Un equipo de la UNCUYO y del CONICET logró describir cómo funciona el proceso por el cual el parásito se diferencia de la forma no infectiva “epimastigote” a la forma “tripomastigote metacíclico infectiva”. Es un paso hacia la identificación de blancos terapéuticos que permitan el diseño futuro de fármacos que eviten que la infección se propague a los órganos blanco como corazón y que se genere la enfermedad.