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Clarín: Perfil del desocupado urbano argentino

Tiene 26, trabajó en la construcción, abandonó la escuela, no es jefe de hogar pero vive en uno con necesidades básicas insatisfechas. Esas son las características de quienes tienen más chances de estar desempleados en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, según un estudio de la UNC.

22 de junio de 2005, 13:32.

Una investigación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) analiza el perfil de los desocupados de los grandes centros urbanos de la Argentina: Córdoba, Buenos Aires y Rosario. Así como también indaga en los principales rasgos que reúnen los subocupados de estas áreas metropolitanas mediante la integración de distintos modelos estadísticos.

Dirigido por Fernando Ferraro y Margarita Díaz, el objetivo inicial del estudio consistió en "ubicar las variables sociodemográficas que más influyen para que una persona esté desocupada", explicó Díaz. En pos de esa meta trabajó un equipo del Instituto de Estadística y Demografía, perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC, conformado por Cecilia Díaz, María Inés Stímolo y Patricia Caro.

El objetivo perseguido no es menor, si se comparte la idea de que, pese a los últimos avances, el desempleo continúa siendo uno de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad. El informe parte de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del año 2002, cuando el volumen de los marginados del mercado laboral ascendía al 19,4 por ciento, luego de una escalada con base en los 13 puntos, en 1998.

Entre los factores condicionantes del desempleo, los investigadores destacan que, si se mantienen todas las variables constantes, la chance de desocupación es un 67 por ciento más alta entre mujeres que entre varones. Salvando esta primera distinción, la riqueza del trabajo reside en la articulación de los distintos factores sociodemográficos -nivel educativo, edad, composición y características del hogar, estado civil e historia laboral- que exhiben quienes se encuentran en situación de desocupación y subocupación. En esta última categoría se ubica a los individuos que trabajan a tiempo parcial y a quienes, con una dedicación de tiempo completo, perciben una remuneración menor a los 200 pesos. 

Retrato del desocupado

De acuerdo al estudio, sobre la base de los determinantes de mayor impacto puede trazarse el siguiente retrato del desocupado que habita en las grandes ciudades de Argentina: trabajó en la rama de la construcción, tiene un nivel educativo bajo, vive en un hogar con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), no es el jefe de familia, y tiene menos de 26 años.

En primer lugar, los investigadores observan que no existen diferencias significativas entre quienes terminan el secundario y los que alcanzan un título terciario o universitario. Sin embargo, destacan que, al descender en el nivel de educación formal, el cociente de chances de ser desocupado se incrementa notablemente para aquellos que no completan la escuela media. Así, subrayan que una persona con "primario incompleto" tiene un 160 por ciento más de probabilidades de hallarse desocupada que quien se inscribe en la categoría "terciario completo".

Por su parte, la edad del sujeto no tiene un peso significativo en la pertenencia o no al mercado laboral y sólo se vuelve determinante cuando se la relaciona con la posición en el hogar. El estudio revela que existe un 37 por ciento de desempleados que no son jefes de hogar, volumen que disminuye al 21 por ciento entre quienes sí poseen una familia a su cargo. El factor de riesgo aumenta notablemente su incidencia cuando la persona tiene menos de 26 años.

En cuanto al estado civil, los investigadores detectaron que las personas sin pareja tienen casi el doble de chances de desocupación (90%) que las que sí la tienen. Asimismo, los miembros de familias de tamaño mediano (4 a 5 personas), ostentan mayores probabilidades de estar desocupados (64,5%) que aquellos que habitan en hogares con más de 6 integrantes (53%). Por último, resulta fácilmente perceptible el efecto negativo de vivir en un hogar con Necesidades Básicas Insatisfechas, pues la desocupación aumenta el 100 por ciento.

Con respecto a los indicadores de rama de actividad (para desempleados se tomó en consideración el último trabajo), la mayor probabilidad de carecer de fuente laboral se detecta entre quienes se dedican a la construcción. Por el contrario, el hecho de trabajar en la administración pública reduce la frecuencia de desocupación (sólo un 11 por ciento de quienes se desempeñaron en cargos estatales está desocupado). Finalmente, y de acuerdo a la categoría ocupacional, los indicadores expresan que aquellos que trabajan por cuenta propia poseen un 30 por ciento más de riesgo de estar desocupados que quienes lo hicieron en relación de dependencia.

Muchas horas, poco sueldo

El orden de los factores de mayor importancia se altera para definir a quienes se encuentran en situación de subocupación. Según el informe, "en primer lugar se destaca el nivel educativo (bajo), seguido por la condición de trabajador independiente, género femenino y desempeñarse en la administración pública".

El modelo desarrollado por los investigadores señala que el bajo nivel de educación es la variable de mayor impacto, pues la frecuencia de subempleo es 6 veces más alta entre personas con estudios primarios incompletos que entre aquellos que han alcanzado el nivel terciario. Si realizaron estudios secundarios (aun sin terminarlos), las chances descienden a la mitad.

Asimismo, ser mujer o tener menos de 26 años también constituyen factores de riesgo. A diferencia del modelo anterior, la edad considerada como determinante principal juega un papel importante, ya que entre los menores de 26 años se duplica el riesgo de subocupación.

Cabe consignar que en el análisis del subempleo disminuye la incidencia de las características del hogar, con efectos similares para estado civil, jefatura de hogar y hogares con necesidades básicas insatisfechas. También es diferente el impacto de la rama de actividad, ya que se manifiesta una fuerte subocupación en las personas que trabajan en la administración pública (32%), en tanto que aquellos que pertenecen al sector Industria (13%) y Comercio (19%) exhiben menores chances. En otras palabras, un tercio de las personas que ocupan cargos estatales trabajan a tiempo parcial o perciben un salario menor a 200 pesos a pesar de dedicarse a tiempo completo. 

Perfil del desocupado

Con la metodología de árboles de decisión, se detectaron las siguientes clases ordenadas por riesgo decreciente de pertenecer a dicha categoría:

Clase 1: No Jefes con NBI con 4 o 5 personas en el hogar

Clase 2: Jefes que trabajan en la construcción y que tienen nivel de instrucción medio

Clase 3: No Jefes con NBI con 6 o más personas en el hogar

Clase 4: Jefes que trabajan en la construcción y que tienen nivel de instrucción bajo o alto

Clase 5: No Jefes sin NBI y sin pareja

Clase 6: Jefes Mujer que trabajan en la industria, comercio u otra rama

Clase 7: No Jefes con NBI con 1 a 3 personas en el hogar

Clase 8: No Jefes sin NBI y con pareja

Clase 9: Jefes que trabajan en servicios comunales y sociales y que tienen nivel de instrucción bajo o medio

Clase 10: Jefes Varón que trabajan en la industria, comercio u otra rama

Clase 11: Jefes que trabajan en servicios comunales y sociales y que tienen nivel de instrucción alto

Perfil del subocupado

Siguiendo la misma metodología, se detectaron 11 clases que se describen en el siguiente cuadro:

Clase 1: Mujeres sin instrucción o primario incompleto

Clase 2: Mujeres con primario completo o secundario incompleto que trabajan en servicios comunales o sociales u otra rama

Clase 3: Varones que trabajan por su cuenta y menores de 26 años

Clase 4: Mujeres con primario completo o secundario incompleto que trabajan en la industria, construcción o comercio

Clase 5: Mujeres con alto nivel de instrucción que trabajan en servicios comunales o sociales

Clase 6: Varones que trabajan por su cuenta de 26 años o más

Clase 7: Varones obrero o empleado que trabajan en construcción o servicios comunales o sociales

Clase 8: Mujeres con alto nivel de instrucción que trabajan en la industria, construcción, comercio u otra rama

Clase 9: Varones obrero o empleado que trabajan en comercio

Clase 10: Varones obrero o empleado que trabajan en industria u otra rama

Clase 11: Varones con categoría ocupacional patrón u empleador

* Fuentes: Universia, Universidad Nacional de Córdoba

Universia. Universidad Nacional de Córdoba, conexiones@claringlobal.com.ar

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