Me voy a dormir, no puedo más", decía ayer, exhausto, el rector Daniel Martínez, presidente del CIN (el consejo que reúne a los rectores de las universidades públicas de todo el territorio nacional). No era para menos: acababa de resolverse la durísima negociación salarial entre los gremios de docentes universitarios y el Gobierno, que tuvo en jaque a la educación superior argentina en los últimos meses (ver Un aumento...). Un éxito conjunto que confirma el levantamiento de todas las medidas de fuerza y el regreso a clases "en forma parcial el lunes (ya que para ese día tenemos citadas diversas asambleas donde informaremos lo negociado a nuestras bases). Y en forma plena a partir del martes", según informó ayer a Clarín José Luis Molina, secretario general de la Conadu Histórica.
El acta firmada ayer entre el Ministerio de Educación, las centrales gremiales Conadu y Conadu Histórica y los rectores, fija los siguientes acuerdos:
Un incremento promedio del salario de bolsillo de alrededor del 28% (dependiendo de cada cargo) que supera así la oferta de aumento oficial del lunes pasado, que rondaba el 25%.
Blanqueo de todas las sumas en negro, en un cronograma que comienza con los sueldos del 1º de agosto y termina en julio de 2006. Sólo por definir qué pasará con la suma otorgada en enero de 2005, tema que se seguirá discutiendo durante los próximos días.
El acuerdo fue calificado de "avance muy significativo" por los asistentes. Y se logró en un clima donde —según Juan Carlos Pugliese, secretario de Políticas Universitarias de la Nación— "primó la voluntad de acordar, y sólo duró muchas horas porque la estructura salarial docente es compleja y había que definir cada rubro".
"Rescato el clima de cooperación mutua y deseo de solucionar el conflicto —coincidió Daniel Martínez—. Y el hecho de que los gremios se comprometieron a no realizar más medidas de fuerza en tanto y en cuanto se cumpla con el acta que hoy firmamos".
Quizá por este éxito logrado en forma conjunta es que las partes acordaron, también, proseguir dialogando en la misma Mesa de Negociación Salarial durante las próximas semanas, para tratar los siguientes temas:
Fijar un cronograma que, a partir del 1º de agosto permita remunerar gradualmente a los docentes que hoy trabajan ad honorem.
Duplicar los actuales cargos de profesores con dedicación exclusiva mediante el llamado a concurso.
Discutir las condiciones de seguridad e higiene en las que hoy trabajan los profesores y los criterios para la carrera docente.
Discutir la ley de jubilación con el 85% móvil para los docentes universitarios, aumento para los preuniversitarios y el tratamiento de un salario unificado a nivel nacional (atomizado luego de que la Ley Federal de Educación derivara la mayor parte del financiamiento educativo a las provincias).
Conadu solicitó, también, que se acuerde un mecanismo para aumentar automáticamente los salarios universitarios de acuerdo al crecimiento del PBI.
Las mejoras beneficiarán a los 130 mil cargos de docentes universitarios que se ejercen hoy en Argentina y a 1.200.000 alumnos, gracias a una inversión estatal cuyo monto se conocerá en los próximos días, una vez que se calcule qué inversión requieren estas necesarias mejoras salariales. Sobre lo que no hay duda, en cambio, es que se trata de una clara toma de posición política, tal como lo señaló ayer el ministro de Educación, Daniel Filmus: "El Estado nacional está haciendo un esfuerzo muy importante por la universidad, porque la considera una herramienta imprescindible para la construcción de un modelo de país desarrollado e integrado —explicitó—. Esperamos que la universidad continúe trabajando por un país más justo, en el cual prevalezca la calidad de su educación y la inclusión social".
Agotados, luego de meses de marchas, debates y negociaciones fallidas, los actores de este conflicto dejaron la sede del CIN alrededor de las 19, con la esperanza de regresar a sus provincias, a sus hogares y prepararse para una imprescindible vuelta a la normalidad.
En ésta, el cuidado del ámbito de negociaciones será central para mantener unidos a los gremios y al Gobierno en ese esfuerzo común que ayer reclamaba Filmus: el de asegurarse una educación pública que provea de profesionales y técnicos a una Argentina necesitada de progreso y producción.
"Estoy emocionada y valoro el esfuerzo realizado por el Gobierno nacional y, en particular, por el Ministerio de Educación, para atender esta realidad —sintetizaba ayer la rosarina Anahí Fernández, apurada por volver pronto a su ciudad—. Pero, ojo: hago votos muy firmes, muy firmes, para que en lo sucesivo, los actores de esta comisión no boicoteen ni abandonen esta mesa de discusión que hemos logrado".
 
Un aumento esperado desde 1992
Los docentes reclaman $ 800 para el cargo testigo, blanqueo de las sumas en negro (casi el 40% del salario de bolsillo). El Gobierno reconoce que sus sueldos están muy atrasados (no hubo aumentos entre 1992 y 2004). Inicia una mesa de negociaciones entre Conadu, Conadu Histórica y el CIN (los rectores de todo el país).
5 de agosto: la mesa se levanta cuando Filmus propone un aumento del 22,7%, blanquear el 50% del estímulo de junio de 2004 y volver remunerativo el otro 50%. La oferta es rechazada. El 10 y el 11 paran en la mayoría de las universidades argentinas y en los colegios universitarios. Toma de facultades y colegios.
16 de agosto: Conadu Histórica inicia un paro por 15 días. Se reanuda la Mesa de Negociaciones. Marchan 12.000 personas en Córdoba en defensa de la educación pública.
29 de agosto: se reabre la Mesa. El Gobierno propone un aumento del 25% del salario. Es rechazado por no incluir un cronograma para el blanqueo de las sumas en negro.
Alejandra Toronchik. atoronchik@clarin.com