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Clarín: Editorial: Un bochorno en el Colegio Nacional

La toma del Colegio Nacional de Buenos Aires para impedir el funcionamiento de la Asamblea Universitaria es un acto bochornoso que se inscribe en la tendencia a encarar las diferencias o los conflictos desconociendo las leyes y apelando a la prepotencia.

06 de abril de 2006, 13:35.

En el Colegio debía sesionar la asamblea encargada de elegir al futuro rector de la Universidad de Buenos Aires. El postulante con más probabilidades de ser elegido, el decano de la Facultad de Derecho, Atilio Alterini, es cuestionado por grupos de izquierda por su actividad en la Justicia durante la dictadura militar y por su asociación con sectores radicales vinculados con el ex rector Oscar Schuberof.
 
Obviamente, los participantes de la comunidad universitaria o de la sociedad en general tienen el derecho de hacer las críticas y las denuncias que consideren pertinentes. Pero nada autoriza a que intenten imponer sus puntos de vista por la fuerza ni, como sucedió en este caso, interrumpir el funcionamiento de un órgano legalmente constituido.
 
Por otra parte, si la asamblea no tiene previsto elegir a un rector afín a los grupos que irrumpieron en el Colegio, es porque éstos no tienen la representatividad política necesaria para imponerlo a través del sistema de elección establecido.
 
En todo el proceso previo a la asamblea, todos los sectores políticos tuvieron la posibilidad de presentar sus propuestas y candidatos y hacer sus alianzas. Todos deberían aceptar el resultado del procedimiento y, en el caso de que no les guste, utilizar los recursos que ofrece el sistema democrático para que en el futuro sea otro.
 
La ocupación del Colegio Nacional de Buenos Aires para impedir el funcionamiento de la Asamblea Universitaria es una obstrucción violenta del funcionamiento de un órgano legalmente constituido.

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