Le dieron 15 días de licencia obligatoria porque quieren investigarlo. Son sus colegas en el cogobierno de la Universidad Nacional de Formosa los que sospechan del rector Carlos Dalfaro. Sospechan mucho que existió una asociación ilícita en la entrega de títulos académicos no válidos en España, que él conocía lo que estaba pasando y que no está solo en esto. Por eso también le dieron días libres al decano de la Facultad de Administración, Economía y Negocios, Héctor Carmelo Quijano.
"Yo no estafé a nadie." Apartado a la fuerza de su despacho en el Rectorado, Dalfaro atendió él mismo el teléfono de su casa, en el centro de la capital de Formosa. Su voz era apenas audible. Muy distinta a esa de tono grave, gruesa, con que recorrió China, apenas hace un mes, para despertar el interés de los jóvenes orientales por la oferta académica de Formosa.
Tentado, y bastante, a no abrir la boca, convino en dar una entrevista telefónica a Clarín. "Yo no estafé a nadie", repitió Dalfaro. "Sólo pondría las manos en el fuego por mí", agregó, contundente, para empezar a conversar. El funcionario con licencia accedió a dar sus explicaciones, una versión más del escándalo por la entrega de títulos irregulares en España en la que está involucrada la Universidad de Formosa.
España. Allí se radicó la primera denuncia a fines de noviembre. Según adelantó Clarín, la Dirección General del Consumo de la Comunidad de Madrid sancionó al Instituto Cibernos por el presunto otorgamiento irregular de títulos terciarios y universitarios argentinos por entidades como el World College de Ushuaia y la Universidad de Formosa.
Bastó la difusión de la supuesta estafa para que los principales involucrados salieran a negarse unos a otros. Y así fue como Felipe de Andrés Fernández, director del Instituto Cibernos, aseguró: "No tenemos nada que ver con el World College ni con la Universidad de Formosa." Jorge Gorosito, rector del World College de Ushuaia, defendió a su instituto y la validez de los títulos que salió a exportar a Europa.
Faltaba Dalfaro. Reconoció ayer que firmó un convenio con el World College o World University (institución con más de un nombre) en Tierra del Fuego en setiembre de 2003. Y contó que recibió "algunos correos electrónicos" que cuestionaban la "representatividad de esas personas". "Por todo eso rescindimos el convenio —dijo— y a partir de allí no tuvimos más trato con esa gente. Todo interrumpido".
Se refiere sin nombrarlo a Carlos Gorosito, titular del World College. Sin embargo, en una carta que obtuvo Clarín firmada por Gorosito, de enero de 2004 —hasta ayer en el sitio de Internet de Cibernos (www.institutocibernos.com/formosa/collegecarta.
htm), el establecimiento cuestionado en España por la triagulación de títulos—, no parece muy disgustado con la institución que Dalfaro presidía. Dice: "La articulación en vigor con la Universidad Nacional de Formosa permite a nuestros titulados finalizar la licenciatura correspondiente en tan sólo un curso académico y un semestre."
—¿Qué tiene que ver en todo esto el decano Héctor Quijano, también de licencia?
—Junto con él fue presentado al Consejo Superior de la Universidad un convenio con el Instituto Cibernos y no fue aprobado. No autorizó las clases en aulas extraterritoriales ni clases en España.
—¿Usted siguió adelante?
—No, no se pudo hacer. Después... lo que hayan hecho estas personas con el nombre de la Universidad, no lo sé.
—¿Qué hacía usted, en Navarra, Pamplona, en una foto publicada ayer en Clarín?
—Fui invitado a un acto académico de la Escuela Europea de Sistemas Informáticos (ESINA). En ese momento estaban entregando títulos de los que se ofrecen allí. En este caso, existe una vinculacion: se firmó un convenio aprobado por el Consejo Superior de Formosa, pero hasta la fecha no se hizo ninguna actividad.
Según la investigación que promueve el Poder Ejecutivo argentino, con Cibernos y con la Escuela Esina de Navarra, la Universidad de Formosa firmó acuerdos para entregar licenciaturas que carecían de autorización y validez tanto para las autoridades argentinas como para las españolas.
—Se está hablando de asociación ilícita...
—Semejante acusación... está todo en la comisión investigadora.
—¿Por qué apuntan a usted?
—No sabría decirle por qué conmigo. Voy a limpiar mi nombre.
—¿De qué?
—De las acusaciones. Esperaré la investigación. La Universidad accionará y yo iniciaré acciones legales contra quienes usaron indebidamente mi nombre.
—¿Por quién pondría las manos en el fuego?
—Sólo por mí y por lo que estoy diciendo.
Victoria Tatti. vtatti@clarin.com