Charles Truman Travis es un ministro cristiano estadounidense, doctor en Filosofía, fundador y presidente de la Universidad Cristiana Logos (Logos Christian University/Aidan University) con sede en Jacksonville, Florida, Estados Unidos. Dirige la Logos Global Network, una institución internacional altruista que presta servicios en distintos lugares del mundo como China, Colombia o Liberia. En Mendoza es fundador de la Quinta Betel, ubicada en Santa Blanca, San Roque, Maipú que, asiste a niños abandonados o víctimas de abusos. La universidad estadounidense firmó un convenio con la municipalidad de San Martín para llevar adelante acciones de complementación y cooperación académica, científica, tecnológica y cultural.
¿Qué puede destacar de su formación y de su relación con la educación?
Al terminar mi educación fui pastor, misionero y luego ministro. Pero la mayor parte de mi atención fue facilitar la educación a las personas. Hemos construido iglesias en países del tercer mundo, orfanatos, comedores y en los últimos 30 años, escuelas.
Además de fundar y administrar dos universidades y la red global de educadores, que integra a escuelas basadas en la Iglesia. El objetivo es entrenar a los jóvenes en una disciplina espiritual para varios campos. El conocimiento se aplica a la vida, porque si la fe nuestra no se transfiere a la vida no es una fe real. Si hago una transacción de negocios y voy a abusar de ti, estoy actuando como un hipócrita, no he aprendido la lección de la fe. De esta red, en Estados Unidos, forman parte unas 80 escuelas, que son administradas por nuestro grupo central. Además, tenemos presencia en 27 países.
En cuanto a la universidad y al convenio con la comuna de San Martín…
La universidad es el área científica. Tenemos tres ámbitos en los cuales formamos a las personas. Nos concentramos en el personal docente y en el alumno.
Con respecto al Campus Universitario de la municipalidad de San Martín creo que lo que se está haciendo aquí no es tradicional en el aspecto educativo y nosotros somos pioneros en eso. Porque cuando yo iba a la escuela, tenía que dejar mi casa y eso suponía gastar mucho dinero y me demandaba mucho tiempo. Nosotros, en cambio podemos traer la universidad al estudiante, con todos los nuevos sistemas de comunicación. Y mientras hacen su trabajo, los alumnos pueden seguir sus estudios. Y los docentes tienen una asistencia permanente, a través de internet o del teléfono.
Tenemos tres niveles de formación: el discipulado, que simplemente brindamos información. En el otro un “mentor” le muestra al alumno cómo se hacen las cosas. El tercero es como un acompañamiento, por dar un ejemplo, en el fútbol, cuando el entrenador está en el campo de juego con los jugadores. En el caso en que un jugador se lastime, el entrenador tendrá que sustituirlo. Este tercer nivel, en realidad, dura toda la vida. Esta es la universidad que cambia la vida y se dedica a formar entrenadores para la vida. Es un grupo de personas que ayudan a otras para que consigan sus objetivos.
¿Es un nuevo concepto en el campo de la educación?
Esto es lo que me atrae al Campus Universitario de San Martín y al Dr. Tomás Riveros (Director del Proyecto) porque él piensa más allá de lo formal e instituido.
¿Qué cantidad de alumnos tiene la universidad?
Tenemos 5 mil alumnos, aproximadamente, y un miembro del cuerpo docente cada 30 o 40 alumnos.
¿Cuáles son las similitudes y las diferencias con las universidades formales?
Tenemos los mismos criterios en cuanto a la currícula y a las calificaciones del personal docente. Pero en vez de estar todos en un mismo lugar y que los estudiantes vengan a nosotros, vamos hacia ellos. Yo soy el “mentor” de varios estudiantes. Por mis últimas actividades no pude ver mi correo electrónico por unos días y cuando lo abrí, tenía más de 500 e-mails. Y algunos de esos mensajes provenían de estudiantes ya graduados. Nos comunicamos como si estuviéramos en el aula. Tratamos de tener como profesores a especialistas en cada campo o materia. Debo destacar que la experiencia es fundamental en cada uno de los que ejercemos el trabajo de “mentores”.
¿En Estados Unidos existe una asociación que agrupa a las universidades cristianas o evangélicas?
Somos parte de alguna de ellas, como la Comisión de Educación Independiente de Florida que integran todas las facultades religiosas o no religiosas. Esta institución es la que realiza el control de alumnos y del personal docente y es muy exigente. Y también somos miembros de otras organizaciones que agrupan a universidades exclusivamente cristianas.
¿Que condiciones o formación debe tener un alumno para ingresar a la universidad?
Debe tener el nivel secundario para el nivel de pregrado Para la maestría, el grado superior y la licenciatura.
¿Cuáles son las carreras?
Las especialidades en la Universidad Cristiana Logos son Teología Aplicada, Educación Cristiana, Asesoramiento Cristiano y Liderazgo y Organización.
En la Universidad Aidan tenemos: Teología Aplicada, Educación Cristiana y Administración de Negocios y Psicología. Bachillerato y Maestría en Administración de Negocios.
¿Pueden cursar alumnos que no sean cristianos o evangélicos?
Si bien somos una universidad estrictamente cristiana, no discriminamos a nadie, cualquiera puede ingresar. Yo estudié psicología y sociología en escuelas seculares y me adapté a los requerimientos de esa universidad. Nuestros valores y visión del mundo, se reflejan en nuestra currícula.
¿Por qué eligieron a San Martín para formalizar este convenio de complementación?
Cuando vine a la Argentina en 1985, hice algunas relaciones tan excelente que seguimos viniendo. Primero le ayudamos a un pastor a construir una iglesia en Costa de Araujo. Luego organizamos un hogar de niños. Así que parece que hay muchas cosas por hacer y es en la educación de este lugar, donde hemos sido conducidos a desarrollar nuestro trabajo.
¿Cuál es su opinión sobre la crisis económica que se inició en su país?
Es el resultado de decisiones de gobierno muy malas. Como que volvían atrás, al gobierno de Carter. Se les pedía a los bancos que dieran créditos a personas que no podían pagarlos para que se compraran casas. Y las organizaciones comunitarias presionaban a esos bancos para que cumplieran con ese objetivo. Pero las entidades financieras se empezaron a dar cuenta que esos préstamos eran muy malos. El gobierno dijo que arreglaría. Creó entonces el grupo que iba a comprar esos préstamos riesgosos. Hacían un paquete con ellos y los vendía como papeles de inversión en el mercado mundial. El riesgo era muy grande. Los créditos, las tarjetas de créditos, empujaban para que este plan continuara. No había un control, pero sí mucha ambición. Los políticos no tenían el coraje de enfrentar el tema, hasta que se convirtió todo en una crisis.
Yo creo que algunas áreas de la política se sienten bien o les agradan las crisis. Porque el presidente Barack Obama dijo: “No queremos desperdiciar una buena crisis”. Porque ellos pueden aprobar legislaciones o tomar medidas en una crisis que de otra manera no podrían hacerlo. Ha sido la transferencia de dinero más grande de la historia. Nuestros fundadores se darían vuelta en sus tumbas.
Creo que no se está utilizando una buena política porque se está usando el miedo y los medios de comunicación están participando en esa especie de campaña.
¿Y cómo ve la salida de esta crisis?
Creo que como en la Argentina donde he visto varios momentos difíciles, su gente, tanto como los norteamericanos, son fuertes y resistentes y van a superar esta crisis. La gente tiene que involucrarse, debe estar conciente y conocer los aspectos reales de esto que, antes de llamarle crisis, le llamaría una oportunidad. Esta situación nos permitirá tomar conciencia y adoptar una disciplina de vida que nos sirva a nosotros mismos.