Se trata del Programa Prioritario \"Biología de la invasión y metástasis\", del biotecnólogo Santiago Girón y el doctor Mariano Gabri. Lo lleva adelante el Laboratorio de Oncología Molecular de la UNQ, que dirigen los doctores Daniel Gomez y Daniel Alonso.
La investigación y la producción para lograr el kit de diagnóstico se hará con un aporte de 1.200.000 pesos, cofinanciados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT) y el laboratorio farmacéutico argentino Elea, como empresa adoptante.
Desde un tumor maligno, las células cancerosas pueden migrar —en especial a través de la sangre pero también por vía linfática o por contacto directo—, anclar en otra parte del cuerpo y formar un nuevo tumor. Basta un número ínfimo para provocar una metástasis. El problema es que hasta ahora no existe en el mercado un método para localizar la presencia de células cancerosas circulando por la sangre; se las registra indirectamente, y cuando ya hay una gran cantidad.
El melanoma representa el 3% de todos los cánceres a nivel mundial, pero con tendencia creciente (ver Importancia...). Los investigadores argentinos lo tomaron como punta de lanza por varios motivos, en especial porque el melanocito —la célula que se vuelve maligna en el melanoma— expresa un marcador que es detectable en sangre: la enzima tirosinasa.
Los becarios del laboratorio de la UNQ ya manejan la técnica básica para rastrearla. Se extrae el ARN (ácido ribonucleico) de las células, se lo copia a ADN (ácido desoxirribonucleico) y se lo multiplica muchas veces, con una prueba llamada reacción en cadena de la polimerasa, conocida como PCR, su sigla en inglés.
Unicamente de ese modo, gracias a la amplificación, es posible descubrir cantidades muy pequeñas de tirosinasa. Si esta enzima está presente en la sangre, esto significa que hay melanocitos en circulación y que éstos son malignos, ya que la ubicación normal de los melanocitos es la piel; fuera de allí, algo anda mal.
\"Hemos hecho un diseño propio de amplificación, y hoy en día somos capaces de detectar la presencia de células tumorales de melanoma en sangre\", cuenta el doctor Daniel Gomez.
En este momento están avanzando en la experimentación con diversos métodos para convertir esa técnica, a través de reactivos, en un método colorimétrico —a semejanza de los tests de embarazo— \"de fácil maniobrabilidad para el laboratorista\".
Un diagnóstico precoz de esta clase presenta varias ventajas. Se podría hacer un seguimiento muy preciso después de la extir pación de un tumor. También detectar la presencia de células cancerígenas en sangre, antes de que se presenten los síntomas.
Los científicos cuentan con tres años para completar el trabajo. El paso siguiente será adaptarlo para otros tipos de cáncer. \"En la mayoría de los cánceres se conocen los marcadores. Una vez montada la ingeniería de este kit, lo que se modificaría sería el marcador\", explica Gomez.
El dinero del subsidio se invertirá en investigación y desarrollo del producto, y en la compra de equipamiento y tecnología. \"Los equipos quedarán para la Universidad —anticipa—. Además, representa un beneficio para la sociedad el contar con una nueva tecnología aplicada al tratamiento oncológico. Este es un laboratorio transferencial: no se trata sólo del conocimiento, sino de ver cómo puede servirle al enfermo, a la comunidad\".