No estamos hablando de un complejo de cines con un patio de comidas sino de lo que una conocedora de México define, parafraseando a Karl Marx, como \"el modo faraónico-azteca de producción\". Con 170 hectáreas, contempla seducir a unos siete millones de visitantes por año. De acuerdo con el plan maestro firmado por el argentino César Pelli, Guadalajara se levanta para competir en producción de contenidos y consumo de cultura con Los Angeles y Miami, las dos ciudades con mayor población latina de los Estados Unidos.
—En cinco años la Feria del Libro de Guadalajara creció de manera exponencial. Pero ¿cómo se pasa de la feria al proyecto de César Pelli?
—La feria ha detonado muchas actividades e inquietudes en todo el estado de Jalisco. Ya tiene 18 años de existencia y su increíble movimiento intelectual generó este proyecto. Nuestra feria está considerada hoy la más grande de Iberoamérica. Se trata de una empresa cultural de la Universidad de Guadalajara y promotora de un festival cultural. En los últimos años viene convocando a más de 1.500 editoriales con espacio propio; se reciben cerca de 280.000 títulos y asisten 15 mil profesionales del libro, entre editores, libreros, bibliotecarios y agentes. Lo sorprendente es que esto haya ocurrido en una ciudad que no tiene industria editorial. —¿En qué se diferencia de la Feria del Libro de Buenos Aires, mucho más visitada y veterana?
—La de Buenos Aires, en cambio, es una gran feria para el público en una ciudad que cuenta con muchos lectores. Pero sobre todo la gran particularidad es que Guadalajara conecta muy bien con la demanda del libro hispano en los Estados Unidos. Hay más de treinta millones de latinos radicados allí y en los últimos lustros se ha abierto un mercado muy potente que demanda libros en español, sobre todo a través del sistema de bibliotecas de los EE.UU. y Canadá. Son cerca de 6.000 bibliotecas y Guadalajara tiene enlace directo con ellas. En el festival de cada año, quizá el mayor encuentro de literatura de Iberoamérica, habitualmente tenemos entre 250 y 300 escritores invitados de todas las latitudes, organizados en coloquios y seminarios.
—Ustedes abrirán un circuito de galerías, a la manera de Lincoln road; habrá lugar para los productos más masivos pero también para la música de cámara y la experimentación escénica. ¿Cuál es el objetivo a largo plazo, competir como productora de contenidos culturales masivos?
—Todas las grandes ciudades dan enormes servicios pero sólo las mejores dan una diversidad de actividades artísticas y esto es lo que soñamos para Guadalajara. Es parte de un proyecto integral de la Universidad Pública de Guadalajara, que tiene una gran tradición fundada en tiempos de la colonia. Por otra parte, geográficamente está en un haz con Los Angeles y Miami. Tendremos estudios de grabación para las discográficas y un parque fílmico con sets para producir cine.
—Un Hollywood latino...
—Bueno, está pensado como un gran centro de producción cinematográfica para América latina porque allí ya se están concibiendo numerosos proyectos. De Pelli recordemos que hizo el plan maestro de la Ría en Bilbao, un complejo que con el Guggenheim y el Palacio de la Música, transformó totalmente la ciudad. Ha proyectado una docena de campus de universidades europeas y americanas. Lo que Pelli concibió en este plan es una idea de distrito urbano, un conjunto de instalaciones, con una gran biblioteca de más de 40 mil metros cuadrados, para la cual vamos a lanzar un concurso internacional. El auditorio, que será un inmenso teatro con capacidad para 10.000 personas, ya está en la mitad de su construcción y se podrá cambiar su programación tres veces al día.
—¿El proyecto es semejante al Fórum? En Barcelona se criticó que había que pagar entrada para ingresar a un barrio.
—No, es al revés: se trata de un barrio nuevo con áreas comerciales y de vivienda. Se parecerá en fisonomía a lo que se conoce como \"promenades\", más cerca del Soho o de la Lincoln road, cinco cuadras peatonales donde se concentra el circuito de arte, museos, restaurantes y tiendas de diseño en Miami. Guadalajara se proyecta extraordinariamente hacia Sudamérica y también hacia el norte. Queremos que sea la capital cultural de México, y por qué no de América latina.