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Clarín-Miércoles 24: Alterini: \"Renuncio para dejar de ser el argumento que usan los violentos\"

Era el que más votos tenía para ser rector. Pero sus opositores impidieron la elección cuatro veces.

Hace cincuenta días tenía más de los votos necesarios para convertirse en el nuevo rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Anoche, después de cuatro Asambleas Universitarias frustradas por la protesta de los estudiantes de la FUBA, su postulación cuestionada por algunos sectores universitarios y sociales, y con señales de ruptura en el bloque de ocho decanos que lo apoya, Atilio Alterni, decano de Derecho, renunció a su candidatura a rector. En una entrevista con Clarín confirmó su decisión y anticipó que seguirá "trabajando como actor en este proceso, en los debates que vengan, perteneciendo al grupo".
 
— ¿Por qué renunció?
 
— He funcionado como coraza, recibiendo ataques infames con lo que quisieron afectar mi carrera académica. Me han dolido personalmente y a mi familia. Esos ataques también cubrieron a todo el grupo que apoyaba mi candidatura. Y dieron argumento a los que, atacándome a mí, en realidad tienen otro propósito desviado: el de obtener la reforma estatutaria no consensuada. En definitiva, impedir el funcionamiento de las instituciones democráticas con resabios del "que se vayan todos" de 2001. Mi decisión busca ser una contribución para evitar que pueda plantearse lo que la ley denomina "conflicto insoluble", lo que significaría que la UBA perdiera su capacidad para gobernarse.
 
— Y debiera ser intervenida por el Gobierno.
 
— Lo dijo usted. La verdad es que la situación actual podría derivar en eso y sería lamentable.
 
— ¿Recibió presiones del Gobierno para renunciar?
 
— De ninguna manera. No he tenido contacto con el Gobierno que se ha manifestado prescindente a todo esto.
 
— El bloque de ocho decanos que lo apoyaba, ¿se rompe?
 
— No tengo ningún indicio de que pueda romperse; por el contrario. No hay razones. Lo que nos unió fue una tarea lenta de estructuración de proyectos comunes para la universidad del siglo XXI. Se formó horizontalmente y así también me sugirieron que encabezara ese proyecto común. La solidez del grupo es la afinidad de ideologías en favor de un modelo de universidad. No veo por qué se va a romper. En esta mecánica es que surgirán nuevos candidatos a partir de nuevos consensos.
 
— ¿Por qué esperó tanto si su candidatura ya estaba resentida?
 
— Sucedieron hechos muy graves como los del repudiable 2 de mayo en las escalinatas de Medicina y la reunión del Consejo Superior del lunes de la semana pasada. Si no se puede garantizar la posibilidad de que en este mes se elija un vicerrector —termina el plazo de 15 días hábiles administrativos para nombrar vicerrector— estaremos ante una situación jurídica complicada
 
— ¿Usted como jurista no quiere quedar en medio de esta crisis institucional?
 
— No, no es así. Quiero dejar de ser el argumento que usan los violentos. Descartado eso, es posible y probable que los órganos de gobierno puedan funcionar.
 
— ¿Como ve el futuro institucional de la UBA sin usted cómo candidato?
 
— Aquí se mezcla lo que se supone y lo que se quiere. Quiero fervientemente que se destrabe este situación para que podamos seguir trabajando.
 
— ¿Considera que está haciendo un aporte a la institucionalidad de la UBA?
 
— Creo que sí. Por lo menos contribuiré a poner a las cosas en blanco sobre negro.
 
— ¿Siente que fracasó?
 
— No, porque sigo siendo un actor de la universidad.
 
— Sí, pero ya no será su rector
 
— La candidatura no la impuse yo. Surgió del consenso de la que constituía la mayoría de los asambleístas.
 
— ¿Culpa a alguien?
 
— No, a nadie. No es cuestión de culpar a nadie. Descriptivamente, hubo grupos violentos que no permitieron que los órganos de gobierno de la Universidad funcionaran. No descarto que piden reivindicaciones valiosas, pero lo que perturbó es el método.
 
— ¿Ganó la FUBA?
 
— No. Yo quiero contribuir de todo esto un solo ganador, la UBA.
 
— Por sí o por no, ¿hay algo de la trama de su decisión que no va a contar?
 
— No. Expliqué mis motivos y además, como le dije en una carta al rector interino, tengo información de que mañana (por hoy) se podría haber usado la sesión del Consejo Superior para dañar la imagen del 25 de mayo, la fiesta de la patria.
 
— "Tengo información", ¿a qué se refiere?
 
— (No responde y cruza las manos en el aire). Sólo voy a decir que tengo esperanzas de que esta joya que es la UBA pueda seguir su historia de tradición y colocarse al compás de las necesidades del futuro.
Victoria Tatti vtatti@clarin.com  
 
Presiones y conflictos apuraron la renuncia
 
Su candidatura era cada vez más resistida dentro del bloque que lo apoyaba.
Al tiempo que Atilio Alterini, en el lobby de un hotel porteño, declinaba su candidatura al Rectorado de la UBA frente a Clarín, en la Facultad de Ciencias Económicas, una reunión del bloque que le había dado su apoyo decidía pedirle la renuncia. ¿Quién dio el primer paso? Dicen que Alterini, a sabiendas de lo que iba a suceder. Aunque el desgaste en torno a su candidatura no era nuevo en el bloque mayoritario que lo tenía como candidato, en la jornada de ayer los tiempos se precipitaron.
 
Por la tarde se suspendió la controvertida reunión del Consejo Superior (el órgano máximo de dirección de la UBA), convocada para hoy, con el fin de elegir vicerrector. La dejó sin efecto el pedido de seis decanos —los de Farmacia, Ciencias Económicas, Psicología, Veterinaria, Odontología e Ingeniería— y tres consejeros superiores dirigido al rector interino y decano de Medicina, Alfredo Buzzi.
 
Cuando estos mismos decanos, Alterini y ocho consejeros más habían sido quienes la habían solicitado cinco días atrás. Es decir, un total de 15 firmas, lo que obligó a Buzzi por Estatuto a convocar al Consejo para hoy, a pesar de su oposición. "Intentaré llamarlos a la reflexión" dijo.
 
Nadie creía que el encuentro podía llevarse a cabo. La Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) había anunciado medidas de acción para impedirla. Y hasta el momento habían logrado lo que se propusieron.
 
El grupo de Alterini argumentaba que quería que el rector interino sólo se quedara lo indispensable. Otras fuentes aseguran que la estrategia era distinta: si la reunión llegaba a realizarse y se elegía a Aníbal Franco como vicerrector —también candidato del bloque— iban a comprometerlo para que trabajara para la candidatura de Alterini, y si se frustraba, quedaría demostrado que el problema no era su postulación, sino cualquier otra, y así su figura saldría fortalecida. Pero no todos compartían esta visión.
 
Los que ayer firmaron la carta dirigida a Buzzi, dijeron: "No hay garantías de que se pueda sesionar en condiciones normales a una vida democrática universitaria, y no estando dispuestos a exponernos a situaciones que dañen no sólo a las personas sino a la Universidad en su conjunto, es que tomamos esta decisión".
 
Con su sola firma, Alterini también decidió dar marcha atrás en la propuesta: "Existe información de que grupos ajenos a la UBA podrían aprovechar esa sesión para producir un nuevo hecho de violencia que, al ser inmediatamente anterior a la celebración del 25 de Mayo, tendría el único fin de empañarla", le escribió a Buzzi.
 
La primera fisura en el bloque se hacía pública. Se sumaba al escaso eco que tuvo, también ayer a la tarde, la concentración frente al Rectorado que habían propuesto desde su sector. No más de 400 personas en un llamado acto "de apoyo institucional a la UBA".
 
En la reunión en Económicas, a la misma hora que Alterini anunciaba su renuncia, circulaba una versión diferente sobre las motivaciones de su decisión: "Su candidatura presentaba cada vez más problemas insolubles en el bloque —dijo uno de sus más estrechos compañeros de grupo—. No nos causa alegría porque sabemos que no tiene las manos manchadas de sangre. Debo reconocer que su renuncia destraba el conflicto."
Liliana Moreno limoreno@clarin.com  

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