Es por no cumplir con los 180 días de clases y la no disponibilidad de material didáctico e informático.
EDUCACIÓN. El éxodo de los estudiantes del sector estatal a la educación privada es una constante. La frialdad de los números indica que cada año cerca de un 1% del total de los estudiantes se traslada a la educación paga. Este fenómeno se nota con más fuerza en la educación inicial y en el primario, mientras que en el nivel medio es levemente inverso. Las causas de esto deben consultarse en los padres que eligen cambiar a sus hijos al ámbito privado: el cumplimiento de los días de clase estipulados a principios de año y la posibilidad de contar con material informático o audiovisual, y la existencia de una infraestructura adecuada o al menos en mejores condiciones que muchos de los deteriorados edificios estatales, son algunas de las respuestas más comunes.
Otro de los grandes motivos en que los padres hacen hincapié es la posibilidad de tener materias como inglés o informática desde los primeros años de escolaridad.
“Yo mandaba a mis hijos a una estatal en la primaria, y a una privada en la secundaria. Pero con mi hija menor decidí optar desde el comienzo por los privados. En las estatales el año pasado se la pasaron de paro en paro, y eso es una gran complicación para los chicos y para nosotros”, dijo Gabriela, ama de casa lasherina y madre de tres hijos. “Yo los mando a un privado porque allí pasan más tiempo, tienen más materias y son más estimulados”, dijo Elvira, guaymallina que lleva a sus dos hijos a escuelas pagas.
El sector privado, que el año pasado recibió a 105 mil de los casi 500 mil alumnos de la educación mendocina, muestra además algunos indicadores de rendimiento bastante más reconfortantes que los de la educación pública: la tasa de promoción es 5% más alta en la primaria y casi 20% superior en la secundaria y la sobreedad es menor un 20% y 25% en los niveles primario y secundario de la educación privada en comparación con la escuela pública.
La terminación en las primarias privadas es 15% superior a las estatales. En el nivel medio, la diferencia es abismal: de cada 10 chicos que comienzan la secundaria en un establecimiento pago, 8 la concluyen. En las estatales, sólo egresa el 30% de los alumnos.
La baja finalización en las estatales no está dada sólo por el abandono, sino también por el éxodo de alumnos de años altos hacia los colegios privados.
Los estatales, sin embargo, no sólo tienen detractores. “Confío plenamente en la educación estatal. Los cargos se concursan, y eso asegura tener los mejores profesores”, dijo Sonia, que tiene un varón en la secundaria y una niña que asiste a la primaria, ambas estatales. Varios de los padres consultados coincidieron en que hay escuelas estatales de excelente nivel académico, aunque no es un denominador común de todo el sistema estatal. “Lamentablemente hay instituciones en las que alumnos y docentes están más preocupados en que les roben, que en educar y educarse. Es una lástima”, opinó Ángel, padre maipucino.
Los precios de los colegios privados van desde una media de 200 pesos, en los que reciben importantes subsidios estatales, hasta 600 en establecimientos sin ningún aporte del Gobierno.
“Ojalá todos pudiéramos acceder a una educación de buena calidad, porque lo que está pasando no hace más que acrecentar la brecha entre las distintas clases sociales”, opinó Heber, contador godoicruceño.
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22 de noviembre de 2024