\"Estos hallazgos prueban que para ayudar a los niños con problemas en la escuela hay que tener una mayor comprensión sobre su capacidad de atención y aprendizaje\", asegura la principal investigadora, Florence Chang, doctora en Filosofía y estudiosa del Instituto de Desarrollo Infantil FPG en la Universidad de North Carolina en Chapel Hill. \"También implica conocer su entorno social y emocional\".
Siguieron de cerca a 73 madres (de bajos ingresos) con sus hijos, cuyas edades iban de los 3 a los 5 años, dentro del marco del programa \"Head Start\". Para medir la capacidad de atención y motivación de los niños, se los observó jugando en la PC y resolviendo problemas de ingenio de distinto grado de dificultad. Sus madres debieron completar un cuestionario sobre la personalidad de sus hijos, que apuntaba a chequear el nivel de actividad de los niños junto con la tolerancia a la frustración, desde que nacieron. De esta experiencia, surgió que los chicos que superaron los juegos de ingenio más difíciles (bautizados como \"orientados hacia la habilidad\") eran más capaces de prestar atención que los que completaron los enigmas más sencillos (\"orientados hacia el rendimiento\").
A su vez, se comprobó que los niños que se sentían cómodos con las tareas más complejas tenían una mejor performance en el colegio que los que evitaban los problemas y elegían las actividades más sencillas.
Finalmente, los expertos concluyeron en que el temperamento, la motivación y la atención están interconectados. Esto podría ser una señal de alerta para reevaluar cómo se mide a los niños en edad preescolar, ya que hoy se centran sólo en la capacidad cognitiva o la madurez de desarrollo. \"La dificultad para prestar atención no se limita a la incapacidad para concentrarse y quedarse quieto sino que está relacionada con la forma en cómo los chicos se adaptan a las situaciones nuevas o complejas\", destacó la especialista Florence Chang. Y agregó: \"está claro que se debe saber mucho más sobre la naturaleza y consecuencias de tener un problema de atención\"
Cuándo consultar a un psicopedagogo
La falta de motivación, el reiterado rechazo a la escuela y las dificultades para aprender son actitudes que, para los expertos, no hay que desatender.
Las dificultades de aprendizaje en alumnos de primaria y secundaria fueron durante mucho tiempo vistas como un estigma social, y la consecuente consulta a un psicopedagogo, un tema tabú. Esto se fue revirtiendo con el tiempo: los padres, junto con sus hijos, consultan cada vez más los equipos de psicopedagogía de las escuelas, ya que sienten un alivio al ver que sus hijos pueden ser ayudados en sus dificultades.
Muchas familias ignoran, sin embargo, cuál es el momento indicado para consultar a un psicopedagogo y qué síntomas pueden desencadenar una consulta.
Clarín entrevistó a especialistas del gobierno de la Ciudad, de la Provincia y de la Cátedra de Psicopedagogía de la Facultad de Psicología de la UBA que, desde distintos ángulos, elaboran diferentes estrategias para dar respuestas a esta problemática.
Las razones de consulta a un psicopedagogo pueden ser de diverso origen:
Cuando el niño presenta un retraso en la marcha o en el lenguaje.
Cuando no puede acceder a la lectura, escritura o cálculo durante la alfabetización primera, presentando inhibiciones parciales que dificultan el deseo de conocer.
Cuando se distrae, no razona con independencia y no rinde de acuerdo a todo lo que sabe.
Durante la educación general básica (EGB), sobre todo en el primer ciclo y en casi todo el segundo ciclo, cuando el alumno expresa comportamientos violentos, tiene problemas de conducta o se aisla de sus compañeros en la dinámica grupal, lo que dificulta el aprendizaje.
En el segundo ciclo de la EGB, en 4° grado, cuando el alumno no comprende las consignas y se desorganiza en la escuela.
En el tercer ciclo y en polimodal, las consultas pueden deberse a otros factores relacionados con las posibilidades de continuidad en los estudios, como las secuelas de embarazos adolescentes o la necesidad de trabajar.
La falta de técnicas de estudio en los chicos que ingresan a la adolescencia o el fracaso en alguna materia.
La orientación vocacional.
El Programa de asistencia a niños con diferencias de aprendizaje —a cargo de la cátedra de Psicopedagogía Clínica de la facultad de Psicología—, atiende a los alumnos que son derivados de las escuelas municipales de la Ciudad cuando el problema de aprendizaje no proviene de la institución educativa sino del alumno. Según su directora, Silvia Schlemenson, en primer lugar debe hacerse un diagnóstico para ver las causas de los síntomas. \"Hay estrategias específicas y no reglas generales; las estrategias son para comprender y disminuir el sufrimiento del niño\", aclara.
Para Zulema Rosenbaum, asesora en el área de Educación Especial del Gobierno porteño, estas dificultades pueden abordarse con entrevistas a los alumnos y a los padres, con test específicos, con pedido de informes del docente y conocimiento de la institución escolar. Lilian Armentano, directora de psicología y asistencia social escolar dentro de la Dirección de Escuelas, opina que hay que comprender cómo el niño fue criado, para poder recién trabajar el problema de aprendizaje con él y sus padres.
¿A qué síntomas, entonces, deben estar atentos los padres? \"A las actitudes reiteradas de rechazo a la escuela —cada vez que el niño inventa una razón para no ir—, a la dificultades para hacer la tarea y a la falta de motivación\", agrega Rosenbaum.
Armentano, por su parte, sugiere que es aconsejable observar cómo el niño se adapta a la escuela, sobre todo si se trata de su colegio. \"Hay que fijarse en aspectos básicos, por ejemplo, en cómo el niño usa el lápiz o el cuaderno\", asegura.