En términos comparativos, y con las cifras del presente año, nuestro país destina por alumno una suma muy inferior ya no a la de los países centrales sino a la de las naciones vecinas. Así, y según lo informó el rector de la Universidad de Rosario, Argentina invierte entre 500 y 600 dólares anuales por alumno, mientras que Uruguay destina US$ 2.000, Brasil US$ 4.000 y México US$ 7.000. La principal manifestación de la estrechez del presupuesto universitario es que la casi totalidad del mismo se emplea para el pago de sueldos y gastos de mantenimiento. Por esta razón, el incremento decidido por el Gobierno dista de conformar a los miembros del Consejo Interunivesitario Nacional, quienes reclamaban una suma mayor tanto para programas académicos como para obras de infraestructura.
La calidad de las universidades es crucial en una sociedad en la que el conocimiento es la principal palanca de progreso. Pero para mejorar esa calidad no sólo es necesario mayor presupuesto sino también un mejor desempeño académico y una mayor vinculación de las casas de estudio con las necesidades de la sociedad. Por eso es indispensable que las universidades públicas evalúen su desenvolvimiento y comiencen a revertir el deterioro de la calidad educativa, promoviendo áreas de saber estratégicas y jerarquizando la enseñanza y la investigación.
Aunque el Gobierno dispuso asignar una mayor partida universitaria para el próximo año, aún persistirán las falencias presupuestarias. A mediano plazo esto deberá subsanarse y, además, las universidades deberán mejorar su rendimiento.