En varias escuelas del conurbano y el interior bonaerense —incluida la ciudad de Mar del Plata— y en el distrito porteño, también fue alta la inasistencia de los alumnos por el temor de los padres a marchas y piquetes callejeros, a pesar de la presencia de los maestros en algunos colegios.
La huelga fue dispuesta en un principio por la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), pero dejó librado a cada seccional la modalidad de protesta contra el mandatario, ya que confeccionó un cuadernillo con actividades relacionadas al ALCA, la tierra y el agua, para trabajar en el aula.
Al paro se sumaron la numerosa e influyente Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) y la Central de Educadores Argentinos (CEA), que nuclea entre otros al magisterio de Formosa y Santiago del Estero. En el ámbito universitario, varias federaciones, entre ellas las de La Plata (FULP) y de Buenos Aires (FUBA), organizaron protestas "anti-Bush" con marchas y ocupaciones pacíficas de facultades.