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Clarín-Sábado 11: Editorial: Becas para estudiantes pobres

La educación pública fue, durante mucho tiempo, el sostén de una sociedad argentina moderna, integrada e innovadora, hasta que el circuito de crisis políticas y económicas fue minando la calidad y la efectividad de la instrucción brindada por el Estado.

El efecto más notable de este proceso fue la postergación de los chicos y chicas provenientes de los hogares más pobres, de donde surge el mayor número de abandonos y fracasos escolares.

De esta manera, la fuerza y capacidad de la educación para lograr la inserción y la movilidad social se fue reduciendo.

Uno de los caminos más apropiados para restablecer las condiciones de equidad que posibiliten que todos los miembros de la sociedad gocen de las mismas oportunidades, es ayudar a que los más necesitados prosigan con sus estudios.

Con un objetivo de estas características, el Ministerio de Educación implementó el Programa Nacional de Becas, que alcanzará a más de seis mil escuelas de todo país, beneficiando a medio millón de alumnos de entre 13 y 19 años.

Se trata de contener el enorme daño causado en los hogares por el deterioro de las condiciones económicas y culturales, ayudando a que los adolescentes que se encuentran en situación de pobreza y en riesgo de desertar puedan mantenerse en la escuela hasta egresar.

Mientras se espera una mejora general de la calidad educativa, esta ayuda representa la concreción de una obligación de las instituciones, consistente en impedir que los menores que menos tienen queden también privados de la educación y, con ello, de un futuro mejor.

Las becas para estudiantes pobres dispuestas por el Ministerio de Educación contribuyen a reintegrar a la escuela a muchos chicos ofreciéndoles la oportunidad de un futuro mejor.

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