Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Doctor en Química.
–¿Qué opinión le merece la decisión de Barack Obama de reanudar las investigaciones con células madre?
–Es una decisión lógica y esperada. De alguna forma viene a resolver una incoherencia que existía en ese país con respecto al potencial de investigación. Algunos profesionales estaban emigrando de EE.UU. porque no podían avanzar en sus trabajos. Y es una decisión acertada porque parece indicar que el uso de células madre va a ser la revolución más próxima en términos de medicina humana. Las células de los embriones tienen un potencial mucho mayor que las del cordón umbilical, porque las primeras tienen un crecimiento superior.
–Ya han llegado algunas críticas desde la Iglesia sobre el uso de células madre embrionarias. ¿Qué postura tiene el Gobierno nacional?
–En el país no hay una reglamentación específica sobre el uso de embriones, no obstante se han tomado algunas medidas importantes para no dejar librada la iniciativa a la individual. En nuestro caso, hemos creado hace dos años un comisión asesora en células madre integrada por especialistas de primer nivel. Por otra parte, estamos promoviendo investigaciones básicas a través de un proyecto integrado.
–Muchos entienden que la utilización de estas células tiene que ver con la manipulación de un ser vivo, de un ser humano. ¿Cómo lo entiende usted?
–De lo que se trata es de manipular células humanas como las que uno manipula en otro tipo de investigaciones. Por ejemplo, hace poco, de la piel se puedo obtener células embrionarias. En materia de políticas públicas es necesario atender el bien común y no al individual.
–¿Cómo piensa llevar el Gobierno adelante la polémica que se avecina con este tema?
–Lo bueno de la polémica es poder intercambiar opiniones sobre una base racional atendiendo a las convicciones de cada uno. Nuestra misión como ministerio es dar la óptica de la ciencia, por ende, poner a disposición de la gente lo que los investigadores tomen como avance y a partir de allí que se reglamente en el Poder Legislativo para su utilización.