Por primera vez en la historia de la Universidad de Buenos Aires (UBA) una facultad decidió poner en marcha un plan de conservación del material bibliográfico para preservarlo del deterioro del tiempo. Pero también para rescatarlo y ponerlo a disposición de todos en formato digital. Se trata de la iniciativa que acaba de anunciar la Biblioteca "Luis F. Leloir" de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN), un verdadero reservorio de miles de trabajos científicos, tesis y artículos de investigación que más allá de estar amenazados por los hongos y el polvo, son candidatos al ostracismo de los estantes.
De acuerdo con un informe elaborado por Susana Gallardo, del equipo periodístico institucional, el proyecto ya comenzó a ejecutarse con la preservación física del material producido a través de la remodelación de una sala para dejarla acondicionada en relación con los niveles de temperatura y humedad óptimos.
Incluso la Facultad avanza por estos días con el almacenamiento digital de tesis y en breve haría lo propio con otros materiales, según adelantó la directora de la biblioteca, Nancy Gómez. "La idea es concentrar todo aquel material producido en la Facultad y que sólo en ella es posible hallarlo", indicó. Exactas registra al año la defensa de unas 120 tesis de doctorado, lo que representa no sólo el 60 por ciento del total de la producción de la UBA, sino que además es el 25 por ciento de todo lo que se presenta en el país (alrededor de 500 tesis por año).
Al parecer, hoy la tendencia actual en las universidades e institutos de investigación de Europa y Estados Unidos es generar repositorios institucionales donde se aloje todo el material que generan sus investigadores para garantizar el libre acceso a todo aquel que requiera efectuar una consulta.
Este sistema de acceso y preservación que pensó la UBA, que es también implementado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), ayudaría en parte a solucionar las dificultades que experimentan los investigadores para encontrar material.
Entre la institución académica y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación se invierten unos 5 millones de dólares anuales en conceptos de suscripciones a las 3500 revistas más destacadas del mundo científico, de hecho cada vez más costosas.
Un plan pensado de antemano
A partir de 2005, la Facultad decidió cambiar el reglamento de doctorado para que ahora cada alumno que presente una tesis entregue una versión en formato digital, además de las cuatro copias en papel que se exigía hasta el momento.
Esta idea de formar un repositorio digital de tesis producirá también la automatización de todo el circuito desde el momento en que el graduado se inscribe en el posgrado. El programa incorporado es una adaptación del ETD (Electronic Thesis and Dissertations), generado en la Virginia Tech University de Estados Unidos, en 1996. Permitirá ver partes seleccionadas de la tesis, por ejemplo la introducción y las conclusiones.
En Estados Unidos la cuestión de la preservación digital fue solucionada con la puesta en vigencia de una red llamada UMI (University Microfilms), un verdadero refugio de todas las tesis de las grandes casas de altos estudios guardadas tras un proceso de microfilmado y de fácil consulta si es requerida por un estudioso.
"Nuestra idea -señaló Gómez- es poner las tesis a disposición del público, con la autorización del autor y de su director". Por eso "estamos construyendo un nuevo cuarto de computación, es necesario incrementar el número de computadoras disponibles para que la gente suba su tesis. Se necesita potenciar esa infraestructura", indicó la titular de la biblioteca.
Entre insectos y la humedad porteña
Al momento de referirse a un problema cotidiano del sector que maneja, la especialista reconoció "la preservación física" es un aspecto donde hay que "trabajar en forma permanente, por ejemplo con la limpieza, porque el polvo es algo que causa mucho daño a los libros".
Cada tres años se hace una limpieza profunda de cada uno de los volúmenes con una aspiradora especialmente diseñada para tal fin. La idea es evitar que la humedad y la temperatura actúen sobre el papel. Las condiciones climáticas de Buenos Aires, en especial la humedad, contribuyen a la "proliferación de insectos y microorganismos que, junto con el polvo, se encuentran entre los peores enemigos del papel", comentó Susana Meden, especialista en preservación que fue contratada por la FCEyN como consultora.
Entre otra de las medidas que se toman, además de la limpieza, está la colocación de mosquiteros y el cuidado de mantener poco nivel de luminosidad dentro de los depósitos. "La preservación física de los materiales en papel y la conservación en forma digital de la producción científica de la Facultad de manera de asegurar el libre acceso a esos materiales constituyen una parte esencial de la misión de una biblioteca en la actualidad", concluyó Gómez consciente que su tarea de hoy será para las generaciones venideras.
Fuente: Prensa de la FCEyN, UBA.