SANTIAGO. El gobierno chileno realizó intensas reuniones ministeriales para intentar superar la peor crisis estudiantil en tres décadas, luego que los escolares amenazaron con una movilización mayor a la violentamente reprimida el martes si no acogen sus demandas.
 
Aunque la presidenta chilena, Michelle Bachelet, declaró el miércoles su “indignación" por la represión de los estudiantes y dijo que era “completamente coincidente" con la necesidad de una mayor igualdad en el sistema educacional, el Gobierno no ha podido desactivar el conflicto.
 
Hace dos días, unos 800.000 estudiantes paralizaron sus actividades y miles protestaron en las calles de las principales ciudades del país, en la continuación de una huelga que iniciaron gradualmente hace tres semanas por una mejoría del sistema y beneficios, como pases escolares.
 
La cúpula de los estudiantes secundarios, que ayer realizara asambleas y consultas con sus bases, dio plazo hasta hoy para que el Gobierno entregue una respuesta a sus peticiones, luego que en la noche del miércoles suspendieron las negociaciones con el ministro de Educación, Martín Zilic.
 
“Nos interesa terminar lo antes posible este conflicto. Nos tendremos que ver (los ministros) y daremos una respuesta en los plazos que correspondan", dijo ayer el ministro del Interior, Andrés Zaldívar, a la cadena Chilevisión.
 
Zilic llegó muy temprano al palacio presidencial de La Moneda sin hacer declaraciones a la prensa, para plantear el petitorio de los escolares a Bachelet.
 
Los estudiantes exigen pases liberados para el transporte colectivo y que la prueba de acceso a las universidades (PSU) sea gratuita, en lo que denominaron una “agenda corta". Aunque no hay una versión oficial, medios locales aseguraron el jueves que el Gobierno ofrece gratuidad de la PSU y del pase del transporte público para el 60 por ciento más pobre de los estudiantes, pero los alumnos exigen que este beneficio sea para todos, sin exclusiones.
 
También piden una reforma de la “jornada escolar completa" puesta en marcha hace años y que, según el Gobierno, no ha dado los frutos esperados. Además, buscan que las escuelas y liceos vuelvan al Estado y no sigan a cargo de los municipios.
 
De no llegar a un acuerdo satisfactorio, los escolares anunciaron una gran movilización nacional para el lunes, que contaría con el apoyo de los estudiantes universitarios, profesores, padres de los alumnos y empleados fiscales.
 
El próximo destino es Washington
 
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, iniciará una gira internacional que tiene como punto central de la agenda una reunión en Washington con su colega de Estados Unidos, George Bush, informaron ayer fuentes oficiales.
 
Bachelet viajará a EE.UU. Jamaica y Haití, punto este último en el que pasará revista a las tropas chilenas enviadas para asegurar la paz en el país centroamericano.
 
Durante su visita a Washington, la presidenta Bachelet analizará con Bush distintos asuntos de interés bilateral. “Estamos muy felices de que haya una visita bastante temprano en su administración", dijo el embajador estadounidense en Santiago, Craig Kelly.
 
El diplomático añadió que entre los temas de análisis figuran “el futuro de la democracia en la región, donde hay valores compartidos; el libre comercio y la estabilidad en Haití".
 
Pero cuando el gobierno chileno se apresta a poner urgencia a la reforma constitucional que permitirá adherir a la Corte Penal Internacional (CPI), Kelly, negó presiones en contra de la ratificación del llamado Estatuto de Roma.
 
Hay dos asuntos que no aparecen en la agenda que tratarán Bush y Bachelet en su encuentro, pero que, según fuentes diplomáticas, estarán presentes. Estos son la adhesión a la CPI, o Estatuto de Roma, y el voto para el país latinoamericano que ocupará por dos años un asiento en calidad de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.