"El no tener una dedicación mayor a la simple no es atribuible a los docentes sino que resulta totalmente ajeno a su voluntad y posibilidades y no guarda relación alguna con la idoneidad ni con el nivel académico", dijo la titular de CONADU. "Ello les acarrea un grave perjuicio. Se trata de una clara arbitrariedad ilegítima e irrazonable", dijo.
Para Anahí Fernández desde el año pasado existe "otra discriminación encubierta, con la posibilidad de cobrar más de un beneficio mediante los llamados incentivos especiales".
Explicó que "así algunos pueden multiplicar el cobro de estos incentivos especiales mientras los docentes con dedicación simple, que llevan adelante el trabajo pesado de docencia de grado además realizan tareas de investigación y resultan excluidos".
La abogada rosarina dijo que el decreto 2427/93, la norma fundante del Programa de Incentivo a docentes e investigadores de las universidades nacionales, tuvo como "uno de los objetivos inconfesados el de generar y preservar a una elite de investigadores, algunos de los cuales participaron de su generación".