El problema se debe a un conjunto de factores, entre los que cuentan las designaciones parciales e interinas, por las cuales los profesores e investigadores se ven sujetos a interrupciones en el curso de sus trabajos y, además, son contratados por un sueldo bajo contra una prestación horaria también limitada. Al momento de llegar al tope de la edad legal, esta modalidad de trabajo lleva a que tengan aportes insuficientes para acceder a un retiro digno. Otro factor importante está dado por la acumulación de rubros no remunerativos en el salario. A través de esta práctica extendida en la Administración Pública se baja el monto del aporte al sistema jubilatorio, sea público o privado, y con ello se afecta la suma que se asignará en concepto de jubilación.
En parte es mejorada la situación por el nuevo régimen jubilatorio dictado para los investigadores científicos y tecnológicos y los docentes con dedicación exclusiva de las Universidades Nacionales que tuvieron ese modo de desempeño durante al menos 15 años continuos o 20 discontinuos. Así, podrán acceder a un haber del 85% del sueldo que tenían al momento de jubilarse, excluidos los rubros no remunerativos.
Es de esperar que, paulatinamente, se extiendan las dedicaciones exclusivas, con todas las ventajas que tienen para la actividad científica y educativa, y que, además, mejoren las condiciones remunerativas y, por ende, también jubilatorias de los científicos y docentes universitarios.
El nuevo régimen jubilatorio de los docentes universitarios e investigadores con dedicación exclusiva debe ser un primer paso para mejorar la forma de contratación y de retiro del conjunto de los miembros de la comunidad científica.