El festival, una iniciativa conjunta del Gobierno porteño y la Universidad de Buenos Aires, es el primero que se realiza en la Capital. Intenta copiar iniciativas que se hacen en Nueva York, París y Londres, y ponen la ciencia en boca de todos.
\"Queremos sensibilizar acerca de la importancia que tiene la producción de conocimiento\", aseguró el secretario de Cultura, Gustavo López. Y para acercar partes proponen una variada programación (ver Actividades...).
El festival se inaugurará mañana y seguirá hasta el domingo 14. En el medio habrá casi 200 actividades, que incluirán conferencias, cursos, talleres, películas y obras de teatro. Habrá seis sedes: el Centro Cultural San Martín, la Ciudad Universitaria, el Complejo Teatral, El Dorrego, la Facultad de Agronomía y el Planetario.
\"Para nosotros tiene una intención académica, educativa e informativa. Quedaríamos muy satisfechos si sirviera para despertar vocaciones\", sostuvo el rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry. Participarán todas las facultades \"científicas\" de la universidad, de Exactas a Sociales.
Para Adrián Paenza, padrino del festival, hacerlo tiene que ver con revalorizar a la ciencia, que aquí adolece de muchos males: \"Pero, a pesar de eso, sigue dando desarrollos y científicos de vanguardia al mundo\".
Y nueve de ellos aceptaron volver a Buenos Aires para contar su experiencia como investigadores en el exterior. Se trata de Silvia Sigal, socióloga en el Conseil National de la Recherche Scientifique de París; Matías Zaldarriaga, físico en Harvard; Víctor Sadras, agrónomo en Australia; Alejandro Kalcenik, biólogo en Oxford; Víctor Penchaszedeb, genetista de la Universidad de Columbia; Iván Izquierdo, médico investigador de la Universidade de Río Grande Do Sul; Eduardo Archetti, sociólogo en la Universidad de Oslo; Juan Maldacena, físico en Princeton; y Martín Giurfa, biólogo de la Universidad Paul Sabatier Toulouse III. Todos aceptaron donar el valor de sus conferencias para participar. Y el precio no es poca cosa para la ciencia argentina. Aquí, la investigación recibe el 0,28% del PBI. En Japón, el 3%; en EE.UU., el 2,8%, y en Chile, el 1%.