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Clarín: Empresarios quieren un arancel para los graduados universitarios

Un importante número de empresarios que se juntaron en esta ciudad para debatir sobre educación apoyaron ayer la idea de que los graduados de universidades del Estado paguen una contribución, en la medida que puedan hacerlo. La idea consiste en que paguen aquellos graduados cuyos ingresos anuales superen el monto mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.

02 de septiembre de 2005, 15:58.

La propuesta fue lanzada ayer —una vez más— por el ex ministro de Educación de la Alianza, Juan José Llach, quien fue uno de los oradores del Precoloquio Cuyo del Instituto para el Desarrollo Empresario (IDEA). "En el mediano plazo se debería ir pensando en una contribución de los graduados con las universidades públicas, cuando sus ingresos superen el mínimo no imponible de Ganancias", dijo Llach, en declaraciones previas a su intervención en un panel que compartió con el secretario de Educación, Alberto Sileoni.
La idea fue escuchada por unos 500 hombres de negocios que se dieron cita especialmente para el debate "Cómo invertir más y mejor en educación".
"Aunque no haya una ley que lo establezca, es algo que hay que hacer. Si tenés responsabilidad social y moral, lo que te dio la universidad lo tenés que devolver", dijo Enrique Pescarmona, titular de IDEA y dueño de la metalúrgica Impsa. El presidente de Nestlé, Pablo Devoto, también estuvo de acuerdo. "Me parece una idea espectacular. Yo fui a la universidad privada, pero me parece que quien es exitoso y estudió gratis, debe poder colaborar, en una suerte de préstamos de honor. Es una manera de devolverle al país que lo formó".
Tomas Hess, director de la petrolera Esso y egresado de la UBA, dijo: "La educación de este país es envidiable, a punto tal que hoy muchos estudiantes de América latina eligen venir a a la universidad pública argentina. Hay que devolver lo que la universidad pública nos dio", dijo.
"Me parece razonable", opinó Luis Corsiglia, dueño de una casa de bolsa y hombre del riñón de Julio De Vido: es titular del Banco de Valores, vicepresidente de la estatal Enarsa y ha sido propuesto por el Gobierno para integrarse al directorio del Banco Central.
"Es difícil encontrar un equilibrio exacto entre quienes pueden pagar la universidad y quienes no pueden, pero hay que hacer algo para mejorar la educación de quienes nos van a dirigir dentro de 20 años", agregó.
Otro empresario mendocino, el constructor Mario Groisman, planteó el contraste entre los bajos salarios de los profesores de las universidades públicas y la imagen de playas de estacionamiento saturadas en muchas facultades públicas. "Uno ve los estacionamientos con los autos de los alumnos y es evidente que quien maneja un auto puede pagarle a la universidad", dijo.
Durante el panel que compartieron Llach y Sileoni, el secretario de Educación expuso su proyecto para elevar a seis puntos porcentuales del PBI el presupuesto de Educación para 2010, con un piso de 10 años de escolaridad obligatoria. "Es alentador obtener eco en este tipo de ámbito", dijo el funcionario.
Alfredo Coto, dueño de la tercera cadena de supermercados del país y titular del Precoloquio, se refirió en forma un tanto elíptica a arancelar la universidad, pero lo puso como una prioridad secundaria, detrás de la lucha contra la evasión impositiva. "Hay que pagar impuestos. Quizás haya que pagar aranceles o algunos no deban pagar. Pero hace falta organizarse", dijo.
Luis Ceriotto. MENDOZA. ENVIADO ESPECIAL lceriotto@clarin.com

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