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Clarín-Domingo 20: En busca de una escuela secundaria mejor

En una semana de conflictivo inicio de clases, con protestas docentes en buena parte del país, se pusieron en marcha varios proyectos que procuran potenciar a la enseñanza media.

21 de marzo de 2005, 14:08.

Quién tiene la receta para mejorar la escuela secundaria? Investigadores de las universidades y los institutos de formación docente (IFD) de todas las provincias decidieron responder a esa pregunta. O, mejor dicho, a una convocatoria lanzada por el Ministerio de Educación de la Nación: el programa "Mejora de la calidad educativa de la escuela media", que acaba de seleccionar 128 proyectos, destinados a enriquecer la enseñanza, la salida laboral o la vida cotidiana de 645 escuelas (EGB3, polimodales, técnicas, artísticas, rurales), de todo el país. Un universo que alcanza a unos 350 mil alumnos, que se verán afectados directa o indirectamente por estas iniciativas.

Se trata, también, de una manera de hacerle lugar a la creatividad en la solución de los problemas de una escuela media que esta semana —mientras recomenzaban sus clases en casi todo el país—, parecía reducida a un puñado de conflictos salariales, edilicios y sociales.

Para ello, se destinó una inversión de $7.680.000 totales: unos $60 mil para cada equipo (que comenzarán a entregarse en abril), cada uno de los cuales trabajará con cinco escuelas medias de su zona, con las cuales ya debió contactarse, detectando problemas concretos y elaborando respuestas igualmente realistas. Ahora, y durante 24 meses, deberán ponerlas en práctica.

"En los últimos años ha cambiado mucho aquella vieja actitud donde las universidades le ''echaban la culpa'' a las escuelas por las falencias educativas con que llegaban los jóvenes al final de la secundaria. Hay una actitud muy fuerte de servicio en la comunidad educativa —afirma Alberto Sileoni, Secretario de Educación de la Nación y uno de los propulsores de este proyecto—. Y este programa implicó que se sentaran a trabajar con las escuelas de la zona para determinar cómo y sobre qué aspecto van a trabajar".

El desafío es amplio: es que la convocatoria no se limitó a las cuestiones más tradicionales que ocupan a los educadores (qué se enseña y cómo enseñan), sino que invitó a generar acciones en otros dos ejes más innovadores. Por un lado, el análisis de cómo influyen las transformaciones sociales y tecnológicas en la vida de los jóvenes y, por otro, la manera en que los integrantes de una escuela se organizan y trabajan (ver "Los proyectos...").

En rigor, el programa busca no sólo mejorar la situación actual de las escuelas medias, sino también influir con criterio realista en la generación de futuros educadores. "Es una manera de que institutos y universidades vean también cómo están funcionando los docentes que ellos mismos formaron y puedan hacer los cambios que sientan necesarios en la formación que brindan", explicó a Clarín Alejandra Birgin, Directora nacional de Gestión curricular y formación docente del Ministerio de Educación.

Un comité de expertos integrado por educadores de renombre como Adriana Puiggrós (actual asesora de la Provincia de Buenos Aires), Abraham Gak (rector del Pellegrini) o Guillermina Tiramonti (FLACSO) tuvieron a su cargo la selección de proyectos, que recayó sobre 55 universidades y 71 institutos de formación docente. "Creo que es un proyecto interesante, porque en el país no hay antecedentes ni una tradición de instituciones puestas a elaborar este tipo de programas —dice la doctora Silvina Gvirtz, directora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, y una de las encargadas de la selección de proyectos—. Esta falta de costumbre hizo que, si bien hubo propuestas realmente brillantes (sobre todo las que venían del sur del país) también nos encontráramos con mucha gente que perdía el foco al diagnosticar un problema y su resolución". Para Gvirtz, es fundamental lograr que, sobre todo, las universidades se conecten con las escuelas de la zona, con los profesores de media, "en una actitud que yo definiría como de alguien que pregunta: ''¿cómo puedo ayudarte para que mejores la formación de los alumnos que después voy a recibir?''. Eso es prevenir en vez de castigar luego a los chicos cuando intentan entrar a la universidad y son bochados".

El programa durará 24 meses y el Ministerio de Educación prevé publicar las experiencias más exitosas. Será, dicen, un paso más entre las estrategias que hoy intentan mejorar la calidad educativa de las escuelas secundarias y mejorar la relación de sus estudiantes con el mundo de la creación, el trabajo y las relaciones sociales. "Esto no resuelve los problemas de la escuela media —reconoce Birgin—. Pero sin duda va a darles oportunidad y potencia a los aportes de los profesionales que trabajan en ella". 

Los proyectos fundamentales

-Estrategias para la formación del profesor de Lengua y Literatura" (del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González para escuelas de Merlo y de tres barrios porteños). Se estimula a los docentes de lengua y literatura en el hábito y disfrute de la lectura, con el fin de convertirlos en multiplicadores de esta actividad en los alumnos.

-Vinculación entre la escuela media y el mundo del trabajo (Universidad Tecnológica Nacional, Tucumán, para un grupo de escuelas de educación técnica y de artes y oficios de la zona). Este proyecto busca formar a los jóvenes en una mirada crítica para enfrentar el mundo del trabajo. Al mismo tiempo, prevé que empresas e instituciones de la zona permitan que los estudiantes realicen allí prácticas laborales. Y apoyar y promover la cultura emprendedora entre los jóvenes, al mismo tiempo que se les enseña a mejorar el conocimiento de las necesidades de su entorno. Prevé que los chicos desarrollen un sistema de investigación permanente de la realidad y cuenten con un Centro de Orientación Laboral.

-Resignificación de la escuela en la comunidad (elaborado por la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, para un grupo de escuelas medias con 3.027 alumnos). En este caso, se estimula la retención de los alumnos, y la comunicación y solución de los problemas de los estudiantes (tanto las dificultades escolares propiamente dichos, como los conflictos que tienen que ver con el medio ambiente y que influyen negativamente en su actuación escolar. Se busca cambiar la manera de organizarse, presentarse e interactuar del personal escolar. Se fortalecerá y modernizará el rol de los directivos escolares. El proyecto prevé, además, preparar a los jóvenes para que puedan participar en parlamentos estudiantiles y en encuentros comunitarios y de intercambio escolar y regional.

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