En tanto, de 2001 a la fecha, excepto el asesinato de un policía en agosto de 2003, los hechos ocurridos fueron menores, dejando atrás intentos de violación y otras situaciones de violencia que en algún momento se hicieron sentir.

Los resultados tienen que ver con que la Universidad Nacional de Cuyo como muchos vecinos de Mendoza gasta plata de su propio bolsillo para combatir la inseguridad.

Miguel González Gaviola, secretario económico de la UNCuyo, indicó que “acá hay aproximadamente 250 mil pesos anuales que se destinan a pagar servicios de vigilancia, de prevención del delito y de seguridad de las personas.  En 2002 la cifra aproximada era de 200 mil y en estos años hemos ido haciendo algunos refuerzos presupuestarios en ese tema, porque ha sido crítico dentro de la problemática a atender”.

Raúl Grippo, director administrativo, comentó que “en la actualidad tenemos ocho puestos fijos, dos puestos móviles, un vehículo que se encuentra permanentemente recorriendo el predio, la colaboración a veces con bicicletas de la policía, y en oportunidades acude personal de Infantería”.

Además del servicio de vigilancia de la policía y personal privado, en el campus universitario de la UNCuyo hay cierta infraestructura para prevenir el delito.

Tras una inversión de unos 60 mil pesos, los edificios de las facultades cuentan con sistemas de alarmas monitoreadas y cámaras para visualizar a las personas que ingresan.

Este año el mayor centro de educación de Mendoza contará con una partida presupuestaria de 97 millones de pesos.  De allí, también saldrán los 30 mil pesos para que su Consejo Asesor Permanente siga investigando sobre seguridad para beneficio de toda la comunidad.

Rosa Fader de Guiñazú, secretaria de Extensión Universitaria, indicó que “tratamos temas muy específicos para permitir elaborar informes que sirvan de base para una política de Estado respecto a la seguridad”.