La iniciativa recibió su lanzamiento oficial durante un encuentro realizado este jueves 29 en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo, que actúa como institución coordinadora. Junto con ella, participan la Universidad Nacional de La Plata, el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (IANIGLA) del CONICET, la Universidad de Hawaii, el Instituto Geográfico Militar y la Dirección de Recursos Naturales Renovables del Gobierno de Mendoza.
Puede parecer superfluo medir cuántos centímetros crecen el Aconcagua y el resto de los Andes en décadas e incluso siglos. De las exposiciones que brindaron los científicos en el acto de lanzamiento, sin embargo, se desprende que del conjunto de investigaciones que se llevarán a cabo surgirán nuevos conocimientos y más precisos desde la Geodinámica, Ionósfera, Geodesia, Glaciología y Nivología, Cartografía y hasta el Ordenamiento Territorial.
El mismo nombre del proyecto -“Sigma”, cuyo símbolo “S” significa “sumatoria” en lenguaje matemático- expresa esa conjunción de conocimientos y de instituciones científicas en pos de una dirección concreta, destacó el doctor Jorge Barón, de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo, uno de los propulsores del proyecto.
El reconocido investigador reseñó que se trabaja desde hace ocho años en la elaboración de este proyecto, que surgió a raíz de los contactos académicos entre Ingeniería y la “Pacific GPS Facility” de la Universidad de Hawaii.
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS, según sus siglas en inglés) que se instalará en la cumbre del Aconcagua es de precisión milimétrica y de pequeñas dimensiones y estará conectado con la red de aparatos similares que ya existen a ambos lados de la Cordillera.
Será la Estación GPS más alta del mundo, lo que además del “record” implica dificultades inéditas en cuanto al lugar de colocación, acceso y seguridad. Para esa tarea se cuenta con el aporte del ingeniero Gabriel Cabrera que reúne en su persona las condiciones de investigador del IANIGLA y de experto escalador del Centinela de América.
Una de las aplicaciones que se derivarán de la información obtenida a través del sistema, y de obvia trascendencia para Mendoza, es una probable revisión de la metodología de medición del balance hidrológico. Y, además, el desarrollo tecnológico que requerirá la transmisión de esa información, destacó el investigador Luis Lenzano, del CONICET.
La vertiente geodinámica del proyecto fue abordada por el doctor Benjamín Brooks, de la Universidad de Hawaii. La medición de la deformación de los Andes -indicó- implica evaluar el “componente elástico” derivado de los movimientos de la Placa de Nazca y la Placa Sudamérica, y también el “componente permanente” del crecimiento de la altura de los Andes Centrales, con todas las conclusiones que se pueden sacar respecto de sismología.
El sistema de investigación permitirá también obtener nuevos conocimientos acerca del comportamiento de las partes superiores de la atmósfera y el impacto que producen los rayos y vientos solares. El estudio de estos fenómenos está a cargo del Grupo GESA, de la Facultad de Astronomía y Geofísica de la UNLP.
Los expositores destacaron la participación de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Mendoza, que además de aportar significativamente a la logística para la concreción del proyecto, seguramente en el largo plazo podrá contar con los resultados de la investigación para desarrollar su tarea en la provincia.
PD: "Mauna" significa "monte" en lengua hawaiiana.