Consultado por Clarín por correo electrónico, Stojkovic, de 40 años, contó que tratarán de hacer que "las células madre se diferencien en otras que produzcan insulina, en neuronas, y en células cardíacas". Pero aclaró que no tiene un plazo específico: "Es un largo viaje, pero lo más importante es que ahora podemos empezar".
No comenzarán ya a investigar directamente con pacientes. Aunque la meta —aseguró Stojkovic— "a largo plazo es derivar las líneas de células madre de pacientes con diferentes enfermedades, como diabetes o mal de Parkinson". Si los primeros pasos van bien, pasarán a tomar células de la piel de los pacientes para sacarles el núcleo que será fusionado con óvulos no fertilizados. Antes de los 14 días del embrión, se aislarán las células madre que se diferenciarán y se implantarán en los pacientes a los cuales se les extrajeron células de la piel. Así, las células aisladas del embrión mantendrían la compatibilidad con el propio paciente.
La licencia para Stojkovic y su equipo en la Universidad de Newcastle en Inglaterra reanimó la discusión mundial sobre si la clonación debe (o no) ser admitida. "Estoy en contra de la clonación reproductiva —afirmó—. No hay una necesidad médica para practicarla: está vinculada a muchos problemas y anormalidades como los que muestran los animales clones. En cambio, la clonación terapéutica usa las células madre de un embrión, no genera un embrión humano completo".
El científico obtuvo ahora la autorización en clonación terapéutica humana, pero no le fue fácil. Es hijo de hombre serbio y de una mujer macedonia. Poco antes de la guerra civil que se produjo en la ex Yugoslavia, Stojkovic decidió irse de su ciudad natal. Se refugió en Alemania, donde trabajó primero como enfermero y después como investigador en clonación de mamíferos en la Universidad de Munich. Hasta que quiso avanzar en clonación terapéutica y una ley alemana no se lo permitió.
En 2002, Stojkovic encontró un espacio para investigar en Inglaterra, en el Centro de Vida de la Universidad de Newcastle, donde empezó a ver las potencialidades de las células madre (que tienen capacidad para convertirse en otras células con diferentes funciones). El año pasado aisló células madre de embriones generados por fertilización asistida.
En Inglaterra se había legalizado la clonación terapéutica en 2001 (no se permite la reproductiva). "Es una normativa excelente", opinó el investigador, pese a que hay grupos que se oponen por la posibilidad de que se descarten embriones para aislar sus células.
Pero la autoridad en reproducción debe dar la licencia para practicarla. Y la semana pasada se dio una por primera vez. "Los políticos no están en contra de la clonación terapéutica, de lo contrario no nos hubieran dado la licencia. Además, la amplia mayoría del público está de nuestro lado".
Le falta completar un gran detalle a Stojkovic: "Todavía no tenemos los fondos para financiar la investigación. Pero tampoco podíamos conseguirlos porque no teníamos la licencia". Para lograrlos, en su universidad están tratando de atraer también capitales privados que ayuden a que Inglaterra sea líder en la competencia mundial por las células madre por medio de la clonación.