Los concursos de oposición y antecedentes son el mecanismo que reglamentariamente está previsto en la UBA para cubrir las vacantes docentes. Apunta a que los conocimientos y aptitudes de los aspirantes sean compulsadas en instancias públicas y abiertas. Más allá de las críticas metodológicas que puedan merecer, los concursos son, hasta el presente, la forma más transparente de legitimar la ocupación de cargos públicos de la relevancia de los docentes.
El problema principal reside en la insuficiencia de los cargos concursados, lo que priva a miles de docentes de la posibilidad de acceder a la estabilidad y legitimidad merecidas para integrarse plena y activamente a la vida universitaria.
La planta docente de la UBA aún está muy lejos de una masiva regularización. Ello implicaría no sólo la cobertura por concurso de todos los cargos de profesores y auxiliares docentes, sino la eliminación de las designaciones ad honórem. Porque ninguna institución puede consolidar su prestigio, en el mediano y largo plazo, si se basa fundamentalmente en el esfuerzo no retribuido de sus miembros.
El reciente llamado a concurso de profesores en la Universidad de Buenos Aires constituye un paso importante para mejorar la calidad institucional. Resta, sin embargo, regularizar al conjunto de la planta docente.