En el caso de Mendoza no hubieron mayores problemas respecto a sus vecinos San Juan y San Luis pero en el resto de las provincias diversos inconvenientes de produjeron a raíz de este cambio horario ya que por ejemplo trabajadores y estudiantes de El Bolsón tienen una hora en los relojes de sus casas y otra en las instituciones donde estudian o trabajan por mencionar solo un caso.
Una constante en todas las provincias no solo es el problema del cursado del turno tarde de las escuelas sino las quejas de los comerciantes que se han visto perjudicados por el cambio de horario ya que tienen que encender sus luces una hora antes, generando un mayor consumo energético en vez de un ahorro como suponía el cambio de huso. En La Rioja (como en varias provincias) el Centro de Comerciantes propuso cerrar las puertas a las 20 hs. a fin de ahor! rar energía pero la propuesta fue rechazada por el sector ya que según alegaron los comerciantes “las ventas priman antes que el gasto energético”, sumado a que Hipermercados y Shopping mantienen un horario con el que ya es difícil competir (cierre a las 22 hs.).
Por su parte en Tucumán, el responsable del departamento de Luminotecnia de Luz y Visión de la Universidad Nacional de Tucumán, Carlos Kirschbaum, aseguró que retrasar una hora los relojes no tiene sentido si no es acompañada por una toma de conciencia de la comunidad. Por otro lado aclaró que no hay estudios oficiales que confirmen la diferencia de consumo energético entre períodos con una hora atrasada con otro período en horario habitual.
Se calcula que recién en octubre volveremos a cambiar la hora, mientras tanto gran parte de la población seguirá prendiendo las luces de sus hogares a las 17.30 hs. Mas allá de especulaciones y estudios al respecto el ahorro o no de energía lo veremos cuando cumplido el bimestre llegue la cuenta.... y ya sea tarde.
Ignacio Castro Vazquez
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