A las diez de la mañana la situación ya estaba jugada: la elección del nuevo rector de la Universidad de Buenos Aires había sido suspendida. La toma del Colegio Nacional Buenos Aires —donde debía sesionar la Asamblea Universitaria— por parte de sectores estudiantiles de izquierda logró su cometido: impedir la celebración de un acto electoral que —aun con sus defectos y deficiencias— forma parte de la democracia universitaria.
La Asamblea encargada de elegir un nuevo rector debía reunirse a las 9. Allí se presentarían los candidatos y —según lo previsto— expondrían durante media hora cada uno su plan de gobierno. Luego, los 236 asambleístas designarían al nuevo rector.
Con el apoyo de al menos 127 consejeros (sobre el total de los electores) a su candidatura, y con la aparente posibilidad de llegar a contar con quórum propio, el doctor Atilio Alterini, actual decano reelecto de la Facultad de Derecho, era sin duda la figura protagónica del día. Pero no era el único actor a tener en cuenta.
A las ya conocidas postulaciones del actual rector Guillermo Jaim Etcheverry, de los ex decanos de Exactas y Agronomía, Pablo Jacovkis y Fernando Vilella respectivamente, ayer se había sumado la postulación del actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Federico Schuster, abriendo así otra opción en el frente más progresista de la UBA.
La noticia del levantamiento de la Asamblea motivó el traslado inmediato del grupo que apoyaba a Alterini hacia la oficina de Graduados del Buenos Aires (a la vuelta del colegio), mientras Jaim se retiraba al Rectorado. Lejos del cierto impacto que causaba la suspensión, quienes acompañaban a Alterini (ver "La toma fue un acto..."), no se cansaban de repetir que era, después de todo, una posibilidad conocida muchas horas antes. Y que había motivado una fuerte discusión en el Consejo Superior de la UBA (máximo organismo de gobierno, integrado por el rector, los decanos y los consejeros docentes, alumnos y graduados) el lunes a las 18 en el Rectorado. Pero que no logró imponer la idea del grupo de Alterini de vallar el Nacional Buenos Aires o restringir la entrada. "Debíamos apostar a la seriedad y responsabilidad de los estudiantes para que la reunión se llevara a cabo abierta y democráticamente", explicó a Clarín, el rector Jaim Etcheverry.
Los responsables de la toma del Nacional Buenos Aires —integrantes de las agrupaciones estudiantiles de izquierda que responden al MST y PO, y encolumnados tras las actuales autoridades de la Federación Universitaria de Buenos Aires— impidieron el acto electoral en repudio, en principio, a la postulación del doctor Alterini por su desempeño en la justicia comercial y en la Intendencia porteña durante 1976/7 y 1981/2, respectivamente). Y por la presunta presencia entre sus asesores de personas ligadas al ex rector Oscar Shuberoff, acusado de desvío de fondos universitarios.
Pero, además, tanto los responsables de la toma como otros grupos de estudiantes, docentes y graduados cuestionaron la representatividad de la Asamblea, por la conformación de uno de los tres claustros que la integran: el de los profesores.
"¿Por qué? Porque está compuesto exclusivamente por profesores titulares o asociados y, además, nombrados por concurso. Así, todos los demás, los que hace años que trabajan como interinos, pagos o ad honórem, los jefes de trabajos prácticos y los ayudantes (casi el 60% del plantel docente) quedan afuera de la camarilla que vota, que es una elite", explicaba ayer a Clarín, Gabriel Puricelli, del Colectivo para la transformación universitaria, una agrupación de izquierda que rechazó firmemente la interrupción del comicio.
A las 11.30 los decanos que apoyan a Alterini marcharon hacia el Rectorado para exigir una reunión de emergencia con el rector Jaim Etcheverry, junto con los restantes decanos y consejeros. Los últimos en llegar: Alterini y el presidente de la FUBA, Agustín Vanella, uno de los responsables de la toma del Nacional de Buenos Aires.
Allí, luego de dos horas, acordaron convocar para hoy a las 9 a una reunión extraordinaria del Consejo Superior en el Rectorado. Su misión: fijar la fecha (posiblemente para mañana) y las condiciones de la nueva Asamblea Universitaria. "Fue un día largo y afortunadamente —se congratulaba en el Rectorado el decano de la Facultad de Farmacia, Alberto Boveris—. no hubo heridos. Excepto, claro, el decoro de la UBA".
Cómo se vota
Para que la asamblea pueda sesionar deberá lograr quórum con la presencia de, al menos, la mitad más uno de sus 236 integrantes. Y para que pueda ser elegido el nuevo rector en la primera sesión se exige el voto de la mitad más uno de todos sus miembros.
Métodos
Victoria Tatti vtatti@clarin.com
No pareció muy democrática la protesta de las fuerzas políticas que conducen la FUBA para evitar la sesión de la asamblea de la Universidad de Buenos Aires que debía elegir a su próximo rector. Tomaron el Colegio Nacional de Buenos Aires, bloquearon sus puertas y así impidieron que los decanos, los profesores, estudiantes y graduados —elegidos en sus facultades— ejercieran su derecho a votar. Ese fue el "mejor método" para evitar que llegara al Rectorado el candidato con más posibilidades, el actual decano de Derecho, Atilio Alterini, cuestionado por su paso como funcionario porteño en la última dictadura. No se puede comparar lo que pasó ayer, de ningún modo, con los métodos del terror de la dictadura. Pero tampoco fue la mejor muestra de comportamiento democrático.
Frase a frase
"Como actual rector, soy el principal interesado en que la votación se haga rápido y en orden. Esto es una vergüenza. Apuesto a la seriedad de los estudiantes. La sociedad nos está mirando".
G. Jaim Etcheverry. Rector y candidato.
"Hay que bajar los decibeles y acordar para llegar a una Asamblea sin vallas, abierta, pública y tolerante. Lo peor para la UBA no es uno u otro rector sino no discutir sus proyectos y problemas".
Pablo Jacovkis. Ex decano de Exactas y candidato.
"Llamamos a seguir movilizados para que Alterini no pueda asumir como rector. Se van a seguir tomando facultades donde sesione la Asamblea".
Agustín Vanella. Presidente de la FUBA.
"Se trata de preguntarnos por qué el proyecto que tiene grandes posibilidades de ganar posee esas chances (...) Y si podría ganar si la UBA tuviera mecanismos más democráticos de elección y de debate".
Federico Schuster. Decano de Sociales y candidato.
Cantos y protesta bajo la lluvia
"Queremos la Asamblea" "No a la Asamblea y al dictador" "Alterini no te queremos de rector". Estos fueron algunos de los cantos que empezaron a escucharse desde las 8.30 frente al Colegio Nacional de Buenos Aires.
Llovía. Sobre la calle Bolívar había dos bandos enfrentados. Por un lado, unos 800 integrantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) que ocupando el edificio desde la noche anterior y se oponían a la candidatura de Alterini. Y en la vereda, identificados con remeras naranjas, militantes del Nuevo Espacio que exigían la realización de la Asamblea Universitaria.
A través de los portones del Colegio, los estudiantes agitaban banderas rojas del Partido Socialista y carteles que con la leyenda "No al genocidio de la Universidad Pública".
A las 9.30 el rector de la Universidad, Guillermo Jaim Etcheverry, al no poder entrar anunció, rodeado de periodistas y estudiantes, la suspensión de la Asamblea.
Afuera esperaban algo que "era previsible", el decano de la Facultad de Arquitectura, Jaime Sorín, el de Filosofía y Letras, Héctor Trinchero, el secretario del rectorado Ricardo Damonte, el candidato a rector Pablo Jacovkis y asambleístas.
Apenas se rumoreó la postergación de la Asamblea los estudiantes se desconcentraron. "Estamos evitando que el rector pueda ser un dictador", dijo Juan Pablo Rodríguez, consejero de FUBA.
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"La toma fue un acto ilegal, puro vandalismo"
ACUSACION. Alterini y Franco apuntaron al actual rector por no haber garantizado el desarrollo de la Asamblea.
El Centro de Graduados del Colegio Nacional Buenos Aires convocaba ayer a las 10.15 de la mañana al amplio y muy variado grupo de consejeros que apoyaban la candidatura del doctor Alterini al Rectorado. Adrenalínica, la discusión de qué hacer luego de la suspensión de la Asamblea iba y venía como en un juego de pimpón, sobre una larga mesa de madera: desde propuestas de asambleístas legítimamente preocupados por el impedimento del acto electoral, hasta otras, de conocidos doctores en política universitaria, que pedían una marcha encabezada por el Alterini "para sacar rédito político a la situación" (sic) de la que acababan de ser víctimas.
Entre tanta propuesta primó, finalmente, la de convocar a los medios a una conferencia de prensa ofrecida por Alterini y Aníbal Franco, respetadísimo ex decano de Veterinaria (y probable vicerrector).
Minutos antes, Alterini, a solas con Clarín, formulaba la acusación que repetiría después contra el actual rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, "como responsable por no haber tomado las medidas necesarias" para asegurar el comicio. "La toma del colegio es la expresión de la antidemocracia, puro vandalismo: no es mi universidad —expresó Alterini—. Yo querría que los estudiantes reflexionen, porque un universitario tiene que tener, ante todo, un comportamiento ajustado a las leyes. Y lo de hoy fue ilegal, y un modo de esconder su falta de votos y obstaculizar una Asamblea que prácticamente había decidido mi elección".
El paso a la conferencia de prensa y la presencia de las cámaras de televisión no hizo sino agregar nueva adrenalina al cónclave. Como era de esperarse, se repitieron preguntas —algunas de tono ridículo, como "¿qué hacía usted en marzo de 1976?"— sobre el desempeño del decano Alterini en tiempos de la dictadura militar. Un interés políticamente correcto, pero que —como en el ping pong precedente— parecía excluir, una vez más, la necesaria preocupación por la calidad educativa y las contribuciones sociales que la UBA se debe a sí misma y a la sociedad que la sostiene desde hace ya mucho tiempo.
A.T.
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28 de noviembre de 2024