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Clarín-Domingo 27: Guía de la Enseñanza: Medio millón de jóvenes sin escuela

Este año, el sistema educativo vuelve a enfrentarse a una de las problemáticas más difíciles de resolver: cómo bajar los altísimos índices de abandono en la secundaria. Sólo en la provincia de Buenos Aires, 228.000 jóvenes que deberían cursar el Polimodal estarían fuera de las aulas.

Cuando en 2001 se realizó el último censo nacional, los argentinos pudimos saber que 494.103 jóvenes de 12 a 17 años no asistían en ese momento o nunca habían asistido a la escuela. Y que llegaban a egresar el 75,2% de alumnos del EGB 3 y el 58% del Polimodal. Según datos más recientes —como la Tasa de Abandono Interanual 2002/2003— reveló que más de 252 mil chicos de EGB 3 (obligatorio en todo el país) no vuelven a inscribirse en su misma escuela de un año a otro. Algunos se mudaron de escuela, de distrito. Pero la mayoría, apenas, se fue.

Sólo en provincia de Buenos Aires, los datos oficiales revelan que 11.2% de los alumnos del Polimodal (unos 76 mil adolescentes) abandonan sus estudios cada año. Multiplicado por los 3 años que dura el Polimodal, las cifran arrojan —por lo menos— 228 mil jóvenes fuera de las aulas. El dato se agrava aún más: según el Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación de ese distrito, la inscripción en el Polimodal bajó allí durante los últimos 3 años un 7%.

En Capital Federal —el distrito con mayores índices de escolarización de todo el país—, la Secretaría de Educación porteña admite que unos 10 mil jóvenes porteños están fuera de sus aulas.

Si las cifras son más que claras, la manera en que alguien abandona la escuela media no resulta tan lineal: los jóvenes (y algunos adultos) concurren por un tiempo, por unos meses, por un rato. Luego retoman al año siguiente, para volver a irse una, dos veces más, hasta renunciar, definitivamente.

Para entender este fenómeno hay que ir todavía más allá de las cifras. "Las causas más obvias rondan lo socioeconómico: la necesidad de salir a trabajar, el hambre, el embarazo adolescente", dice Gladys Kotchen, coordinadora del programa "Todos a estudiar", del Ministerio de Educación.

Pero el fuerte lazo entre abandono y pobreza —en las familias de menores recursos sólo el 27,3% termina el colegio, mientras que en las familias con mayores recursos lo hace el 74%— no es la única causa de que los jóvenes abandonen la escuela secundaria.

"Hay cuestiones relacionadas con las expectativas familiares y hasta con fechas específicas —señala Flavia Terigi, subsecretaria de Educación porteña—. Por ejemplo, después de las vacaciones de invierno muchos directores saben que tendrán que salir a buscar, literalmente, a los que por calificaciones bajas, y ante la perspectiva de repetir o tener que rendir materias, deciden abandonar. Y esto sucede, especialmente, en aquellas familias para las cuales terminar la secundaria no es un proyecto propio", señala.

Los investigadores también apuntan a la expulsión que muchas veces genera la misma escuela, "cuando el estilo pedagógico o los temas se presentan de manera muy alejada a los intereses o la cultura adolescente. Por eso, tenemos que lograr que la escuela vuelva a ser interesante y atractiva para ellos", agrega Kotchen.

Pero entonces, ¿la escuela realmente dejó de ser útil y necesaria por sí misma? ¿Perdió tanto la valoración de la sociedad, que necesita volverse "interesante"?

"No quiere decir que la escuela tenga que convertirse en un videoclip de entretenimiento para jóvenes —explica Inés Dussel, coordinadora del área de Educación de FLACSO—. Hay cosas que precisan mejorarse y los chicos tienen razón cuando se quejan de que muchos profesores sólo quieren que repitan tres fechas o dos fórmulas matemáticas", concede. Pero agrega, sin dudar, que "si bien hay muchas cosas que mejorar no es lo mismo cursar la escuela media que no hacerla. Hay investigaciones, como la realizada hace un tiempo por el actual ministro Filmus, que demuestran taxativamente cómo a los egresados de la escuela media les va mejor. Y no sólo porque mejora sus posibilidades de trabajo e inserción social, sino porque aprender sirve. Porque entender el mundo en el que vivís sirve, abre puertas, te hace sentir mejor, te cambia la vida", resume.

El camino de retorno a clase no es sencillo: el programa porteño "Deserción Cero" ha logrado el retorno a clase de casi 3.600 estudiantes porteños, gracias a una compleja combinación de medidas, que incluyen becas, condiciones para cursar más fáciles y un fuerte acompañamiento docente que este año se traducirá en la presencia de tutores en todas las escuelas porteñas. También en la provincia de Buenos Aires se ha logrado el regreso de unos 5.000 estudiantes y el programa "Todos a estudiar", del Ministerio de Educación de la Nación alcanzará 800 escuelas de todo el país con inversiones económicas e innovaciones pedagógicas muy importantes (ver "Los programas...").

A estos esfuerzos podría agregarse el más personal de no darle crédito a la sospechosa afirmación de que "aprender no vale la pena", que no mejora las condiciones de vida. "La escuela media es una oportunidad para apropiarse del mundo, y no sólo del que entienden como propio (Internet, televisión o lo que sea) —concluye Dussel—. Aprender una técnica, el placer de la lectura o la libertad de expresarse por escrito; discutir y descubrir junto a sus pares, o sentir qué cerca está uno de cosas que parecen tan remotas, como Romeo y Julieta o un descubrimiento científico: eso cambia para siempre la vida de cualquiera".

Guía de la Enseñanza: Opinión

Nuevo perfil de la escuela media

ABRAHAM LEONARDO GAK. RECTOR DE LA ESCUELA CARLOS PELLEGRINI

En el campo de la escuela media, las difíciles condiciones económicas, sociales y culturales por las que atraviesa la población adolescente determinan que un objetivo esencial sea lograr la permanencia en la escuela. Para ello es necesario considerar las distintas necesidades de los alumnos, ofreciéndoles diferentes modalidades de cursada sin desmedro de la calidad educativa.

La institución debe trascender lo específicamente escolar para configurarse como un centro de producción cultural y de encuentro comunitario, para los jóvenes y sus familias, usando el tiempo y el espacio ocioso de la escuela, para potenciar las habilidades, aptitudes personales y sociales de los jóvenes en cada fase de su desarrollo. Resulta imprescindible integrar la concepción de salud, sustentada sobre la prevención y la contención de los integrantes de la comunidad escolar (alumnos, docentes, no docentes y sus familias), con un abordaje interdisciplinario. Promover la solidaridad y formación ciudadana, el desarrollo de proyectos institucionales y comunitarios y una actitud reflexiva para el análisis y transformación de la sociedad en un marco democrático.

No escapan a nuestro conocimiento las cuestiones de orden presupuestario. Si queremos cambiar la escuela media en la dirección esbozada, necesitamos incrementar sustancialmente las partidas presupuestarias para atender una realidad que, de no ser encarada con decisión, constituye una hipoteca sobre el futuro que difícilmente podremos levantar.

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