Una multitudinaria manifestación de estudiantes secundarios y universitarios, organizaciones sociales y de piqueteros "duros" y partidos de izquierda culminó ayer en la Plaza de Mayo la llamada "marcha federal". Impugnaron la política económica y social del Gobierno, reclamaron aumentos en los planes sociales y pidieron mayor presupuesto educativo.
En una flexibilización de la estrategia de sus últimos dos viernes, al mediodía el ministro del Interior, Aníbal Fernández, anunció que esta vez permitiría que los manifestantes ingresaran a la Plaza por Avenida de Mayo. En las últimas semanas, el Gobierno lo había impedido.
Como lo viene haciendo en las últimas semanas, Interior montó un operativo espectacular, con 900 policías y vallados en la Plaza que delimitaron el área de la protesta y permitieron que el tránsito fluyera desde avenida Rivadavia por Diagonal Norte. Lógicamente, en el pico de la manifestación igual hubo caos de tránsito ya que las columnas que entraron por Avenida de Mayo se extendían por muchas cuadras.
De la marcha participaron más de 20 mil personas; 8 mil para la Policía, 35 mil, según los organizadores. Como sea, fue de las más nutridas de los últimos tiempos —por más de una hora ingresaron columnas a la Plaza—, y transcurrió de manera pacífica y sin incidentes. En Interior evaluaban anoche como "acertada" la decisión de haber despejado la Avenida de Mayo. Esto se produjo luego de que intercediera el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, lo cual fue oportuno para el Gobierno, que venía buscando la manera de descomprimir la situación. En las filas piqueteras, la lectura fue que "el Gobierno no ha podido sostener el esquema represivo", según dijo el dirigente del Polo Obrero, Néstor Pitrola a Clarín.
La movilización partió desde el Congreso cerca de las 18.30, encabezada por los estudiantes secundarios, al conmemorarse un nuevo aniversario de La Noche de los Lápices, el secuestro y desaparición por la dictadura militar, en 1976, de siete estudiantes platenses que luchaban por el boleto estudiantil. Detrás se encolumnaron los universitarios —con la FUBA a la cabeza, pero también presencia de varias universidades del interior— y después, las agrupaciones piqueteras, ordenadas según un sorteo de papelitos que sus dirigentes hicieron en una pizzería frente al Congreso poco antes que arrancara la marcha.
Estuvo todo el arco piquetero: Polo Obrero, FTC, MTD Aníbal Verón, CCC, MST Teresa Vive, Frente Darío Santillán, MTR, MTL, CTD Aníbal Verón, CUBa, Movimiento 29 de Mayo, entre otros. También se vieron banderas de los trabajadores en conflicto del Hospital Garrahan y del diario Crónica, de familiares y víctimas de Cromañón, de empresas recuperadas, deudores hipotecarios y de movimientos indígenas. El cantito "la Plaza es nuestra la puta que los parió", puso un elemento unificador a la larga dispersión de agrupaciones piqueteras y de la izquierda.
A las 20.30, todavía seguía la desconcentración, pero la Policía se apuraba a correr las vallas para habilitar el tránsito y ahorrarse el malhumor de un sector de los porteños, una de las preocupaciones electorales del Gobierno.
Guido Braslavsky y Pablo Abiad. gbraslavsky@clarin.com; pabiad@clarin.com
Clarín-Sábado 17: Al final, piqueteros y estudiantes pudieron marchar a Plaza de Mayo
El Gobierno permitió esta vez que lleguen a la Plaza por Avenida de Mayo. Hubo reclamos de aumento de los planes sociales y de presupuesto educativo. También se recordó La Noche de los Lápices.