La educación técnica en la Argentina tiene sus orígenes en 1905, nace ante la necesidad de preparar tanto a argentinos como a una gran masa de inmigrantes, que entre las décadas del 20 y el 40 se volcaron masivamente a las tareas agrícolas.

La especialización en este campo de la producción nacional era por aquellos tiempos casi nula.

El diputado y docente José Rivas indicó que “la educación técnica siempre aportó el recurso humano calificado.  En la década del 40 fueron creciendo, se fue industrializando la Argentina   y  ahí se empezó a establecer la incorporación del técnico mecánico, electromecánico, químico, y ahí el Estado tiene que aportarle a la pequeña y mediana empresa el operario calificado, pero también tiene que aportar a la sociedad una fuente laboral y una preparación adecuada para poder ser un operario calificado dentro de lo que significa la demanda laboral de la época”.

Hoy las viejas escuelas técnicas están totalmente alejadas de la realidad laboral mendocina.  Los estudiantes reciben una instrucción teórica con muy poco  taller.

“A los talleres se los dejó sin insumos, los cargos de maestra de enseñanza práctica se bloquearon y se fue achicando el recurso humano que enseñaba los oficios y por el otro lado hubo un vaciamiento porque se incorporaron a la educación técnica otras materias humanísticas que antes no estaban y que le fueron quitando especificidad justamente a cada una de estas orientaciones.  Y en este sentido es que se encuentra luego de diez años con que no hay operarios calificados, no hay soldadores, no hay torneros, y el empresario qué dice, yo tengo que gastar dinero para prepararlo, cuando estamos pagando impuestos y los impuestos se tienen que traducir en educación”, completó Ribas.

Los especialistas sostienen que la educación no debe ser un sistema estático, sino amoldarse al modelo económico que se piensa para un país.