La captura la habían concretado cuatro policías. Dicen que en la casa donde quiso refugiarse en ese momento no había nadie. Según la información policial, cuando se acercaron para identificarlo, Sajen sacó una pistola calibre 11.25 y se disparó en la sien izquierda. Después, con un respirador artificial colocado, lo llevaron al Hospital de Urgencias.
Todo había empezado con una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno. Sajen \"es el violador serial\", había dicho el fiscal Juan Manuel Ugarte, mientras se lanzaba un pedido de captura provincial, nacional e internacional. En el anuncio participó el gobernador José de la Sota.
A Sajen lo presentaron como al acusado de cometer —al menos— 61 violaciones de mujeres de entre 17 y 26 años, en cincuenta y cinco episodios diferentes, y en dos períodos distintos: De 1992 a 1999 y del 3 de diciembre de 2002 al 5 de diciembre de 2004.
Los investigadores dijeron haber comprobado que las muestras de semen obtenidas de 28 de las víctimas corresponden a Sajen. En el resto de los hechos el modo de atacarlas fue idéntico.
Hasta especialistas israelíes, alemanes y del FBI estuvieron en Córdoba hace poco tiempo para monitorear la instrucción.
¿Cómo se llegó a identificar a Sajen? Según revelaron fuentes judiciales a Clarín, Ugarte dio con él después de un minucioso trabajo en los archivos de la Justicia. Primero estableció que no había denuncias de violaciones con el patrón del serial entre 1999 y mediados de 2002.
Con ese dato, los investigadores buscaron entre personas que tenían antecedentes de delitos sexuales y que en esa época estaban presos. No hubo resultados. Entonces, identikit en mano, pasaron a los detenidos por otros delitos y armaron un grupo de sospechosos. Sajen fue condenado por robo calificado y tenencia de armas de guerra y estuvo detenido tres años y seis meses, justamente en ese período.
En ese grupo encontraron que el hombre, además, había tenido una condena por violar a una chica de 19 años, en Pilar (en las afueras de Córdoba), en 1985. Estuvo preso hasta 1991. El ataque a esta chica era casi un calco de las que se investigaban ahora. Mario Sajen tenía entonces 19 años.
Con esa información, la semana pasada se allanó su casa, donde fue secuestrado un televisor que el violador le había robado a una de sus víctimas de una pensión en Nueva Córdoba y un cepillo de dientes, entre otros elementos. Así se extrajeron restos de saliva para analizar su ADN.
Después, a uno de los hijos de Sajen (tiene 6, tres mujeres y tres varones) se le sacó una muestra de sangre. Su madre lo había autorizado. El objetivo: saber si su padre tenía la misma secuencia genética que la del violador serial. En la noche del lunes el Ceprocor informó que tanto lo del cepillo como la sangre coincidían con el ADN del serial.
La semana pasada, la Justicia citó a Marcelo Sajen. Pero él mandó a un abogado. Desde ese momento estaba desaparecido.
Sajen vivía en el barrio Artigas, a 15 cuadras del parque Sarmiento y del Barrio Jardín, algunas de las zonas donde ocurrieron la mayoría de las violaciones. Según vecinos de Artigas, en ese barrio vivió muchos años.
Fuentes policiales dijeron que no tenía trabajo fijo y admitieron que existen sospechas sobre su participación en la venta de autos que serían robados. También habría trabajado en una remisería.
Ayer, tras la conferencia de prensa, los periodistas fueron hasta su casa para consultar a su familia. En ese momento, su mujer, sufrió una crisis de nervios y se desmayó.