Alguna vez tenía que ser. En su cuarto día de visita a Alemania, y mientras arrecian las presiones desde el Fondo Monetario en favor de los bonistas que se quedaron afuera del canje de la deuda, Néstor Kirchner decidió dejar a un lado —al menos por un par de horas— los asuntos económicos.
El Presidente dejó Berlín ayer por la mañana, voló hacia Munich y por la tarde se sumergió en el ámbito de las ciencias y la investigación: visitó la Sociedad Max Planck, la organización más prestigiosa de Europa, que se dedica a promover científicos; que ya formó a 17 premios Nobel y cuyo presupuesto del año pasado ascendió a 1.330 millones de euros, más de lo que invierte en investigación toda Iberoamérica, incluyendo a la Argentina, Brasil, México, Portugal y España.
Kirchner aprovechó ese ámbito para hacer algunos anuncios relacionados con la educación. En un diálogo con la prensa al término de su discurso, dijo que en los próximos cinco años piensa elevar el presupuesto del área desde el 4% del PBI de la actualidad hasta llevarla al 6% del producto bruto interno de la Argentina.
Del mismo modo, el Presidente le hizo honor a su auditorio de científicos argentinos y alemanes que lo escuchaban para prometer que la investigación en el país pasará de tener el actual 0,5% del PBI y llegará al 1% en el 2010.
"Tomamos el compromiso de asumir la ciencia y la investigación como política de Estado", dijo Kirchner, y agregó que "aspiramos a un modelo basado en el desarrollo del conocimiento y en el acceso de todos a ese modelo".
El Gobierno enviaría la semana próxima al Congreso la ley de Financiamiento Educativo, donde se concretan los anuncios que Kirchner hizo ayer en Munich.
Una de las realidades más lacerantes de la crisis es la falta de inversión en ciencia e investigación, y sobre todo la emigración de científicos que se ven obligados a irse del país para ejercer en otras latitudes los conocimientos aprendidos en Argentina.
La cooperación entre la Argentina y Alemania permitió la firma de un convenio entre el Gobierno argentino y la Sociedad Max Planck (lleva el nombre en honor al científico que descubrió la teoría cuántica), que ayer firmaron el ministro de Educación, Daniel Filmus, y el vicepresidente de la sociedad, Herbert Jackie.
Además de mencionar que "la ciencia y la tecnología constituyen componentes esenciales y estratégicos en los procesos de desarrollo de las sociedades y en la generación de bienestar y seguridad", el acuerdo con la organización alemana incluye tres puntos concretos e importantes.
El financiamiento de la "reinstalación" de investigadores visitantes argentinos en institutos Max Planck para que sigan sus investigaciones en el país después que vuelven del exterior.
Becas post doctorales en Ciencias Sociales en el Instituto.
Financiación conjunta de simposios internacionales sobre biociencias, nanotecnologías (computación) y legislación sobre terrorismo, que se llevarán a cabo en noviembre en Buenos Aires.
Con acuerdos como éste, el Gobierno argentino intenta que el Estado les de más oportunidades a los investigadores. Y, mediante un programa de repatriación llamado "Raíces", lograr que vuelvan al país algunos de los muchos científicos que trabajan en universidades extranjeras.
"Acá hubo un ministro, que no voy a nombrar, que dijo que los científicos argentinos tenían que irse a lavar los platos", recordó Kirchner, en un ataque directo al ex ministro Domingo Cavallo, autor de aquella frase desdichada que encendió una polémica muy fuerte en la década pasada.
Pese a la diáspora de científicos que sufre el país, ayer el ministro Filmus se permitió una reflexión optimista frente a la situación. "Las estadísticas muestran que ahora son más los científicos que vuelven que los que se van".
Kirchner y Filmus pudieron comprobar los beneficios que Alemania extrae del incentivo permanente a la ciencia y a la investigación. Los miembros de la sociedad científica recordaron una frase del escritor alemán Johann Goethe. "La historia de las ciencias es una gran sinfonía en la que aparecen una a una la voz de todos los pueblos".
5.100
Son los millones de pesos destinados al presupuesto educativo, lo que equivale al 4 por ciento del PBI. En 2002, esa cifra alcanzaba los 2.350 millones. (...)