Se trata de un pan especial. Diferente. Hecho con el fruto del algarrobo, ese mismo árbol que lo primero que trae a la mente son muebles fuertes y robustos. Pero que, según parece, alimenta igual que cualquier otro y puede resultar un complemento ideal para la alimentación de miles de personas. La segunda buena noticia es que la ingeniosa idea partió de la cabeza de un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Se trata, entonces, de una doble apuesta a futuro.

Javier Pinna, estudiante de Sociología; Javier Martín, de Diseño Industrial; y Juliana Femenina, de Bromatología, son los cerebros de la revolucionaria propuesta. “La utilización de la harina de algarrobo para el desarrollo de nuevos alimentos es hoy un punto clave para la industria local. Puede transformarse en una especie de malta, pero con la ventaja de no tener cafeína y sí altas dosis de calcio y proteínas”, explica Femenina, oriunda de La Rioja.

Son varias las virtudes de esta nueva generación de harina. Según comentan sus creadores, es apta para la elaboración de panificados especiales para celíacos. Es decir, aquellas personas que no pueden consumir alimentos con trigo, cebada, avena o centeno, porque el gluten -la proteína presente en estos cereales- daña el recubrimiento de su intestino delgado. Otro rubro en el que la harina podría ser útil es en el de la producción de cervezas artesanales. ¿Cerveza de algarrobo? Ver para creer, o tomar para creer, en este caso.

\"Se trata de un proyecto multipropósito, porque además lo ideamos en función de cubrir las necesidades sociales de la región. Esta harina bien puede convertirse en un agregado a la leche que toman hoy los chicos en sus comedores escolares\", agrega Femenina. Como si fuera poco, el proyecto aún cuenta con una ventaja más, en este caso, relacionada con el tema ambiental. En este sentido, Femenina destaca que la extracción de este producto podría alterar favorablemente la cuestión ecológica. \"Es vital que el algarrobo también sea tenido en cuenta en este sentido, y no sólo para su deforestación y tala masiva\", añade ilusionada frente a un nuevo escenario ambiental.

A la harina de algarrobo pronto le llegará la hora de la verdad y probará suerte en el mercado mendocino. El proyecto es uno de los dos ganadores del Concurso de Emprendedores instituido por la fundación de la UNCuyo que busca alentar, estimular y premiar el esfuerzo en la elaboración de nuevos negocios de sus estudiantes. Los ganadores recibirán asesoramiento en aspectos tecnológicos, económicos y empresariales. Además, contarán con un sistema de pasantías en empresas; financiamiento de estudios de mercado o de factibilidad técnica para mejorar la viabilidad de los proyectos y la elaboración de un plan de negocios.

Fuente: Universia / www.universia.com.ar