Desde que se fue de la Argentina, Silvia Braslavsky trabaja en el Instituto Max Planck de Química, ubicado en Mülheim, una ciudad muy cercana a la frontera con Holanda. Siempre se dedicó a lo mismo: investigar los mecanismos de los fotorreceptores biológicos. ¿De qué se trata? De cómo unos pigmentos de las plantas —se los llama fitocromos— actúan ante la presencia o ausencia de luz.
\"Cuando están en un sótano, a las papas les salen unas ramas blancas, pero si están al sol les salen ramas verdes. De esos pigmentos depende que esas ramas crezcan de manera diferente\", explicó la científica. Y agregó: \"En el laboratorio aislamos esos pigmentos para entender por qué y cómo funcionan.\"
Si no se hubiera visto obligada a abandonar el país, quizá Braslavsky hubiera desarrollado aquí sus investigaciones. Al final de cuentas fue cuando enseñaba en Río Cuarto que le despertaron la curiosidad por estos pigmentos. \"Fue la gente del INTA la que me los hizo notar. Después, cuando me fui, ofrecí este proyecto en Alemania y me lo aceptaron.\"