El comedor universitario de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) aportó algo más que proteínas. Representa un momento histórico, y antes de fin de año reabrirá sus puertas con presupuesto modesto.
Funcionará en el predio de la Facultad de Ciencias Naturales, en los márgenes del Paseo del Bosque (calle 60 y 122). Tendrá una capacidad para 150 personas, y se financiará con parte del subsidio de 557 mil pesos entregados por el Ministerio de Educación de la Nación a la Universidad. Los otros comedores anexos estarán en un local de la UNLP, en la calle 3 y 47, y a la vuelta del Rectorado. Todos abrirán para el almuerzo, y con el carnet de estudiantes y el vale semanal, los jóvenes universitarios podrán consumir un plato de comida (con gaseosa y postre) por menos de cuatro pesos.
Aunque devaluada por el paso del tiempo, algunas imágenes de aquel comedor —única experiencia en Latinoamérica— afectaron la determinación de reapertura. En el actual edificio de Odontología comían 2.000 estudiantes entre el mediodía y la noche.
A partir de 1961, pero fundamentalmente en los comienzos de los 70, sus jardines se convirtieron en un ágora. Un orador destemplado para un auditorio con ganas de involucrarse y el debate inevitable. La naranja en una mano y Jauretche o Marcuse en la otra. Sólo el paso de Teté Coustarot —alumna de la vieja Escuela de Periodismo—, y vestida con una pollera pantalón rosa impecable era capaz de poner freno a la pasión ideológica.
Quizás, alguna vez, se habrá cruzado con el presidente Néstor Kirchner, en esos momentos, estudiante avanzado de Derecho. Kirchner no alcanzaba el liderazgo que tenía su amigo Marcelo Fuentes desde la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN), quien discurseaba a sus anchas en el comedor, pero tendría mejor suerte con las chicas. Conquistó a una de las alumnas más lindas.
El comedor estaba a dos cuadras de la cancha de Estudiantes, en la entrada del Bosque. Y no todo era política. Los bailes de carnaval tenían fama bien ganada. Yuyú Da Silva hacía mover hasta las estatuas. Era una buena forma de entrenarse para las cursadas. Nada es perfecto: en 1974, en medio del amasijo político entre corrientes partidarias y las fantasías revolucionarias, el entonces ministro de Educación Oscar Ivanisevich intentó el primer cierre. Dos años después se clausuró definitivamente el edificio y parte de una generación.
Por estos días, la prosecretaría de Bienestar Estudiantil de la UNLP empezó el rescate de la memoria. Organizó un ciclo con muestra fotográfica y muebles del antiguo comedor. El taller de Producción Audiovisual II de la Facultad de Periodismo realizará un video, y está en marcha un trabajo de reconstrucción histórica a cargo de alumnos de la carrera de Historia. La muestra se hará en la Facultad de Odontología, donde funcionó el legendario restaurante estudiantil. Llevará el nombre "Los que fueron antes". "El propósito —explicaron los organizadores— es el de rescatar la identidad de esos años. No como un hecho nostálgico, sino como un proceso de cambio".
La Federación Universitaria de La Plata (FULP) acompaña el revisionismo pero, al mismo tiempo, tiene objeciones sobre la utilización del subsidio recibido por la Universidad. Su presidente, Pablo Maciel, acaba de anunciar que los consejeros estudiantiles pedirán a las autoridades de la UNLP, que "explique en qué se gastó la partida de 600 mil pesos que mandó el Ministerio de Educación de la Nación" para la obra del comedor. El Rectorado informó que en 30 días quedarán terminadas las obras del primer edificio del Bosque, y a principios de 2005 los otros dos comedores.
"Para la construcción de estas instalaciones gastamos 117 mil pesos de la partida de 557 mil pesos entregados por Nación entre setiembre y octubre de 2003. La tesorería general de la UNLP tiene depositados 440 mil pesos en dos cuentas corrientes habilitadas en el Banco Río y en la sucursal platense del Banco Nación", aclararon en la Universidad.
Por estos tiempos, sólo aquellas imágenes están salvo de las sospechas de corrupción.