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Clarín: Destituyen al rector y a un decano de la Universidad de Formosa

La Asamblea Universitaria separó de sus cargos al rector Carlos Dalfaro y a Héctor Quijano, que estaba al frente de la Facultad de Administración. Previamente, ambos habían presentado sus renuncias.

20 de diciembre de 2005, 10:06.

La Asamblea Universitaria de la Universidad Nacional de Formosa separó ayer de sus cargos al rector, Carlos Dalfaro, y al decano de la Facultad de Administración y Negocios, Héctor Quijano, sospechados de participar en la entrega de títulos académicos inválidos en España.
Clarín publicó a fines de noviembre la primera investigación sobre este caso que se convirtió luego en un escándalo de alcance internacional.
Pocas horas antes de que, a la medianoche, la Asamblea los separara de sus cargos —por 80 votos a favor y dos abstenciones—, y presionados por las acusaciones en su contra, Dalfaro y Quijano habían presentado la renuncia a sus puestos. Pero no fueron suficientes sus gestos. La Asamblea sesionó como si esas renuncias no hubieran existido. Y resolvió que la mayor instancia de conducción de la Universidad sería la responsable de que ellos no siguieran en sus cargos.
El vicerrector a cargo del Rectorado, Martín Romano, conducirá la Unaf por un plazo que se resolverá el jueves. Para ese día fue convocada una reunión del Consejo Superior. Allí se resolverá hasta cuándo permanece Romano, y cuándo también se volverá a reunir la Asamblea Universitaria que deberá designar a un nuevo rector que completará el período de Dalfaro, hasta el 31 de agosto de 2007.
La de ayer es considerada la primera vez en la historia universitaria argentina —según confirmaron en el Ministerio de Educación— que un rector de una universidad nacional es destituido por el voto de una Asamblea Universitaria.
En el texto de su renuncia Dalfaro aseguró que su decisión busca contribuir a la "estabilidad" de la institución. "Es un necesario e importante paso —agregó— que nace de adentro y que me obliga a proteger a mis seres queridos y a mi propia trayectoria, inclusive a mi salud", sostuvo.
Quijano apuntó directamente a la prensa "con sus infames e injuriosas publicaciones", indicó que subsiste "animosidad que le impediría la prosecución del normal ejercicio" de sus funciones, y confesó que esta situación "provocó malestar en su salud y un extenuante cansancio moral".
La Asamblea respetó estrictamente el orden del día. En primer lugar, aprobó por mayoría el informe del Consejo Superior que elaboró la Comisión Investigadora y que terminó acusando a Dalfaro y a Quijano por la supuesta entrega de títulos inválidos en España. Luego escuchó los descargos de Dalfaro y Quijano, que denunciaron la violación a su derecho a la legítima defensa, la falta de legalidad de la constitución de los cuerpos colegiados que los acusaron "porque se extralimitaron en sus atribucio nes", al convertirse en "una sala acusadora de la Inquisición". Los dos funcionarios anticiparon que iniciarán acciones legales.
La decisión del jueves pasado del Consejo Superior los había puesto muy cerca de la separación de su cargos. Ese día, por el voto unánime de sus integrantes, el órgano máximo de gobierno de la universidad consideró inválidos los títulos otorgados a partir de convenios con el World College de Ushuaia y el Instituto Cibernos de Madrid. Y acusó a los dos funcionarios de "violación de sus deberes legales, académicos e institucionales". Los consejeros de todas las facultades junto con los del Consejo Superior —82 miembros— estaban a punto de votar su destitución por las irregularidades que consideran probadas en torno a la entrega de títulos académicos inválidos en España.
Durante la Asamblea, los estudiantes se consideraron los "principales afectados" y llamaron a tomar una decisión que permitiera cambiar la imagen golpeada de la Universidad. En una sesión que los mismos consejeros consideraron histórica porque sólo faltaron dos de sus miembros, la Asamblea se propuso una "refundación ética" a partir de un escándalo "lamentable".
No fue una sesión en la que se discutieron los alcances de las pruebas. Se dieron por comprobados algunos hechos que probarían la relación de la Unaf con las instituciones españolas.
La relación entre la Unaf y Cibernos quedó demostrada en un acuerdo del 29 de setiembre de 2004. Esta vez firmaron el decano de Administración y Negocios, el rector Dalfaro y el titular de Cibernos, Felipe de Andrés Fernández. Establecieron que en España se "comercializarán los master, cursos de especialización y carreras de la Unaf" y que los alumnos del Estado español "cursarán materias según los programas de la Unaf".
La Unaf también se relacionó con la Escuela Europea de Sistemas Informáticos (ESINA). También resolvieron que "los alumnos de la institución española" serán matriculados en las carreras de la Unaf que existen y en las que se pudieran crear. Desde la Unaf aseguran que este convenio no está vigente.
Hubo tensión, caras largas, acusaciones cruzadas. Pero sobre todo ayer en la Unaf quedó claro que la crisis no se resolvió con la separación de dos funcionarios. "Acá hay que revisar muchas cosas", se repetían unos a otros.
 
Cómo se "exportaban" diplomas
Los diplomas se entregaron en acuerdo con el World College de Ushuaia. Su relación se fundó en un primer convenio del 16 de setiembre de 2003. Allí se establece que la Unaf matricularía alumnos del W.C. para que alumnos españoles y argentinos pudieran "finalizar carreras universitarias".
Por la fuerte presión del Ministerio de Educación de la Nación que nunca aprobó el dictado de carreras universitarias de la Unaf, a distancia y en el exterior, el 1º de enero de 2004, se firmó un acuerdo cancelatorio entre Dalfaro por la Unaf y Jorge Gorosito, rector del W.C.
Sin embargo, la relación continuó. El 1º de setiembre de 2004, llegaron a un nuevo acuerdo casi en los mismos términos que el primero. Dalfaro y Gorosito se comprometieron en el artículo 11 a solicitar a las "embajadas argentinas" y a los Ministerios de Educación "la acreditación de sus organismos y carreras". Nunca lo hicieron.
Dalfaro y Gorosito ofrecían a españoles —a través del Instituto Cibernos de Madrid— la posibilidad de obtener certificados de polimodal, carreras terciarias (World College) y universitarias (Unaf). Las carreras de grado eran Contador Público, Técnico Contable, licenciado en Comercio Exterior, en Administración de Empresas, en Sistemas y en Gestión Económica.
En un año y medio, cursando un día por semana y con un sistema de tutorías, los alumnos españoles que ya tenían un título terciario podían acceder a un diploma universitario.
Todavía no se conoce el número de damnificados: la Comisión Investigadora cree que serían entre 300 y 400. A un mínimo de 4.000 euros por certificado secundario y uno terciario calculan una recaudación de 1,2 millón de euros. Los costos eran mayores para las carreras de grado. Uno de los damnificados dijo que pagó 9.000 euros por una licenciatura en Sistemas. En la Universidad hablan de un negocio de hasta 4 millones de euros.
Poco se sabe acerca de la ruta del dinero. El informe de la Comisión Investigadora consignó que "el 9 de marzo de 2005, ingresa a la Cuenta Corriente "Universidad Nacional de Formosa" del Banco de Galicia la suma de $39.655 en concepto de matrículas y aranceles por títulos depositados en sucursal Buenos Aires de ese banco por el rector del "World College".
Victoria Tatti. FORMOSA ENVIADA ESPECIAL vtatti@clarin.com

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