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Clarín: En las universidades chinas, la homosexualidad deja de ser un tema tabú

El interés por la cátedra “ Introducción a los Estudios sobre Gays y Lesbianas”, de la Universidad Fudan de Shangai demuestra que China está cambiando la actitud frente a la homosexualidad, considerada “enfermedad mental” hasta 2001.

28 de septiembre de 2005, 12:12.

La profesora diminuta, de pie frente a una clase muy poblada en la universidad más exclusiva de Shanghai, repartió una encuesta. La primera de varias preguntas de “multiple choice” le preguntaba a los alumnos qué sentirían si se encontraran con dos amantes varones: ¿total aceptación, aceptación a regañadientes, rechazo o disgusto?
Como una manera de empezar el diálogo, la profesora, Sun Zhongxin, 35, con un doctorado en sociología, leyó en voz alta algunas de las respuestas de manera anónima. En su encuesta, la mayoría de los aproximadamente 120 alumnos de su clase respondió que aceptaría a regañadientes a los amantes homosexuales.
La clase de la Universidad Fudan, Introducción a los Estudios sobre Gays y Lesbianas, es la primera de su tipo a la que pueden acceder los estudiantes chinos y la profesora Sun brevemente se preguntó por qué había tanta concurrencia, hasta que elaboró su propia respuesta. “La actitud frente a la homosexualidad en China está cambiando”, dijo. “Es un buen proceso, pero también nos da un poco de angustia. Lo lamentable de una asistencia tan concurrida es que revela que mucha gente nunca antes discutió el tema”. “No sólo la gente se esconde en el ropero”, concluyó, “sino también el tema de la homosexualidad”.
Una clase como ésta pasaría prácticamente inadvertida en la mayoría de los predios universitarios norteamericanos, donde muchos estudiantes son más que explícitos sobre su homosexualidad y donde los programas, desde hace mucho tiempo, vienen ofreciendo materias que reflejan sus intereses. Sin embargo, entre la población gay y lesbiana de China, que puede, según algunas estimaciones, ser de 48 millones aunque es prácticamente invisible, el nuevo curso es considerado un gran avance.
Hace menos de diez años, la homosexualidad todavía figuraba bajo la categoría de vandalismo en el código penal de China, y recién en 2001 la Asociación Psiquiátrica China retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. “Este es definitivamente un gran avance en la sociedad contemporánea porque, durante muchos años, los homosexuales, como comunidad, vivieron en el margen de la sociedad y fueron tratados como disidentes”, dice Zhou Shengjian, director de un grupo gay en Chongqing, una ciudad isleña alejada del cosmopolitanismo de Shanghai. “Que una universidad tenga un curso específico como éste, con tantos participantes y expertos, tendrá un impacto muy positivo en la situación social de los homosexuales, y en la lucha contra el sida”.
Sin embargo, por mejor recibido que esté el avance académico -que probablemente dé lugar a cursos similares en otras universidades y tal vez, llegado el caso, promueva un movimiento de estudios sobre gays y lesbinas- gran parte de los activistas homosexuales de hoy dicen que ya no están dispuestos a esperar pacientemente a que la sociedad los acepte. Más específicamente, los activistas homosexuales pudieron aprovechar la creciente alarma sobre la difusión del sida para ganar más espacio de maniobra e, incluso, una mayor aceptación por parte del gobierno.
Muchos chinos homosexuales dicen que lo que llevó a los gays a no reconocer públicamente su orientación sexual fue más el conservadurismo social que el gobierno. Y muchos chinos dicen que el tema del matrimonio sigue pensando mucho. “Si uno le dice a sus padres que tiene novio, está bien, pero de todas maneras hay que casarse”, dice Wang Zieyu, estudiante de la Universidad Fudan. “Los padres tienen sus propias preocupaciones, sus amigos y sus reputaciones. China hoy es como Estados Unidos en los 60, pero nosotros estamos cambiando más rápido. Lo que a Estados Unidos le llevó 40 años tal vez sólo requiera 10 años en China”.
Traducción de Claudia Martínez
© The New York Times
Howard W. French. conexiones@claringlobal.com.ar

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