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Buscan extender el uso de plantas de bajo consumo de agua en zonas desérticas

16 de marzo de 2009, 13:51.

imagen Buscan extender el uso de plantas de bajo consumo de agua en zonas desérticas

Dos ingenieras agrónomas estudian el comportamiento de especies autóctonas de Mendoza para utilizarlas en la forestación de espacios públicos, jardines y canteros.

El agua se acaba, según vaticinan los especialistas en todo el mundo. Y la alarma debe sonar más fuerte en las zonas desérticas. Atentas a esto, dos investigadoras de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo están experimentando el cultivo de plantas de bajo consumo hídrico para forestar espacios públicos y jardines.

En zonas como Mendoza, donde el clima no es generoso en humedad, la tendencia entre paisajistas y arquitectos es utilizar especies autóctonas en el diseño de, por ejemplo, bodegas, moles enclavadas al pie de la montaña y con escasísimas posibilidades de riego.

A la par, también han surgido viveros especializados en este tipo de plantas para ambiente áridos, como parte de la concientización ciudadana acerca del problema el agua y, también vale decirlo, como una moda.

Ahora, el interés sobre el tema se extiende al ámbito universitario. Las investigadoras María Eugenia Videla y Sonia Fioretti, de la cátedra de Espacios Verdes de la UNCuyo, llevan un tiempo estudiando el comportamiento de algunas especies gramíneas, arbustos y árboles como algarrobos, que requieren poco riego.

“Partimos de la base que el empleo de plantas de bajo consumo hídrico en espacios verdes permite el ahorro de agua. Asimismo, estas especies presentan diversas adaptaciones a ambientes áridos (plantas grises, con hojas pequeñas y brillantes o sin hojas, de formas esféricas, entre otras) que le otorgan una estética particular muy interesante a la hora de diseñar con estas especies”, dice Videla. 

Concientes de la aplicación que pueden tener sus resultados, ambas agrónomas aspiran a lograr canteros o jardines de bajo consumo de agua, que puedan replicarse en cualquier vivienda familiar. Para ello, estudian la respuesta de las plantas nativas en diferentes condiciones de manejo. “Las parquizaciones llevadas a cabo con este tipo de plantas presentan la principal ventaja de su sustentabilidad, con mantenimiento prácticamente nulo a partir de su establecimiento”, ejemplifican.

Según Videla, ya ha podido comprobar que muchas especies, con un mínimo aporte de agua, mejoran notablemente su tamaño y su aspecto ornamental. “Por ello estamos iniciando estudios en cuanto a sus requerimientos hídricos”, adelanta la investigadora.
 
“En este sentido, es muy prudente conocer el comportamiento de estas especies ya que sin duda podrán vivir y adaptarse si el recurso es escaso, porque disponen de mecanismos que le permiten adaptarse a esas circunstancias”, agrega.

Sin embargo, el estudio trasciende las zonas áridas, ya que según explican algunas de estas especies crecen naturalmente en lugares más húmedos. “Los ensayos de requerimientos hídricos propuestos nos permitirán dar una respuesta más certera a esta cuestión. Por el momento nuestros resultados son aplicables a la ornamentación de rutas, caminos sin infraestructura para riego, en cuyo caso se realizarían las plantaciones con técnicas recomendadas. También ornamentación de fincas y bodegas en espacios con escaso mantenimiento”, analiza Videla. Mientras que “en zonas con mayor disponibilidad de agua, las plantas responden con un desarrollo más rápido y con mayor expresión en la mayoría de los casos”, completa.

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