"Lo primero que San Martín haría sería caérsele una lágrima porque los problemas durante la época sanmartiniana eran mayores que estos. Los objetivos y la razón de San Martín eran la libertad y la independencia. Nosotros eso, mal que mal, lo tenemos. Para nosotros en historia es difícil hablar de qué hubiera pasado o qué hubiera dicho. Lo que nosotros analizamos es lo que pasó. Por eso me animo a pensar en lo que hubiera hecho San Martín.
"Que lástima que los valores y el legado que San Martín nos dejó no tenga la práctica en los hombres públicos y en el ciudadano corriente. Por ejemplo, la capacidad de renunciamiento que manifestó San Martín siempre a lo material y a la gloria vana inmediata para sustentar los sueños e ideales a más no poder. Hay un concepto que es clave porque se observa rápidamente la falta de ética. Cuando no hay éticas que se sustentan fuertemente empiezan las crisis. Creo que la crisis que vivimos es una de las más fuertes desde el punto de vista ético. Fue aquello que San Martín, junto con la espada y con sus ideales, a partir de una ética, sustentó. Fue lo que permitió que la población de Mendoza, de Cuyo, de Hispanoamérica y de los europeos en el destierro entendieran lo que es un ideal. Era un modelo del hombre que debía ser, no solamente como estadista, sino como ser humano en cada momento de la vida cotidiana, un ejemplo en cada instante.
"Si nosotros pensamos que esta época es difícil, pensemos que la época en que San Martín estuvo en Mendoza era una época de guerra, donde lo que estaba en peligro, aun cuando hoy también lo es así, a cada palmo era la defensa de la vida. Más que pensar qué hubiera hecho San Martín, porque llevaría a poner en boca mía algo que no sé si San Martín lo hubiera hecho mejor, creo que no hubiera permitido que cosas que tienen solución, no hubieran encontrado su solución o no se hubieran encarrilado. Nunca se hubiera llegado a estas instancias".
Acerca de lo que se puede recordar de esta Mendoza actual dijo que "creo que tenemos un legado que recoger para rescatar y refundar aquella patria que los hombres de ese entonces. Tenemos que pensar y actuar como ellos, ser conscientes y tener la entereza y fuerza necesaria como para darnos cuenta que si es necesario dar la vida hay que hacerlo con un objetivo superior que es la patria y no las individualidades"
La profesora Beatriz Bragoni, historiadora e investigadora del Conicet, habló sobre la necesidad de la historia en la sociedad. "Si bien comparto con Adolfo en lo delicado que tenemos que ser frente a los juicios que emite sobre el pasado, sobre todo el historiador, y en las prácticas de los hombres, hay algunas actitudes y políticas. La pregunta es qué vigencia tiene el legado de San Martín. Hay algunos íconos, más allá de su predominio político y militar que demostró en la ejecución de lo que tiene que ver con la formación del Ejército de Los Andes, de la fuerte movilización política que eso supuso, de la construcción de poder que tuvo que hacer para poder hacerlo, de los ingentes recursos que tuvo que reunir sobre la base de imposiciones fiscales que a la gente no le resultaba sencillo hacerlo, del esfuerzo del pueblo cuyano.
"De todas maneras, frente a la triste realidad que vivimos y compartiendo con Adolfo la delicada situación que vivía las Provincias Unidas en el momento que San Martín se hace cargo de la conducción de la gobernación de Cuyo para liderar un plan continental que tiene en la cabeza y que tiene que convencer a más de uno para que sea así, no le fue sencillo. Tuvo muchos adversarios en torno a eso y tuvo una situación sumamente adversaria en donde también hubo gente que lo acompañó en esa empresa. Hay algunos iconos que me parecen importantes y que tiene vigencia.
"En primer lugar el papel de la educación y de la formación en donde toda una generación de ilustrados tenía depositada la confianza en hacer algo para las generaciones siguientes. Es decir, que no solamente su plan y sus objetivos políticos terminaban en sus objetivos personales sino que tenían una proyección hacia delante de fundar un orden político diferente del que había nacido. Ellos nacieron en el marco de una sociedad y una estructura de poder que no daba lugar a las libertades individuales. Esa generación de la independencia estuvo convencida de que ese era un valor por el cual mucha gente perdió su vida por la patria.
"Hubo gente que ganó y que perdió en ese proceso. El tema de la educación se convirtió en un valor porque no era solamente un objetivo de San Martín sino de toda una generación que en eso tenía depositada sus esperanzas y utopías. Eso se tradujo en instituciones, en el colegio de la Santísima Trinidad que se creó y se rehabilitó. En Mendoza no había una escuela institucionalizada durante muchos años. Esas fueron cuestiones que quedaron y que crecieron con el tiempo. Su papel en torno al tema de la cultura ilustrada en general no solamente quedó circunscripto en la biblioteca que dona sino también en las que genera en el territorio peruano.
"El otro punto que es importante rescatar de la vigencia del legado sanmartiniano es el debate público, la confianza en que la opinión pública tenía un lugar importante y no temerle al debate. Alienta la discusión porque el objetivo de esa gente en ese momento revolucionario es la idea de crear un ciudadano virtuoso, que defendiera sus derechos y que fuera una sociedad conformada por ciudadanos activos. Eso se convirtió en un icono. Pasar el súbdito de orden monárquico a un ciudadano que participara con diferentes concepciones de ciudadano. No es el ciudadano del siglo XIX el que tenemos hoy pero sí un sujeto político que se diera una organización política acorde con la ley y con las libertades públicas. Por eso me parece que hay muchas cuestiones que tienen que ver con ese legado y que pueden ser actualizadas sin desmedro de traer a colación extrapolaciones que sólo pueden tener una dimensión en una representación cultural o teatral".
Finalmente comentó que "el legado sanmartiniano como todo legado histórico tiene que ver con lo que recordamos cada día y con un acto plebiscitario de nación de todos los días. Aludo a un acto cotidiano de refundación ciudadana. El tema de la ciudadanía activa supone tanto deberes como libertades. En estas obligaciones San Martín fue la experiencia de poder más fuerte que tuvo Cuyo durante el período revolucionario".
La docente Norma Accordinaro, escritora regionalista, habló sobre su distinción en la Legislatura. "Estoy contenta porque no sólo de pan vive el hombre. De tantas cosas tormentosas que vemos, esto nos sirve para reforzar la lucha diaria. Los que ya me conocen saben que soy una incansables estudiosa y difusora de la historia regional. Yo opino que este resultado de tanta violencia, de tantas cosas que nos pasan es el fruto de la formación de un ciudadano que nos tocó a muchas generaciones donde lo deslumbraron con la historia de Europa y donde no le hicieron conocer el suelo con sus riquezas, con lo bueno y lo malo.
"Pertenezco a una generación que salió de la primaria conociendo todos los montes de Europa y conociendo de mi país escasamente todos los acontecimientos de las guerras. Pero ni siquiera nos mostraron la parte humana de los ciudadanos, solamente los generales y los coroneles. Eso hizo que el ciudadano creciera proclive a admirar lo de afuera y a no valorar lo que tenemos. Muchas veces las personas que están en la lucha política, cuando llegan al poder, no conocen la ética porque no tuvieron una formación con un amor profundo a su suelo, ahí es donde fracasan.
"Por otro lado, voy a hablar alentada por lo que me parece que desde arriba me dice el general. El general diría que, él como amante profundo de las libertades, la libertad tiene que ir acompañada de los deberes. Acá todos gritan desde la Plaza de Mayo hasta la Quiaca sobre las libertades pero no se habla de los deberes. El ciudadano olvidó sus deberes. Siento que en este momento me alienta el general a decirle al ciudadano que hay que ganarse el pan con el sudor de la frente. El que no quiera trabajar, que no coma porque los que trabajamos somos muchos.
"En el medio, hay una franja de gente que cumplimos con los deberes, que trabajamos y que aportamos. Ya estamos bastantes cansados que todos los días nos refrieguen por los medios de difusión la pobreza. Si bien es cierto que hay mucha gente pobre que no tiene trabajo a la que solidariamente tenemos todos la obligación de ayudar, hay que preguntarse si son tantos los que no tienen trabajo. San Martín les diría que hay que ganarse el pan con el sudor de la frente y también les diría a los funcionarios que cuesta caro mantener los poderes".
El actor Tino Neglia habló representando a San Martín. "Estoy preocupado por el poco tiempo para decir cosas pero es así. Empezaría por decirles a los paisanos y paisanas que nos escuchan que yo le temo a una sola cosa. Digo yo porque esto es lo maravilloso del teatro, nos permite conocer un personaje, comprenderlo y convivir con él. Se lo conoce a través de la lectura de los documentos que hay. Eso hace que uno vaya construyendo su espíritu. Este espíritu apareció por el 200 cuando estábamos al borde de una anarquía cuando decíamos que se vayan todos en vez de estar todos juntos como siempre quise, en vez de juntarnos.
"Le temo solamente a una cosa: a las peleas entre hermanos, a la falta de educación y a la falta de justicia. Cuando tengamos esos tres pilares podremos heredar lo que le dije a mi hija Merceditas que dentro de una semana celebraremos su cumpleaños. La única herencia que le dejé fueron sus máximas. Aquí se habló de ética, de valor, humanizar el carácter, hacerlo sensible. Cuando mis soldados se morían aplastados por las piedras les pedí que cantaran el himno sin avergonzarse. Les pedí ánimo, pero nos educaron durante años mirando para afuera en vez de mirar para adentro, en vez de conocer nuestros valores.
"Eso tiene que ver con la educación. Hay una carta que los dejo a los educadores donde digo que si no hubiera sido porque la educación española bregó en nuestro pueblo, mucho más rápido habría sido lograr el éxito de la revolución americana. Pero son los enemigos de la patria y del continente los que nos oprimen por todas partes, antes y hoy. No es casual nuestra desunión y que no haya líderes porque nos quieren enfrentados, peleados, matándonos entre nosotros y no es así. Ya hubo muchas muertes, ya murieron muchos cuyanos y mendocinos. Es la hora de creer en que la educación es la que nos dará lo que necesitamos. Por eso cuando recibí algún viático lo destiné a hacer una biblioteca.
"Si tuviera más viáticos seguiría haciendo bibliotecas, seguiría construyendo puestos de trabajo porque a la gente educándola, les daremos la posibilidad de tener las herramientas para que se renuncie a lo que escribí: con el ocio, la indiferencia y la molicies no se hacen soldados para la patria. Cuando hablo de soldados hablo de trabajadores hoy. No siempre los soldados significan la guerra. Los libros son más poderosos que los ejércitos para sostener la libertad de los pueblos. No se deje engañar, a veces lo manejan porque lo quieren enfrentados entre ustedes. Claro que hay muchas cosas que cambiar pero nos tenemos que preparar para eso, asumir el compromiso personal. Ánimo, eso es lo que quiero que tenga. Porque para los hombres y mujeres de coraje se han hecho las empresas. Una república sólo es posible si la cultura y el conocimiento son de todos. Ánimo".
Canal 9-Opinión (20.30 a 21)-Miércoles 17: Homenaje a San Martín ¿Qué haría el gran estadista
El profesor de Historia, Adolfo Cueto, decano de la facultad de Filosofía y Letras, habló sobre los problemas actuales que tiene la provincia.