“Este lanzamiento es consecuencia de la labor sostenida durante los últimos años por el personal de Hemoderivados para satisfacer las demandas de los pacientes y profesionales de la salud", expresó Jorge González, el titular de la universidad cordobesa. Asimismo, destacó que la obtención de productos óseos es posible gracias al "gesto solidario y altruista" de donantes, ya que estos son elaborados a partir de sus órganos y huesos. Por su parte, el director del laboratorio, Jorge Zarzur, señaló: "En esta cadena sólo somos un eslabón que hace posible el proceso de transformar la materia prima en un medicamento que ayude a mejorar la calidad de vida de los pacientes".
El centro de procesamiento de tejidos humanos fue inaugurado a fines de 2003 y es el único en su tipo en Argentina y Latinoamérica. Durante su primera etapa trabajó especialmente en el procesamiento de hueso humano transformado en polvo liofilizado con fines terapéuticos, con perspectivas de continuar con otra línea de productos del mismo origen. La materia prima proviene de distintos bancos de tejidos y llega a la UNC a través de convenios, como el celebrado con el gobierno de la Provincia, que permite el intercambio entre la planta industrial universitaria y el banco de tejidos del Hospital Córdoba.
Lo importante de estos productos es que posibilitarán a los odontólogos contar con un material que, hasta hoy, debía ser importado desde el exterior a precios que triplican los que ofrece la planta de la UNC. De esta manera, el laboratorio cumple con el fin social de generar bienes y servicios de calidad al menor costo posible para mejorar la salud de la población y, a la vez, actuar como regulador del mercado. “La autoridad sanitaria de Córdoba (ECODAIC) ha comprendido el significado sustancial de este proyecto para la salud y habilitó sus instalaciones", dijo González, agradeciendo el apoyo prestado a la planta de hemoderivados.
Los derivados se obtienen de los huesos de donantes -en este caso, de fallecidos- a los que se les extraen partes óseas, órganos y otros tejidos, como la córnea, la piel y la membrana amniótica. Este tipo de producto tiene un impacto importante en dos áreas principales de la salud: odontología y traumatología. Los odontólogos utilizan hueso molido en el área de implantología (para rellenar cavidades en las cirugías que incorporan tornillos de titanio) y cirugía maxilofacial (para tratar tumores que producen grandes cavidades maxilares, así como quistes y roturas). En tanto que el uso de derivados óseos en el área de traumatología requiere de piezas de mayores dimensiones para, por ejemplo, atender a los pacientes que han sufrido accidentes o padecen osteoporosis.
Los bancos de tejido que existen en el país proveen de material óseo en base a un procesamiento que deriva en hueso fresco congelado tras someterlo a cadena de frío. La UNC, en cambio, procesa la materia prima a través de una cadena industrial más extensa, hasta llegar a un producto seco e irradiado. Este tipo de tecnología se emplea sólo en algunos países desarrollados. Así, la planta cordobesa se coloca a la vanguardia en el proceso de elaboración y distribución de productos altamente calificados en el área de la salud.
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