La Universidad de Buenos Aires podría cerrar sus puertas el 1º de octubre por falta de fondos para seguir funcionando. La advertencia es oficial: figura en los considerandos del texto del Presupuesto 2005 que recién ayer, y a siete meses de iniciado el año, fue aprobado durante la reunión del Consejo Superior de la UBA.
Es éste el corolario de una conflictiva puja interna dentro de la Universidad, que terminó de desbordar la semana pasada durante la reunión de la Comisión de Presupuesto que debía tratar el proyecto enviado por el rector Guillermo Jaim Etcheverry.
Sin embargo, este documento fue dejado de lado. Y mientras el rector se encontraba de viaje, un grupo de tres decanos (los responsables de las facultades de Odontología, Veterinaria y Agronomía) presentaron un proyecto de presupuesto paralelo, que incluía el reclamo de una partida de al menos 27 millones más que lo que originalmente había otorgado el Congreso de la Nación (443 millones de pesos), sin el cual no podrían asegurar el funcionamiento de la Universidad porteña.
Aduciendo que no se podía esperar al regreso de Jaim Etcheverry, los decanos pidieron al arquitecto Berardo Dujovne (vicerrector e interinamente a cargo del rectorado) que solicitara una reunión con carácter de urgente al ministro de Educación, Daniel Filmus, con el fin de presentarle este reclamo.
La misma tuvo lugar el viernes pasado y, en ella, Filmus y el secretario de Políticas Universitarias, Juan Carlos Pugliese, comprometieron la provisión de 25 de los 27 millones requeridos. Dicha suma —que según algunas fuentes, ya había sido solicitada por Jaim Etcheverry días antes de viajar— saldría de partidas especiales con las que el Ministerio cuenta para subvencionar diversos programas.
Pese al clima positivo de la reunión, cinco días más tarde, algunos decanos pidieron incluir la cláusula referida al cierre de la UBA, "ya que la cruda realidad es que no podemos seguir funcionando sin ese dinero. Y en un año electoral como éste se pueden prometer demasiadas cosas que quizás después no se cumplan", dijeron a Clarín algunos de los concurrentes a la reunión.
El presupuesto aprobado incluye una partida de $ 3.510.000 para rentar a unos 1.500 de los 11.000 profesores ad honórem que hoy enseñan en la UBA.
Pero los conflictos por cuestiones económicas no terminarán aquí. Una comisión investigadora (que deberá expedirse en 45 días) deberá determinar cuál fue el destino de un fondo de 140 millones de pesos utilizados por el rectorado sin pedir autorización al Consejo Superior.
Dichos fondos surgen de las reservas de la Universidad, los intereses generados por éstas y una diferencia de aportes patronales provenientes de un juicio ganado por el anterior rector de la UBA, Oscar Shuberoff. Según trascendidos, una parte de éstos se habría destinado a pagar la obra social docente y parte del funcionamiento del Hospital de Clínicas.
En medio de este agitado panorama, el Consejo Superior aprobó también ayer la destitución del decano de Ingeniería, Bruno Cernuschi Frías, por 16 votos contra 4, por mal ejercicio de la función. Este conflicto comenzó hace un año, con acusaciones cruzadas entre Cernuschi y el ex decano Rosito, por malversación de fondos y mal desempeño, respectivamente. Hasta marzo de 2006, asumirá el vicedecano, ingeniero Grasso.
* Alejandra Toronchik. atoronchik@clarin.com
