Seguí caminando y en la Peatonal me topeté con otro músico amigo, Vení Tocame el Vals y lo noté más colorado que producto de ave de contratista y me dijo, esto no lo entiendo. Han hecho desaparecer una de las pocas cosas que la Cultura hizo bien en el gobierno anterior, \"Mendoza Suena\", pues lo hicieron realidad, Mendoza sonó.
Preocupado por la ola de reclamos, seguí caminando y en la esquina del Correo, me salió al cruce el integrante de una murga que me confesó, esto es una comparsa, nos invitaron a Europa como un fenómeno cultural y con lo que nos da Cultura no llegamos ni al Arco de Desaguadero en carretela. Mientras tanto, algunos funcionarios del área viajan a Europa, sin que nadie sepa muy bien a qué van.
Me fui con la última copla murguera que decía, nosotros los murgueros desfilamos con altura, pero no vemos un mando de la gente de Cultura.
A la cuadra me encontré con un asiduo concurrente al teatro, mi amigo Zoilo Más Cholulo y me confesó, con cara de desolación, no entiendo lo del Teatro Independencia. Hay días que está inutilizable, días que no sirve y no entiendo.
Una cuadra más adelante me salió al cruce Leo, demasiado fana de los libros y me confesó azorado, no están algunos de Publicaciones Mendoza.
Mientras la gente de la Universidad, casi sin presupuesto, saca adelante ediciones espectaculares, como las de EDIUNC, la gente de la Cultura del Gobierno no publica ni un libro de queja.
No digo que promueva a los autores nuevos, no, eso sería pedir demasiado, pero por los menos que se ocupe de reeditar las obras de los grandes, que no se consiguen en ningún lado. Quiero decir, Bufano, Draghi Lucero, Tejada Gómez, Tudela, Ramponi y tantos otros.
Confundido por esta opinión generalizada sobre la cuestión cultural, me fui a vivir una de las fiestas del Desierto de Lavalle y no encontré a nadie de Cultura. Me dijo un viejo Lagunero, qué van a venir acá, si nosotros ni siquiera somos un pueblo.
Es que a veces, algunas veces, lo que verdaderamente pasa es que no pasa nada.