Sin siquiera anunciar oficialmente la Asamblea que debía elegir nuevo rector para la Universidad de Buenos Aires, el rector actual, Guillermo Jaim Etcheverry, subió a un taxi y se alejó de la esquina de Bolívar y Belgrano. El reloj no marcaba aun las 10 de la mañana y la toma del Nacional Buenos Aires por estudiantes de la Federación Universitaria porteña (FUBA) había conseguido lo suyo: un tercer fracaso que dejaba otra vez a la universidad sin rector para los próximos 4 años.
La conducción de la FUBA repetía así una estrategia destinada a minar la candidatura a rector del decano de Derecho, Atilio Alterini, quien hasta ayer contaba con las mayores chances de ganar. La FUBA buscaba, también, que se convoque a una reforma del estatuto universitario que hoy impide participar de la elección del rector a la mayoría de los docentes y la totalidad de los no docentes. Un reclamo que comparten otros sectores, contrarios a la metodología de la FUBA.
El rector Jaim evitó llamar a una nueva reunión del Consejo Superior, como había hecho luego de las dos fallidas asambleas anteriores. En vez de esto, pidió a los decanos que se reunieran con él. Pero —a pedido de éstos— deberá poner la invitación por escrito "para evitar que Jaim tergiverse este encuentro".
A Jaim se lo acusa de no pedir medidas de seguridad tendientes a evitar la toma del colegio. También el Ministro del Interior, Aníbal Fernández, es cuestionado por haber retirado la guardia policial que custodiaba el colegio en la anterior Asamblea: el bloque macrista encabezado por el diputado Jorge Vanossi pidió ayer su interpelación.
Los partidarios de Alterini organizaron ayer una "reunión de contención" en la Facultad de Ingeniería. Allí abandonaron la idea de presentar un recurso de amparo para obligar al rector a asegurar la realización de la Asamblea. "Pero corríamos el riesgo de judicializar la crisis. Y muchos se dieron cuenta de que esto podría ser un bumerán, si mañana —como creemos— asumimos nosotros la conducción de la UBA", dijo a Clarín un miembro del sector alterinista.
La reunión terminó entre aplausos a Alterini y dardos para la conducción de la FUBA, "que no convoca a elecciones desde hace dos años".
También tuvieron su reunión los decanos y consejeros del centroizquierda que impulsan la candidatura del biólogo Alberto Kornblihtt. El objetivo: ajustar un programa de 29 puntos para gobernar la UBA, en caso de que las alianzas que se tejen en estos días permitan ganarle a Alterini.
Pero más relevante que estas reuniones parciales, será el cónclave que hoy a las 11 tendrán los trece decanos autoconvocados a puertas cerradas, en la Facultad de Ciencias Económicas, "para conversar sobre la gobernabilidad de la UBA". El decano de Sociales, Federico Schuster, lo explicó ayer más crudamente: "Tenemos una responsabilidad. Y gran inquietud ante un escenario de posible quiebre institucional".
Hoy, además, comienza un paro docente de 72 horas. Y un plebiscito impulsado por la FUBA para que "todos voten si Alterini puede ser candidato y si apoyan la modificación del Estatuto universitario".
Alejandra Toronchik atoronchik@clarin.com
Estrategias
Atilio Alterini. Decano de Derecho, lo promueve un bloque formado por ocho de los 13 decanos de la UBA, estudiantes, profesores, y graduados. Es criticado por haber ejercido cargos públicos durante la última dictadura. La relación de fuerzas lo favorece y planea mantener esas adhesiones y su candidatura hasta el final.
Guillermo Jaim Etcheverry. Actual rector de la UBA, ex decano de Medicina, se postula para la reelección aunque sabe que no tiene respaldo suficiente. Parece decidido a no convocar a las fuerzas policiales y a preservar su imagen. Hay quienes sostienen que apuesta al desgaste para convertirse en un candidato de unidad.
Alberto Kornblihtt. Investigador del Conicet, cercano a Fernando Vilella. Su postulación fue promovida por decanos y consejeros de centroizquierda.
Fernando Vilella (ingeniero, ex decano de Agronomía), tiene, junto con Kornblihtt más llegada a la conducción de la FUBA, con la que no coinciden en el bloqueo a la Asamblea. Podrían avanzar en una alianza.
Futuro
Eduardo San Pedro esanpedro@clarin.com
La tercera no fue la vencida y ayer —otra vez— la UBA se quedó sin nuevo rector. Lo más grave no es lo bochornoso de esta situación (que a esta altura involucra a todos sus actores), sino la falta de interés demostrada por algunos grupos y partidos sobre el futuro de la Universidad más grande de la Argentina. Antes de estas elecciones los candidatos no habían aportado demasiadas ideas sobre cómo adaptar a la UBA a los requerimientos del mundo de hoy. Todo parece haber quedado en un debate chiquito, donde lo principal cedió paso a lo accesorio.
ELECCIONES UNIVERSITARIAS: EN EL NACIONAL DE BUENOS AIRES
Una mañana fría con clima de pasión futbolera
Frente al Nacional Buenos Aires, una columna de jóvenes de aspecto más que humilde se agitaba al grito de "Pingüino corazón". No eran universitarios y —a diferencia de la promesa que la Argentina hizo a los humildes de otros tiempos— seguramente no estaban ahí con el sueño o la exigencia de llegar a serlo. Alineados en la agrupación "Barrios de pie", su consigna logró hacerse escuchar apenas un momento. Luego desapareció entre otros cantitos de cancha, esta vez con megáfono incluido: los insultos que la FUBA le dedicaba al decano Alterini. Y los que recibiría también Etcheverry, esta vez a cargo de un solista: el consejero Martín Marcos (ex Franja Morada y militante alterinista) había preparado sus insultos (y así lo anunció a la prensa) para cuando se presentara el rector.
Tampoco los estudiantes acertaban con consignas que impactaran más allá del dolor de oídos ante tanto megáfono estallante: más se notaba la repetición ante los medios que, como quien dicta a su secretaria una carta, repetía Santiago Gima (dirigente del PO) a quien quisiera escucharlo: "Escribí: este es el marco de la crisis".
Muchas cosas habían cambiado ayer. El desgaste de todos los actores presentes se sentía en el cansancio de rostros y gestos. En la mañana fría, ya no había barrabravas visibles como en las fallidas asambleas anteriores. Ni siquiera había la suficiente cantidad de asambleístas como para sesionar.
La certeza de que otra vez sería imposible sesionar había hecho que muchos concurrieran a sus trabajos y obligaciones en vez de ver fracasar nuevamente su deber de votar. El misterio alquímico de haber convertido el centro de máxima cultura académica en un escenario de pasión futbolera y desgarro electoral quedaba, sin respuesta, flotando en el viento.
Alejandra Toronchik
ELECCIONES UNIVERSITARIAS: RELEVAMIENTO DE CLARIN
La crisis es ajena para una mayoría de estudiantes
La mayoría de los estudiantes que preparaban exámenes ayer en los alrededores del barrio que congrega a las facultades de Ciencias Sociales, Económicas, Medicina y Odontología, conocía muy poco del conflicto que compromete la elección del rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desde el pasado 4 de marzo.
Así surge de un relevamiento realizado por Clarín en las calles, bares, aulas y centros de estudiantes que nuclean la vida académica de la mayor Universidad del país.
Los universitarios, salvo casos aislados de los integrantes de organizaciones estudiantiles, viven esta "elección frustrada" como algo casi ajeno a sus intereses. Aseguran que la ambición política es la principal motivación de unos y otros, aunque defienden que estas movilizaciones tienen un sentido mucho más global: generar un cambio "democrático", dicen, en la Universidad.
Aunque repudiado por todos, Atilio Alterini no es el tema central del debate. El rechazo a la candidatura del decano de Derecho va más allá de su vinculación con la última dictadura y se centra en su cuestionada relación con figuras como el ex rector Oscar Shuberoff, acusado de desviar fondos universitarios en los 90.
Sin embargo, para muchos de ellos debe respetarse la legalidad democrática y permitir sesionar a la Asamblea. "Se avivaron tarde y, ahora, van a tener que esperar a que sea el próximo rector quien realice cambios", aclaró Analía Nahmias (25), estudiante de sexto de Sistemas.
Los universitarios coinciden en denunciar la "nula representación estudiantil y no docente" en la Asamblea —según Valeria Sinistri (22) de tercer año de Kinesiología—, al tiempo que lamentan "lo injusto" de un organismo donde estudiantes y docentes son los menos. "Exigimos una mayoría estudiantil, una minoría docente y otra más del cuerpo no docente de la Universidad. Esa será la Asamblea que deberá decidir", explicó Nicolás Marrero (22) de Sociología.
A pesar de cierta desconfianza, la mayoría de los encuestados ayer dijo sentirse representado por los núcleos que presionan para que Alterini se baje de su candidatura y deje paso al investigador de Conicet Alberto Kornblihtt, por quien apuestan.
Encuesta: es "un bochorno"
Una encuesta hecha ayer por Clarín.com sobre la nueva postergación en la elección del rector de la UBA reveló un amplio rechazo social hacia la falta de definición que mantiene paralizada a la Universidad. Hasta las 21.30 y sobre 2.518 votos, el 64,7 de los encuestados opinaba que la tercera demora en la elección del rector era "un bochorno". Sólo un 19,1 por ciento opinó que se trataba de "un reclamo justo" y el 16,2 por ciento no tenía opinión formada.
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26 de noviembre de 2024