada de los dioses al Walhala”, de “El oro del Rhin” y, por último, la Obertura de “Tannhäuser”.

Las obras fueron aclamadas intensamente por el público que supo reconocer la entrega y pasión con que la orquesta las interpretó. Por su parte el pianista cubano Roberto Urbay, reconocido internacionalmente por su trayectoria y talento, se lució por la solidez y la garra con que efectuó la alternancia de acordes que la orquesta supo sostener perfectamente.

Algo similar sucedió al día siguiente en la iglesia catedral, en este caso sin la presencia de Urbay, donde la orquesta interpretó nuevamente “Entrada de los dioses al Walhala”, de Richard Wagner, y las suites N° 1 y 2 de “Peer Gynt”, de Edvard Grieg, ante una iglesia colmada por un público más heterogéneo, pero que no dudó en reconocer el virtuoso desempeño de la sinfónica.

Ambos conciertos fueron presentados por Marcelo Arce quien, con la didáctica que lo caracteriza, introdujo al público al mundo de la música con entretenidas explicaciones.

Sin dudas la orquesta dejó sentado un precedente durante su presentación en el festival. El nivel de los conciertos demostró la calidad orquestal que la caracteriza y los resultados estuvieron a la vista. El talento es indiscutible. Sin embargo sería importante que los reconocimientos recibidos afuera tuvieran también su correlato a nivel local y que la orquesta recibiera la ayuda necesaria para que su lucimiento no sólo fuera en paisajes ajenos sino también en su propia casa, batalla que la agrupación viene librando desde hace seis décadas.

Los próximos conciertos

La temporada 2008 continuará como sigue.

Viernes 31 de octubre
Ciclo Sinfónico
Director invitado: Jorge Chiappero Favre.
Solista: Juan Romero, trombón.
Programa: “Serenata para vientos”, de Antonin Dvorak. “Concierto para trombón”, de Eric Ewazen. “Sinfonía Nº 40, de Mozart.
En: teatro Universidad (Lavalle 77), a las 21.30.

Viernes 7 de noviembre
Ciclo Sinfónico-coral
Director invitado: Nicolás Rauss.
Solista: Samira Musri, flauta.
Participación especial: Coro Universitario de Mendoza.
Programa: “Concierto para flauta”, de Carlos Washington Barraquero. “Nocturnos para orquesta”, de Claude Debussy.
En: teatro Universidad, a las 21.30.

Viernes 21 y sábado 22 de noviembre

Ciclo Sinfónico-coral
Director: David Handel.
Participación especial: Coro Universitario de Mendoza.
Solistas: a definir.
Programa: Obertura de "Nabucco" (Giuseppe Verdi). "Stabat Mater" para solistas, coro y orquesta (Gioachinno Rossini).
En: teatro Universidad, a las 21.30.

Viernes 19 de diciembre
Ciclo de ópera
Director: David Handel.
Participación especial: Coro Universitario de Mendoza.
Solistas: a definir.
Programa: "Turandot" (arias y coros en versión de concierto).
En: plaza Independencia, a las 21.

ENTREVISTA a David Andel Director de la Sinfónica de la UNCuyo
David Handel: “El rol de director no debe limitarse sólo a la faceta artística”

Dirige la Sinfónica desde 2005, pero a partir del año que viene no renovará su contrato, cosa que decidieron los mismos músicos de la agrupación que no lo votaron para continuar. Aquí, el maestro hace un balance de su gestión que culminará en diciembre.

Como publicó Los Andes semanas atrás, el maestro estadounidense David Handel, quien ha estado al frente de la Sinfónica de la UNCuyo desde 2005, no renovará su contrato por quinta vez. La decisión fue tomada por los músicos quienes, durante la temporada 2009, estarán bajo la batuta de diversos directores invitados.

En medio de la polémica suscitada luego de la votación, el actual director se dispone a cumplir con los compromisos asumidos hasta diciembre y terminar su gestión orientada hacia los mismos valores que la han caracterizado desde el comienzo.

-¿Qué balance puede hacer de estos cuatro años frente a la orquesta?

-La orquesta alcanzó un buen crecimiento, aunque no al ritmo que me hubiera gustado, y eso es algo que me aflige ya que, si bien el contrato es anual, sería poco responsable por parte del director no llevar a cabo proyectos a largo plazo. Las necesidades de la orquesta son muchas, pero en la mayoría de los casos son proyectos que en un año o dos no alcanzan a concretarse.
Hemos alcanzado varios y hay que trabajar de forma paralela en los que restan, pero el equipo es muy pequeño y los recursos son limitados. Por eso considero que es una mala concepción del rol de director limitarlo sólo a la faceta artística, ya que debería asumir un rol principal con respecto al desarrollo y recaudación de fondos a nivel político. Creo que el problema general en Argentina es estructural, tanto a nivel institucional como en el manejo del financiamiento, ya que recursos hay, pero por motivos estructurales la mano derecha no sabe funcionar con la izquierda.

-¿Cuáles son los proyectos que usted planteó? ¿Se concretaron?

-La ampliación del repertorio, mayores exigencias artísticas, detalles a nivel de infraestructura, la difusión del nombre de la UNCuyo tanto a nivel nacional como internacional e intercambios con otras orquestas, ya que la idea es que no estemos aislados del resto del mundo, porque el hecho de aceptar las condiciones actuales es por la falta de referencia. No digo que otra orquesta sea nuestro modelo, pero considero que el diálogo es muy importante si una orquesta quiere crecer y los intercambios abren una puerta muy importante para lograrlo. También se hicieron grabaciones, no para un mercado nacional sino internacional, que posibilitaron un financiamiento muy interesante.

-¿Cómo quedaron las relaciones con la orquesta luego de la votación?

-Por mi parte no hay ningún tipo de resentimiento. Con mis colegas en general yo diría que la relación ha sido muy positiva. Creo que desde el principio me han visto algo austero de personalidad, pero simplemente son características personales. Todos saben que mi principal preocupación es el progreso, la excelencia y la ética profesional, valores que no voy a sacrificar para tratar de continuar con el cargo, así como tampoco voy a abandonar la lucha para lograr lo que necesita la orquesta. Se ha hecho todo lo posible para comunicar a mis colegas, a la comisión artística y autoridades de la Universidad, que se debe analizar esta modalidad por el bien de la orquesta, pero la estructura es como es y hay que aceptarla.

-¿Cuál cree que debería ser la forma y el tiempo adecuado para que un director esté frente a una orquesta?

-Considero que la voz de los músicos es muy importante como un indicador del ambiente laboral, pero creo que debería complementarse con la opinión de las autoridades, del público y de los medios que comunicación, entre las cuales se debería llegar a un balance dentro del contexto de un directorio y así tomar una decisión que debería durar como primera gestión tres años y luego renovarla y negociarla.

-Además de dirigir en Argentina, desde hace 10 años está al frente de la Orquesta Sinfónica de Bolivia. ¿Por qué eligió América Latina?

-Creo que nos elegimos mutuamente. Cuando terminé mi trabajo como director asistente en Alemania volví a los Estados Unidos y mi preocupación no era el ingreso, sino estar frente a una orquesta lo más que pudiera. Con la formación que tengo y teniendo en cuenta el hecho de que el ingreso no era lo primordial, me parecía mucho mas dinámico trabajar en América Latina, donde las orquestas tienen muchos menos recursos, hay más por hacer y es un contexto americano que me interesa mucho a nivel musical, ya que el nivel de los músicos es muy alto.

-¿Cuáles son los planes a futuro?

-Voy a continuar con mi trabajo en Bolivia, tanto como director de la Orquesta Sinfónica de La Paz como con mi rol de director artístico en el Festival Internacional de Guadalquivir, en Tarija. Además tengo propuestas para trabajar como director invitado en Colombia, Estados Unidos y Polonia.

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