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Clarín: Cada vez más chicos piden ayuda para elegir una carrera

Los especialistas de centros públicos y privados estiman que las consultas al menos se duplicaron desde 2001. Un factor decisivo es la incertidumbre por el futuro laboral. Y también "marea" el abanico de ofertas.

24 de agosto de 2004, 12:03.

Hay chicos que desde muy chicos saben qué quieren hacer de sus vidas, o al menos qué les gustaría estudiar. Pero hay otros que no tienen tan claro el panorama. Incluso, algunos terminan el secundario sin tener la menor idea de cómo seguir adelante con sus vidas. Es más: los especialistas en orientación vocacional entrevistados por Clarín dicen que al menos se duplicó la cantidad de consultas.

Van adolescentes "medio perdidos", que indagan sobre carreras, contenidos de las materias e inserción laboral. ¿Por qué tantos? "La situación actual, el estado de general incertidumbre ", coinciden los especialistas.

Claudia Messing, psicóloga, socióloga y directora de la Escuela de Postgrado en Orientación Vocacional Ocupacional y Asesoramiento Familiar, asegura que las consultas casi se triplicaron desde el 2001. Y dice que el mayor temor de los jóvenes es el fracaso: "Tienen miedo a equivocarse en la elección de su carrera, a no adaptarse a los estudios y abandonar, a no conseguir trabajo".

Los temores no son infundados. En las universidades nacionales, sólo el 11% logra recibirse y el 50% deserta en primer año. "Los indicadores responden a la interacción de un contexto social de crisis y exclusión, el déficit de formación del secundario, la cultura del exitismo y la inmediatez, crisis de valores y de autoridad política y social, y dificultades familiares para construir modelos de contención y diferenciación con sus hijos", dice Messing.

Y explica: "Estos factores determinaron nuevas problemáticas vocacionales; apatía, desmotivación, abandono de los estudios, fragilidad de los intereses vocacionales, desconexión emocional, conductas fóbicas y fuertes dificultades de aprendizaje".

Adriana Gullco, coordinadora de la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina (APORA), agrega: "El escenario social cambió en relación con el que había cuando sus padres eligieron la carrera. Ahora nadie tiene asegurado un futuro por tener un diploma. La idea de que ciertas profesiones generan certeza laboral ya no se sostiene porque las condiciones de trabajo varían y las tecnologías quedan fácilmente perimidas". Ya hay cambios. Sistemas, Ciencias de la Información o de la Comunicación, que fueron boom en los 90, ya no captan tantos alumnos.

"Se llegó a un techo. Los chicos se dan cuenta de que el mercado no da para tanto. También muchos vienen confundidos, creyendo que una carrera tecnológica se limita a manejar una computadora. Hay que estudiar matemáticas, física, son carreras difíciles", explica Graciela Canessa, directora del Departamento de Orientación Vocacional del CBC.

"No sólo se trastocaron las condiciones externas. También cambiaron valores y expectativas del chico. Quien nunca vio trabajar a su padre configura una idea de trabajo distinta de quien vio a sus mayores cifrar esperanzas en la actividad productiva. Esto, sumado al consumo como meta y el 'quiero todo ya' marca otra manera de ser joven, que conlleva un arduo trabajo para imaginar el futuro", dice Gullco.

Clara Volcovich, de la Dirección de Salud y Orientación Educativa de la Secretaría de Educación porteña, asegura que las consultas se triplicaron. "Una de las cosas que más se cuestionan los chicos es si lo que van a estudiar les servirá para algo. Muchos se inclinan por las carreras cortas, porque así pueden trabajar antes o porque no demandan tanto esfuerzo". Alicia Cibeira, de Orientación Vocacional del CBC de la UBA, dice: "Los chicos no vienen sólo para elegir una carrera. Se preocupan por si van a terminarla o si podrán trabajar mientras estudian, porque muchos son el sostén de la familia".

Para Sergio Rascovan, psicólogo especializado en orientación vocacional, es en esta elección donde se juega de manera contundente qué será de la vida, y por eso hay tantas fantasías y rodeos con el tema. "La sociedad le exige al joven que se decida, y esa presión es muy fuerte", asegura. En cuanto a la incertidumbre laboral, dice que ve algo positivo en los chicos: "Como nada es seguro, estudian lo que les gusta".

Y aquí los orientadores coinci den: por más que los chicos pregunten qué conviene estudiar de acuerdo al mercado laboral, nadie les da una respuesta. O como dice Canessa: "Es imposible saber qué va a pasar. No hay que dirigir a los jóvenes ni decirles qué deben estudiar. La idea es escucharlos y que ellos mismos descubran sus intereses".

RECOMENDACIONES

Pautas para orientarse en la encrucijada

Los padres tienen que entender que la vida del chico no se define al terminar la escuela secundaria.

Los profesores son importantes para estimularlo en el reconocimiento de sus potencialidades, para proveer información y facilitar encuentros con profesionales.

Los padres pueden acompañar a sus hijos en la búsqueda de ayuda e información, pero sin imponer sus puntos de vista.

Para los chicos

Pensar un horizonte. Hay que tener lo más claro posible adónde se quiere llegar.

No marearse ante la gran oferta de carreras. Distinguir entre un curso de capacitación, una tecnicatura, un profesorado o una carrera universitaria para saber dónde se está parado.

Descubrir los intereses propios. Hacer lo que a uno le gusta es el motor para desarrollar proyectos.

Investigar qué hace hoy el profesional de la carrera elegida y tener en cuenta que tal vez haya un cambio en cinco o diez años.

Leer bien las guías para el estudiante. Hay información sobre todas las instituciones educativas, las materias y los programas de cada carrera, y las posibilidades actuales de trabajo.

No elegir por capricho ni quedarse con lo que uno dijo que iba a ser de muy chico.

No dejarse llevar por la conveniencia económica.

No decidir por la moda ni seguir a la mayoría sin indagar materias y campo laboral.

Pautas aportadas por los especialistas Graciela Canesa (CBC), Clara Volcovich (Secretaría de Educación porteña), Adriana Gullco (APORA), Claudia Messing (Escuela de Postgrado en Orientación Vocacional), Sergio Rascován y Raquel Faletty.

Testimonios

Guido Frank, 23 años, Estudiante de Periodismo

"Siempre dije que sería ingeniero electrónico. En el CBC estudiaba, pero me iba mal. Pasaron tres años, y me quedé libre. Empecé terapia de orientación vocacional con mis padres. Después de varias sesiones llegamos a que Ingeniería Electrónica era la carrera que le hubiera gustado seguir a mi papá. Me anoté en Periodismo Deportivo. Y este cuatrimestre aprobé todo."

G. Rascovan, 17 años, Aspirante a Economía

"Creo que seguiré Economía. Me interesa más lo social, pero los números no me molestan y Economía tiene más opciones. Puedo volcarme a lo político o lo social y no a los negocios. O puedo esperar y, mientras, hacer el magisterio. No tengo apuro. No voy a elegir por el trabajo, porque eso no lo tiene asegurado nadie. Prefiero hacer lo que me gusta."

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