Allí, Jaim pidió al Gobierno para el año próximo un presupuesto de $ 855.407.276, lo que equivale a más del doble que los $ 388.350.453 que le asigna el proyecto de presupuesto que el Ejecutivo envió al Congreso. O que los $ 326.116.300 que le asignara para 2004. \"Es un presupuesto adecuado a la magnitud, calidad y trascendencia de la labor que realizan quienes integran la comunidad de la UBA\", sostuvo.
El rector justificó esta cifra argumentando que, mientras que el presupuesto de la UBA aumentó desde 1996 hasta aquí un 20%, la matrícula creció un 80%, \"y sólo pudimos incrementar los cargos docentes el 47%\".
El informe presentado sostiene que en la relación entre presupuesto asignado y cantidad de alumnos, la UBA ocupa el 34º lugar en el ranking de las universidades públicas nacionales. \"Y si se aceptara nuestro pedido de fondos, sólo pasaríamos al 4º lugar y no al primero. Si el presupuesto 2005 llega como está anunciado, nosotros podremos invertir apenas 397 dólares por alumno sobre un promedio nacional de 526\".
El cuadro es por demás grave ya que si bien el 96% del presupuesto se destina al pago de salarios, \"más del 70% de los docentes ganan menos de 300 pesos mensuales y casi 20.000 profesores trabajan gratis\". Además de cubrir estas necesidades, el incremento pedido se destinaría a obras de mantenimiento consideradas indispensables y a seguridad, 45 proyectos y 700 nuevas becas de investigación, 4.000 becas de ayuda económica para alumnos de bajos recursos, y también a mejorar la atención de los cuatro hospitales universitarios de la UBA.
Jaim Etcheverry resaltó que, aunque figura entre las 300 mejores universidades del mundo, la UBA recibe 14 veces menos recursos que la Universidad Nacional de México y 8 veces menos que la de San Pablo, \"aunque tiene cuatro veces más estudiantes que ésta\". También señaló que el 28% de la investigación científica que se produce en el país se realiza dentro del ámbito de la UBA.
Sin embargo, Jaim negó rotundamente que su reclamo se quiera presentar como un enfrentamiento con otras universidades. \"Nosotros no pedimos que se nos dé preferencia. Lo que queremos es blanquear nuestras necesidades y que todas las universidades recibamos más apoyo para defender entre todos la educación argentina\". Es que, ejemplificó, mientras países como Canadá y Corea destinan el 2.5 y 2.7 de su PBI a la universidad, \"la Argentina destina apenas el 0.5%. Aspirar aunque sea a un 1% sería más que razonable\".
En ese sentido, reconoció que el Gobierno está dando claras señales de preocupación por estos temas.
Sin embargo, aclaró: \"Es necesario recordarle a la sociedad que las universidades son la promesa de futuro de toda Nación. Algunos dirigentes tienen poca noción de los servicios que presta la UBA, y la critican duramente, usándola como ejemplo de lo que está mal. Arrecian críticas injustificadas, cuando deberían cuidarnos un poquito más. Pero la gente nos sigue viendo con afecto y valor\".
El rector admitió que la UBA tiene mucho para cambiar y también mucho de qué estar orgullosa. Y se despidió con datos más que preocupantes: sólo el 8% de graduados está en el mercado laboral, cuando en los países desarrollados ese número alcanza entre el 15 y el 20%. Y reiteró una preocupación: \"Por eso la sociedad debe entender que la educación es un recurso estratégico para el desarrollo\".
Posiciones en juego
\"Si el Estado quiere un palacete y asigna fondos para un rancho de barro, no se puede quejar.\"
Mario Marigliano. Rector de la Univ. de Tucumán
\"Sólo podrían triplicarse los fondos para la UBA a costa del presupuesto universitario general.\"
Juan Carlos Pugliese. Políticas Universitarias
\"Nadie sino cada Facultad sabe cuántos profesionales puede formar con calidad.\"
Daniel Filmus. Ministro de Educación
\"Menos la UBA,todas las universidades, tomaron en serio el tema del cupo en Medicina.\"
Ginés González García. Ministro de Salud
\"Nuestros docentes se están yendo\"
—Hoy se afirmó que está en riesgo la autonomía universitaria. ¿Usted considera que realmente es así?
—Creo que históricamente los gobiernos han querido tener injerencia en la universidad y que ésta ha tratado de preservar su autonomía. Eso es tradicional. Lo que sí me preocupa es que se diga que las universidades estamos en deuda con la sociedad: en todo caso, una parte de la sociedad está en deuda con las universidades como la nuestra, que con tan poco presupuesto logramos estar entre las 300 mejores del mundo.
—Usted dijo que la UBA está relegada en la relación entre cantidad de alumnos y presupuesto. ¿Esto es un castigo por cuestiones políticas?
—No: lo que pasa es que la gente se fija en la cantidad de plata que se nos destina, porque somos una institución grande, sin mirar entre cuánta gente se divide. Pero es un relegamiento sólo desde el punto de vista económico, porque consideración social tenemos mucha. No creo que haya un complot en contra de la UBA desde el Gobierno.
—Qué va a pasar si no llega la plata que ustedes piden?
— Está en riesgo las conservación de nuestros docentes, nuestros recursos humanos, que se van a otras universidades o a otros países, donde sea que les paguen más. El problema salarial es muy grave. Tampoco crecen las investigaciones, lo que es una pérdida para el país. Y está en peligro la capacidad de atención de nuestros hospitales.
—¿Por qué le molestaron tanto las críticas públicas que se le hicieron últimamente a la UBA?
—Porque son injustas. ¿Cuál es el modelo universitario argentino espléndido que deberíamos imitar? Claro que tenemos que hacer muchos cambios y estamos trabajando muchísimo para poner orden. Pero eso no es razón para odiar la institución ni para ponerla como ejemplo permanente de lo que anda mal.
—¿Qué cambios debería hacer hoy la UBA?
—Tenemos que hacer una apuesta fuerte a la exigencia y la revalorización de la tarea docente. Creo que algunas carreras precisan una modernización. Y que nuestros graduados salgan con una formación más completa como personas: el objetivo universitario no es sólo formar profesionales sino dar una formación humanística completa, una visión del mundo. Por ejemplo, a fin de año presentaremos unas ideas para debatir en torno al Ciclo Básico Común (CBC), que debe reconquistar este espíritu de formar personas de una manera integral, porque esa es nuestra función fundamental. También hay cuestiones relacionadas con la masividad en algunas carreras, no todas. Hablo de Económicas, Derecho y Medicina.
—¿Usted cree, en contra de lo que afirmó el ministro de Salud, que Medicina siguen formando buenos médicos?
—Entre los que se presentan a las residencias en el área de Buenos Aires, no me cabe ninguna duda de que la UBA está formando los mejores. Ahora, ¿podría ser mejor? Sin duda. Esos temas deben discutirse, seguro, porque son de importancia nacional y nadie podría negarse a hacerlo. Pero una cosa es sentarse a analizar para solucionar el problema, y otra cosa es simplemente criticar. La agresión es lo que está mal.
—Además de los problemas presupuestarios, ¿no considera que dentro de la UBA hay grandes peleas internas y luchas de poder que desvirtúan el objetivo de la enseñanza?
—Creo que se vive un clima de desconfianza y falta de unidad que es un reflejo de la sociedad argentina. En los 60, cuando yo ingresé, personas de derecha e izquierda coincidían en un proyecto común porque consideraban que la Universidad y la enseñanza debían ser prioritarias para un país en serio. La idea de proyecto común se ha perdido, como se ha perdido en el país. Antes había una esperanza. Nadie se iba a hacer rico pero pensábamos vivir de nuestro trabajo y que el país iba a salir adelante. Nosotros como Universidad somos un reflejo de lo que pasa en el país. ¡Algún día voy a escribir un libro!
—¿Está pensando en retirarse?
—No, voy a presentarme a la reelección en 2007. Creo que estamos viviendo tiempos en los que uno debe dar todo lo que puede.
—¿Cómo son sus relaciones con este ministro de Educación?
—Yo lo respeto mucho como persona, como profesor, como técnico. Tenemos un buen diálogo y sé las limitaciones que enfrenta para satisfacer nuestras necesidades. Y compartimos las líneas generales que ha planteado. Por eso hacemos tantos esfuerzos por vincular la universidad con la escuela media. Yo quiero que la Universidad de Buenos Aires se preocupe por la educación en todos sus aspectos. Las universidades son instituciones culturales cuyo único destino es la formación de los jóvenes. Los que quieran convencernos de que son empresas o que lo importante está en otro lado, se equivocan.